Capítulo 2:
-¿Quieres ir a casa?-Preguntó Aitor levantándose del banco.
-Si, por favor.
-Te acompaño.
-No hace falta vete a seguir ligando.
-Mi hermana está primero.
-Que no hace falta de verdad. Me acompaña Abril.
-¿Me vas a dejar de querer si digo que no? Esque quiero quedarme, además ésta noche hay una fiesta y ya es casi está anocheciendo.
-Que no pasa nada.Tu con tu italiano y tu con tus amigos.
-Te juro que mañana por la mañana estoy en tu casa y te cuento ¿Si?
-Vale, Abril.-Dije y se fue.
-Dame a Lara.-Dije cogiendo la correa que tenia Aitor entre sus manos.
-Anda tira. Por cierto estás muy guapo.
-Ya.-Dijo dándome en la cara con todo su ego.
-Pásalo bien, nano.
-Adiós enana volveré tarde.
-Que extraño oye...-Dije dándome la vuelta. Le oí reir.
Fui andando tranquilamente a casa con Lara. Cada vez que veía a alguna persona me apartaba, me hacía la dura y con otras no. Si lo pienso bien, tengo que terminar con esto. ¿Tener miedo a que me toquen? Es raro, lo sé. Pero desde aquel día no puedo confiar en nadie. No es miedo a que me toquen es miedo a lo que puedan hacerme. ¿Me explico? Eso creo... La próxima vez que me encuentre con Álvaro tengo que tener valor y pedirle perdón.
-¡Lara!-Dije para que entrará en casa. Sólo a mi se me ocurre dejarla suelta. Veras hasta que aparezca.
-¡Lara si apareces después volvemos al parque!-Dije como si fuera a entenderme. Mira por donde apareció de la nada y entró en casa lo más rápido que pudo. A veces me pregunto si los perros nos entenderán.
Mientras llenaba su comedero me llegó un mensaje. Era Abril y decía: "¡¡Ayuda!! ¿Cual me queda mejor?" Junto a dos fotos, una con un vestido azul oscuro ajustado. Y otra con un vestido negro con la espalda al aire. Le respondí que con el negro.
Me di una ducha, lavé ropa he hice la cena. Para dos. Ya que el niño llegaría con hambre, desde que mi madre se fue a trabajar soy yo la que cocino. Bueno y más cosas. Aitor no sabe ni hacer un huevo frito. De echo amenaze con irme de casa si no colaboraba. Pero de la comida mejor ya me encargo yo.
Cené y como estaba muy, muy aburrida decidí salir a dar una vuelta.
Era ya de noche y la gente estaría en la fiesta, puedo ir al parque. Normalmente suelo salir con Lara a dar paseos por las noches, a Aitor no le hace gracia y le quedo protestando en casa, luego vuelvo y me dice que ha quedado con algún chico y se le pasa. No hay quien le entienda. Es bipolar y ya. Una cosa que me encanta de mi hermano que yo apenas tengo es que tiene respuestas para todo.
Por suerte en el parque no había nadie. Bendita fiesta. Solté a Lara, que porcierto están prohibidos los perros pero en fin.
Me di una vuelta por el parque y llegue al skatepark si podía llamarse así, habia dos rampas viejas y de madera. Cualquier día va al suelo.
Cuando me estaba acercando vi ha alguien haciendo piruetas con el skate. Parecía cabreado, lo poco que he visto de otros chicos es que van con delicadeza. También puede ser que sea un esperto. Me acerqué más hasta quedar en frente, me senté en un banco observando, se le daba muy bien. En el maldito momento que me di cuenta de quien era. Álvaro. Si os digo que iba sin camiseta... ¿y si me acerco a saludarlo? Bueno o ha echarle un repaso... me quedé embelesada mirandolo, cuando iba a dar una voltereta se le ha ido el skate y se ha caído de espalda al suelo. Dios que dolor. Me levanté de golpe y fui hacia el.
-¡Ey Álvaro! ¿Estas bien?-Pregunté acercándome más. Muévete o algo ¿no? Cuando estaba justamente a su lado cogí su cara entre mis manos.
-Oye escúchame, ey Álvaro.
Joder me estas asustando.-Dije. En el maldito momento que deje el movil cargando. A lo mejor el tenia teléfono. Metí la mano en un bolsillo de sus pantalones, cuando iba hacer lo mismo en el otro dijo:
-Es de mala educación robar a la gente insconciente.
Me levanté de golpe y me quedé mirando como se reía de mi.
-¡Idiota!-Dije dándome la vuelta.
-Ey nena no te enfades.
-¡¿¡Cómo no me voy ha enfadar!?!
-Solo te vi ahí y quería asustarte. Ojo por ojo, diente por diente. Así ya estamos en paz, susto por hostia.
-¡Maldito idiota!-Dije cruzandome de brazos.
-Por cierto ha sido muy bonito.
-¿El que? ¿Hacerse el muerto? Si, no hay nada mejor.
-Te has preocupado por mi.
-¿Es normal no?
-De ti no. ¿No se supone que desde hace un tiempo no te hacercas a los chicos?-Dijo y miré al suelo. No... respira, tranquila... respira Abigail.
-Lo siento... no quería decir eso.
-No... no...
-Ey ¿Estas bien? -Dijo acercándose a mi.
-Eh si... no te acerques...-Dije sentándome en el banco.
-No me voy a ir.
-No te acerques o voy a estallar de nervios puros.-Dije. Cuando pasó un rato, minutos, cinco, diez, quince... pregunté:
-¿Quien te lo ha contado?
-¿Que cosa?
-Que no me gusta que los chicos se acerquen a mi. Es más los tengo pánico.
-Cuando te pasó eso me lo contaron.
-Ah.
-Pero yo no quiero hacerte daño. De verdad créeme.-Dijo. Lo mismo decía Héctor. Al recordarlo me recorrió un escalofrío.
-¿No me crees?-Preguntó y asentí.
-¿Porqué no estas en la fiesta?
-No me apetecia ir.
-Ah.
-El destino es sabio.
-Ah.
-Quería que nos encontramos, aquí.
-Ah.
-¿Puedes dejar de decir "Ah"? -Preguntó y me reí.
-¿Ralla ehh?
-Ya ves.
-¿Que hacías por aquí?
-¿También te han dicho que no salgo apenas de casa?
-Si.
-Ah.
-Me rallas con el "Ah"
-Lo sé.
-Tonta.
-Idiota.
-Fea.
-Gilipollas.
-Eh ¿He dicho ya tonta?-Preguntó y reí.
-Tienes una sonrisa muy bonita.
-Ah.-Dije y me reí a carcajadas.
-Tu ríete. Todabia te ato los pies al skate y te tiro por una cuesta.
-Claro... lo que tu digas.-Lara empezó a ladrar a Álvaro por la espalda.
-Largo chucho.
-Oye tu. Con Lara un respeto.
-Ven pequeña. Lara ven.-Dije y vino corriendo a mi, se subió encima de mi y empezó a lamer mi cara.
-Que mona.
-Ya ves, es mi niña, me hace mucha compañía.
-Yo tengo un perro. A lo mejor se hacen amigos.-Dijo y Lara volvió a ladrarle.
-Me tiene más asco que la dueña.
-Yo no te tengo asco.
-¿No?
-En absoluto.
-Ah, vale. Me alegra saberlo.
-Me tengo que ir.-Dije.
-¿Nos vemos mañana?
-No creo... ya habrá demasiada gente. Y más aquí ésta llena de chicos.
-No, por las noches no hay nadie.
-Bueno... vale. A lo mejor vengo. No lo sé.
-Te esperaré.
-Nada de sustos eh.
-No.
-¿Cómo te has caído sin hacerte daño?
-Si me lo he echo. Pero nada que no alivie una pastilla.
-Solo se te ocurre a ti hacer eso para asustar.
-Ya estoy acostumbrado.
-¿Cuanto tiempo llevas?
-Desde los nueve años.
-¿Y tienes?
-Diecinueve, ¿y tu?
-Diecisiete.
-Pareces más mayor.
-No me llames vieja.
-Ni de coña.-Dijo y se río.
-Bueno me voy.-Dije levantandome y atando a Lara.
-Yo también.
Salimos los dos juntos del parque y seguimos por dos calles juntos y hablando, hasta que el tubo que ir por la calle contraria a mi.
-Adiós, nena.-Dijo.
-Adiós, Álvaro.
Crucé una última calle y llegue a mi casa. Le quite la correa a Lara y fui a la sala.
-Uy ¿Que haces aquí tan pronto?-Le dije a Aitor.
-Son las doce.
-Ya. Pero tu vienes más tarde.
-Pero he acabado antes. ¿Donde estabas?
-Paseando a Lara.
-A vale. ¿Sola?
-No, con Lara.
-Muy graciosa. No me gusta ese chico para ti.
-¿Quien?
-El de esta mañana.
-¿Y que tiene que ver?
-Te vi con el. Mi gran italiano me ha traído a casa en su coche y para ello hemos pasado por el parque.
-Bueno, pero yo me lo encontré allí nada más. No me riñas.
-No te riño, solo que como se pase contigo le voy a quitar miembro por miembro.
-Es majo.
-Héctor también lo era.-Dijo y me fui a mi habitación. Tenia razón.
-Ey Abi espera no quería decir eso, era bromi.
-Tarde, lo has dicho. Así como quieres que salga confiada de casa. Si llego de hablar con un chico que no se ha acercado a mi en todo la noche y dices que puede ser malo. ¿DE QUIEN SE SUPONE QUE TENGO QUE FIARME? EH ¡DIME!
-Joder perdoname, ahora me siento yo mal.
-Cómo tiene que ser.
-Perdoname.
-Ni de coña. Buenas noches Aitor.
-Buenas noches enana.-Dijo cerrando la puerta de mi habitación.
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Un idiota con suerte
RomanceAbi salió adelante con la ayuda de su hermano quien cuidaba de ella. Era el mejor el hermano del mundo, al menos eso pensaba ella. Años atrás un chico al que amaba se lo hizo pasar super mal, todo se fue a la mierda por su culpa. Desde entonces ape...