Dices.

Dónde hubo fuego siempre quedan las cenizas.

Hoy toco editar este bonito fic, no cambiaré nada, solo debo afinar algunos detalles.
Sin más que decir, disfruten! ;)

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Las copas empezaban a hacer efecto en las venas de Akali viendo borroso y escuchando cada vez más eco donde no debería haberlo. Sus miradas habían chocado por milésima vez en la noche, el recelo, tristeza y hambre se hacían presentes en la indiscreción con la que miraban el cuerpo de la otra. Echó su cabeza hacía atrás y dejo que sus ojos se cerrarán un momento, su cabeza daba vueltas pero realmente no es como si quisiera estar sobria, el alcohol hacia menos difícil afrontar el hecho de que su mujer estaba por ahí sin ella y no podía hacer nada al respecto. Hasta que sintió un peso extra en sus piernas. Miro hacia arriba encontrando el cabello platinado cayendo hacia los lados de su cara y los ojos dorados mirando directamente a los suyos, mierda, ¿Esto está pasando en serio?

-¿Qué tal la estás pasando?- la voz aterciopelada de Evelynn lleno sus oídos, extrañaba ese tono que solo usaba con ella, y dejándose llevar por el placer auditivo llevo sus manos a la cintura y espalda ajenas.

- Podria pasarla mejor, pero no me quejo en lo más mínimo. ¿No tienes que estar en otro lado?- Akali cerró nuevamente sus ojos, si seguía viendo a Evelynn definitivamente estallaría, todas las emociones reprimidas le pedían fervientemente que tomara a la mujer en sus piernas y huyera con ella a un lugar lejano donde pudiera atesorarla por siempre.

-¿Oh? ¿Así que me quieres lejos, Kali? Tú mirada desnudandome hace un par de segundos me decía lo contrario.- Evelynn y su perspicacia, su altivez, era algo con lo que Akali no podía luchar, más bien, se rendía ante estas características y dejaba que la dominarán, estaba a sus pies.

-Realmente no sé porque estoy poniéndome celosa, soy mejor que esa estúpida muñeca tuya, además -Akali se acercó peligrosamente a la boca ajena, viendo directamente los orbes contrarios, provocando a la otra.- sabes que soy yo ante todos, mi amor.

La sonrisa cantarina de Evelynn la hizo entrecerrar los ojos, se sentía mareada otra vez, pero no sabía si en este momento era por el alcohol o por tenerla encima.

-¿Por qué no me lo demuestras? Estaré esperándote en el estacionamiento a las 12, y sabes que odio que me hagan esperar, Rogue.- Los labios rojos dejaron marca en la comisura de la boca de la rapera, y el olor a ese perfume caro que jamás abandonaba su piel impregnado en su nariz.

-Vas a ser mi muerte, Evelynn.-

-Y aún si soy tu muerte, nuestra historia nunca acabará, porque voy a buscarte en nuestra siguiente vida. Diviértete cariño, te veré después.- Dicho esto Evelynn se levantó del regazo ajeno y se alejó lentamente, moviendo las caderas ante la mirada de su ex novia. Qué horrible sonaba ese término tratándose de la niña que le robó el aliento.

Akali suspiró resignada, ~no importa que tan lejos estemos de la otra o si hay alguien interponiéndose, siempre vuelve conmigo~ pensó ella.

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Un par de minutos antes de la hora acordada Akali entro al baño, se lavo la cara con agua fría e intento relajarse un poco, miro su reflejo y respiró profundamente. Luego de un par de minutos el mareo se fue totalmente y podía pararse derecha. Hora de ir por su recompensa.

Durante el camino al estacionamiento, Kali choco con alguien, estaba segura que había visto esos tacones negros antes, alzó la mirada pronunciando un "lo siento" y ver la persona a la que había empujado sin intención.

-Kali, vas a gastar la suela de tus zapatos si sigues corriendo, ¿A dónde estás yendo tan a prisa?- la mujer de cabello oscuro sonrió, viendo con curiosidad a su compañera de banda.