Capítulo 12. "Los asesinos de la noche"

83 6 1
                                    

Mi corazón latía cada vez más rápido y un ápice de alivio apareció al ver a lo lejos el auto de Lydia. Luego, el terror me invadió de nuevo al sentir una mano en mi hombro, la agarre rápidamente, listo para hacerle una llave para inmovilizarlo cuando sus palaras me detuvieron.

—Disculpe, ¿me puede decir la hora?— solté su mano enseguida y me di media vuelta.

Era un hombre alto, seguramente unos pocos años mayor que yo, tenía el pelo castaño claro y ojos verdes, llevaba una camisa blanca y arriba de esta, una chaqueta de cuero café, pantalones de mezclilla y algunas cadenas que colgaban de su cuello, y otra que colgaba de su pantalón. Tenía un estilo de "chico rudo" pero aún con la tenue luz, a pesar de la impresión de quería dar con su estilo, se veía amigable.

—Ah— negué con la cabeza —Claro— solté una risa algo nerviosa, aliviado porque eso había sido un simple susto —Me asustaste— el se rio sonoramente y yo reí un poco más fuerte.

—Tu también me asustaste, eso de agarrarme la mano, pensé que me la ibas a torcer— un ápice de vergüenza apareció.

—Si, supongo que cualquiera se asustaría si le tocaran el hombro para hablarle cuando ya esa oscuro y se esta caminando solo— el se rio un poco más, me detuve un segundo para empezar a buscar mi celular en los bolsillos.

—¿Y qué haces tan tarde aquí?— preguntó el haciéndome plática.

—Estaba en el cine— encontré mi celular y empezaba a sacarlo.

—Ah, ¿viniste con tus amigos? seguro son los que te esperan en el auto— fruncí el ceño, y el negó rápidamente con la cabeza —Lo siento, estoy siendo muy entrometido, ¿la hora?— preguntó de nuevo, tranquilo.

—Claro, son las 8:30 p.m.— me sonrió cortésmente.

—Gracias— agradeció mientras empezaba a alejarse, me quede observando mientras se alejaba, cuando ya no se alcanzo a distinguir entre la oscuridad y la lejanía, reanude mi camino al automóvil.

Resople aliviado de que solo hubiera sido un susto, pero todavía había algo que me inquietaba, aquellas palabras del hombre, ¿de qué amigos hablaba?.

—Amigos...— murmuré para mi mismo, repasando la palabra, algo no cuadraba y tenía un presentimiento que no me abandonaba a pesar de estar tratando de tranquilizarme desde hacía unos minutos.

Entonces, me detuve y observé fijamente el automóvil; se me heló la sangre.

El automóvil estaba rodeado por hombres, escondidos entre las sombras. Era bastante sospechoso. Eran alrededor de 6 hombres vestidos completamente de negro, probablemente asesinos, o algo por el estilo. Si no me hubiera puesto a observar con atención no los hubiera notado y probablemente eso hubiera terminado mal.

Maldito cazador. Seguro el los había enviado.

Claro, deshazte de los débiles primero ¿no?. Pues este idiota se ha equivocado si cree que esto será suficiente para acabar con nosotros.

Empece a caminar tratando de disimular mientras que con la mirada buscaba algo que pudiera ayudarme.

—Esto me servirá— pensé mientras extendía una pequeña sonrisa, disimuladamente patee una lata vacía de refresco, hice mi mejor cara de sorpresa y me agaché para recogerlo —Tirare esto a la basura— observe la lata unos segundos y luego seguí caminando.

Cuando estaba a unos metros del auto levante la lata y la lancé con todas mis fuerzas al hombre que estaba más cerca de mi, escondido en las sombras. El hombre no tuvo tiempo de reaccionar y la lata le dio de lleno en la cabeza, este, cayó al suelo por la fuerza del impacto.

Amor y Guerra [Sterek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora