Corazón de madre | NaruHina |

💟Capítulo 1💟

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Caminaba por todo el pasillo desesperado. Se habían llevado a su bebé y aún no tenía noticias. La niña estaba muy mal.

Regresó a la habitación de su esposa pero ella ya no estaba.

Una enfermera se encontraba arreglando la cama.

―Mi esposa estaba aquí ¿a dónde fue?― preguntó Naruto muy alterado.

―La paciente fue dada de alta y se marchó. Se le dijo que su bebé se quedaría por un tiempo pero...

―No le importó― completó el rubio.

Naruto se frotó la frente. Su hija había nacido apenas ayer y estaba en cuidados intensivos; pero parecía que a ella no le importaba. No podía creer la actitud de Shion.

Regresó a la sala de espera preocupado por su hija y a la vez enojado por su esposa.

Llamó varias veces al celular de Shion pero ella no contestaba.

Así pasaron dos semanas. El rubio estaba acompañado de sus padres e incluso amigos preocupados por la niña. Excepto por la madre de la pequeña.

Desde que dió a luz Shion jamás volvió a pisar el hospital. Naruto ya no tenía ánimos de discutir con ella y prefirió concentrarse en su hija.

Antes de que la niña fuera dada de alta tenía que darle un nombre. Y ya tenía elegido uno muy especial: Himawari.

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Naruto estaba de regreso a su casa pero ahora con alguien más en sus brazos. Sostenía a su pequeña hija feliz de ya no estar en el hospital.

Tanto su madre como su padre estaban muy emocionados. Kushina le arrebató a la pequeña y se sentó en el sofá a admirarla.

—Mi nieta, es tan bonita.

—Porque se parece a su abuela— replicó Minato.

Ambos sonrieron mientras Naruto los veía aún tan enamorados.

—Voy al auto por todos los regalos ¿de acuerdo?

—Ve, nosotros la cuidamos.

Naruto salió justo en el momento en que Shion llegaba en su auto.

—¿Ni siquiera pudiste ir hoy al hospital?

Shion ni siquiera le contestó y se fue directo a la casa.

Cuando entró observó a sus suegros y a la bebé.

—¡Deberías avergonzarte por tu comportamiento!— dijo Kushina.

—Naruto quería una hija, yo no.

La rubia miró desafiante a la mujer pelirroja. Minato trató de calmar el ambiente.

—Himawari ya está muy bien y también es tu hija. Shion, por favor mírala.

Shion se acercó a la bebé y no pudo evitar notar que no tenía ningún parecido con su hija.

—Esta niña no se parece a mi— la joven se limpió una lágrima y reprimió su llanto.

La pareja observó como su nuera subió las escaleras sin mostrar un poco de cariño a su hija.

—Minato, ella no puede comportarse así.

—Cálmate Kushina, nosotros no podemos obligarla.

—¿No importa verdad, Himawari? Tienes a tu padre y a tus abuelos. Nosotros siempre te amaremos.