T/n tuvo diversos problemas en su infancia por parte de un familiar suyo, esto le generó ansiedad y estrés. Su padre la inscribió en una clínica donde recibiría ayuda para calmar esta ansiedad, sin embargo un día en la clínica conoce a un chico de c...
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Es hora de abandonar la casa en la que he habitado por mucho tiempo, me gustaría decir que fue un buen hogar, pero estaría mintiendo.
-T/n es hora de irnos hija, sube al auto-.
Le doy una ultima mirada a la casa y al vecindario donde crecí, sin duda no voy a extrañar esto. Un suspiro sale de mis labios, estoy lista.
Subí al auto, y este comenzó a moverse, mientras me coloqué mis auriculares cerré mis ojos.
Estoy dejando todo atrás, quiero empezar otra vez y olvidar todo, quiero un lugar que pueda llamar hogar.
Mi padre y yo estamos mudándonos a la República de Padokia. Un país diferente, nuevas personas, nuevos lugares la verdad siento algo de miedo en que quizás logre arruinar esta ultima oportunidad...
No debo preocuparme, todo saldrá bien.
Solté un largo suspiro, y observé por la ventanilla los arboles pasar. Solo espero que eso no vuelva a ocurrir.
Mis padres se han divorciado, mi "madre, si es que aún se le puede llamar de esta manera a esta cruel persona, no era un persona agradable en la casa, bueno, no conmigo, no era una persona agradable, diría que de un carácter débil.
Cada momento que pase en esa casa fue una tortura constante, madre siempre fue una persona estricta, y sus castigos los llevaba al extremo.
Si no cumplía bien alguna tarea o recado recibía golpes con una regla de madera o de metal en mi espalda o piernas, o me dejaba sin comida por un buen tiempo.
--𝙻𝚘 𝚑𝚒𝚌𝚎 𝚙𝚘𝚛 𝚝𝚞 𝚋𝚒𝚎𝚗...--
No, no, no, respira, tranquila. Ella ya no esta aquí, son solo palabras, no te lastimaran.
Sigo sin lograr no temerle a esas palabras, tras cada castigo esas eran sus palabras, como si el golpearme, humillarme y dejarme sin comer fueran un bien para mi.
Tanto estrés me generó ansiedad, tenía miedo de hablar, sentía que si contestaba algo mal iba a ser castigada o repudiada, por ese motivo me aleje de mis compañeros de clase y solo contestaba lo necesario.
En esa casa nunca tuve buenos recuerdos, y los mejores eran donde ella no estaba. Padre tiempo después se enteró a través de la escuela.
Ese día me había desmayado en los vestidores, la maestra notó mi ausencia y me encontró en el piso, rápidamente me llevo a enfermería.
En ese tiempo usaba suéteres para ocultar los golpes en los brazos, para cumplir con su labor la enfermera tuvo que quitarme el suéter y lo descubrió. La enfermar en ese momento no podía creerlo, y claro que esas heridas demostraban situación de abuso, llamó al director y al consejero estudiantil, y de ahí ya sabrán.
Padre se sintió tan arrepentido, claro que se realizo una investigación, donde madre fue hallada culpable por abuso infantil, su detención llevo al divorcio y tras muchos meses de lucha mi papá ganó mi custodia total.
