💟Capítulo 2💟

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Pasaron unos días hasta que Kushina se había convencido de que Hinata era una buena enfermera. Sobretodo una buena persona en quien podría confiar para dejarle a su cuidado a su nieta.

Empacó su equipaje y se despidió muy triste prometiendo volver después con Minato y quedarse a vivir en Konoha.

El día siguiente sería el primero que Hinata se quedaría cargo de la bebé.

Naruto estaba nervioso. Aunque Hinata le parecía una buena persona seguía siendo una desconocida. En la mañana habló muy serio con Shion.

—Bien, me voy al trabajo. Debes vigilar a Hinata y te lo pido por favor. Necesito que  estés cerca de Himawari. También es tu hija.

Más Shion no contestó. Parecía que le daba igual quien cuidara a la niña.

Naruto se acercó para besar su mejilla pero ella se alejó. Seguía de mal humor como hace meses.

—Como quieras, me voy— dijo Naruto y salió de la habitación que compartían.

Fue a la habitación de su hija. La niña ya estaba despierta.

—Buenos días Hima.

La bebé le sonrió a su padre, parecía estar bien hoy, eso lo tranquilizaba bastante ahora que la iba a dejar.

Le cambió el pañal y la ropa. Para después prepararle el biberón. Miró el reloj, solo tenía veinte minutos para irse al trabajo y llegar a tiempo.

Se sentó en la mecedora y observó como su hija se alimentaba. Era su mayor tesoro en la vida. Cuando la veía podía reflejarse a si mismo. Himawari tenía los mismos ojos que él y esa sonrisa. Pero lamentaba tanto que mientras él tuvo una madre y un padre que siempre cuidaron de él. Su hija solo lo tenía a él ahora.

No quería pensar cuando Himawari creciera y se diera cuenta del rechazo que su madre sentía por ella.

Acarició las mejillas de la bebé y besó su frente. No quería separarse de ella. Himawari dejó el biberón y se concentró en querer atrapar la nariz de su padre. Eso enterneció a Naruto y por un momento lo sacó de su pesimismo.

El timbre de la casa sonó y supuso que era la enfermera.

—Hima, debes portarte bien, no llorar y papá regresará muy pronto a casa.

La bebé balbuceaba algunas palabras inentendibles haciendo reír a Naruto.

Después de unos minutos bajó las escaleras con la bebé y fue a abrir la puerta.

En esos momentos la bebé ya estaba dormida cuando Naruto se la dió a Hinata.

La despedida fue más fácil pues si hija no lo vería marcharse. Subió al auto y respiró hondo para luego irse a su trabajo.

Esperaba que Shion hiciera un esfuerzo y ahora al fin decidiera hacerse cargo de su hija.

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Hinata entró a la casa con la niña que continuaba dormida. Decidió que lo mejor sería que siguiera en sus brazos. No sentía ninguna necesidad de llevarla a su cuna. Porque adoraba cuidar de la niña. 

Shion bajó a la sala, ahí estaba la enfermera con su hija. Hinata la saludó como todos los días y no tuvo respuesta.

Ya se había acostumbrado al mal trato que recibía de la mujer. Decidió ignorar eso y seguir con su trabajo. La pequeña Himawari se había recuperado de un resfriado y era un buen momento para salir al patio para que le diera un poco de sol y después se encargaría de darle sus medicamentos.

Mientras en el segundo piso de la casa Shion observaba por la ventana como la enfermera cuidaba de su hija en total tranquilidad. Parecía que lo estaba pasando muy bien con su hija.

Estaba haciendo lo que su esposo le había pedido. Pero no soportaba ver lo que ella no podía hacer. A la vez que sentía tanta envidia. Llora de rabia porque se supone que ella debería cuidar de su hija y ser una familia feliz junto a Naruto, no esa extraña que ha entrado a su hogar.

Ya no soporta estar más ahí. Se cambia de ropa y decide que ya debe salir para no sentirse peor.

Al bajar nota que la enfermera ya estaba entrando de nuevo a la casa. Al verla se acerca a ella.

—Señora, hoy su hija está muy...

—Me voy— Shion la interrumpió y se limitó a seguir su camino— Puede llamar a su padre si se pone mal.

Hinata miró sorprendida como la mujer se va pareciendo que su hija no le importa en absoluto.

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Naruto llega muy cansado del trabajo. Ya eran más de las seis de la tarde. Ese día había sido agotador y además demasiado tráfico en el camino.

Sube las escaleras y observa como las luces de la habitación de su hija están encendidas. Supone que su esposa está ahí.

—¿Shion?

Nadie contesta.

Escucha un dulce canto. Definitivamente esa no es su esposa.

Entra a la habitación y ve a la enfermera cantándole a su bebé. Sin querer interrumpir observa la tierna escena recargado en la pared.

Se supone que Hinata solo debería estar para los cuidados especiales de la niña. Su horario había terminado hace horas.

Hinata se gira en ese momento y ambos se miran, él con una sonrisa y ella algo sorprendida.

—Disculpe ¿y mi esposa?

—La señora se fue y no podía dejar a la niña sola. Además mi celular se quedó sin batería. No podía llamarle a usted.

—Lamento los inconvenientes. Su hora de salida fue hace tres horas.

—¿En serio? No lo noté. Esta niña se porta muy bien. Es un pequeño angelito.

—¿Habla en serio?

—¿Por qué?

—Bueno es mi hija, pero si no yo la cargo llora mucho con su madre.

—Desde que usted se fue y entré al cuarto la niña no ha llorado. Tomó sus medicamentos y su leche sin problemas. No lloró para nada. Es tan linda.

Naruto estaba muy sorprendido y a la vez agradecía mucho eso. Aunque se sentía enojado con Shion, no podía creer que se comportara de esa forma justo en el primer día.

Debían hablar muy seriamente.

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Capítulo 2

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Capítulo 2.
Espero que les guste.
Nos vemos pronto
Feliz Año Nuevo 2023 🎇

Corazón de madre | NaruHina |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora