Capitulo III La princesa

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Cuando el sargento Park estuvo fuera del gran salón el rey miro al príncipe, este estaba un poco aterrado, aunque no se arrepentía de lo que había hecho.

-Seokjin por favor ya tiene que madurar ya tienes 28 años por el amor de dios, yo ya no estoy joven, en algún momento voy a morir y al menos quiero conocer a mis nietos, por favor ya deja de huir del palacio, por favor céntrate en lo que realmente importa, ahora lo importante es que conozcas a la princesa Jisso y si es que así lo quieren los dos, se casen y tengan hijos además sería lo mejor para nosotros así tomaríamos su tierras y los reinos se unirían, solo por favor toma eso en cuneta deja ya tus niñerías y pon los pies sobre la tierra-

- por el amor de dios papa yo no quiero casarme con la princesa ni con ninguna otra cuando lo vas a entender, yo quiero ser libre, poder respirar, sentirme útil y no un muñeco que pueden manejar a su antojo-
-tienes que obedecer, yo soy el rey y como tu rey te ordeno que tienes que casarte con ella y tienes que darme herederos-

-yo no quiero padre, cuando lo va a entender, por qué no le da el reino a mi hermano, el sí puede ser libre y yo no por qué? Por qué él no puede ser el rey-

-porque tú eres mi heredero que no lo entiendes, eres el hermano mayor por lo tanto el responsable de la corona, ahora lárgate antes de que te mande a alguna celda hasta tu compromiso-

Jin salió de aquel salón furioso, el realmente no entendía a su padre, pero lo único que sabía es que escaparía tarde o temprano.

Iba caminando por el pasillo cuando sintió en sus manos la rosa que había tomado de aquella casa, la observo y realmente era hermosa, los colores vivos de la flor, los tonos rojos, y destellos que contrastaban con la luz, era simplemente perfecta, pero algo más llamo la atención del príncipe pues vio el tallo de la misma cubierta con sangre, cuando la tomo con la otra mano pudo ver la herida que había provocado las espinal, una pequeña abertura en toda la extensión de la palma, pero aun así ardía, veía como la sangre salía poco a poco porque a empezaba a  coagularse, estaba tan inmerso en sus pensamientos que chocó con alguien más, cuando miro hacia arriba, puso notar que era la princesa Kim Jisso, ella era una de las mujeres más hermosas de todos los alrededores, tenía un cuerpo pequeño y delicado, su rostro era una bendijo para los ojos cualquiera que la miraba se enamoraba de ella, pero no era el caso de Seokjin, él era diferente a los demás.

-hola joven príncipe, como va su día-

-hola Jisso-

Ella vio su mano con la rosa y se emocionó, - esa rosa es para mí, realmente no tenía que hacerlo joven príncipe sabe que yo estoy dispuesta ser su esposa, aunque no tenga que darme nada, yo acepto solo por el hecho de que eres tu-

-esta rosa no es para ti, es mía y no dejare que nadie la toque-

La princesa iba a tomarla cuando Jin la quito, dejando ver así la herida en su mano, la princesa vio aquella herida y se asustó mucho, -pero como se ha hecho esto, déjeme ayudarle a curarlo, déjeme cuidarlo hasta que sane, es mi deber como su futura esposa hacerlo, déjeme cuidar de usted-

-déjame en paz, ni tu ni nadie será mi esposa, que no lo entiendes, no quiero ningún matrimonio-

Después de decir esto, el salió rápido hacia su habitación, cuando ya no se observó, la princesa resoplo.

-maldito hombre mal educado, si no fuera porque este matrimonio me conviene no estaría aquí recibiendo este tipo de humillaciones, te odio maldito-

Aunque lo que había dicho la princesa había sido casi un susurro, alguien escucho muy bien.

-Yoongi, escuchaste lo que dijo esa perra-

-deja ya a la princesa, por favor Jimin-

-es que él es mi mejor amigo, y no se puede casar con esa interesada-

-él no lo hará, pero si no te callas tendré que volver a callarte como ya sabes-
-ven si te atreves-

Cuando escucho es Yoongi, se acercó hasta Jimin y lo beso, pero no fue un beso casto, fue un rudo lleno de pasión y de fuerza, de esos que solo Jimin podría seguir, porque, aunque ellos eran sargentos del ejercito del reino, ellos tenían una relación a escondidas de todos, porque para ese pueblo el tener gustos diferentes era motivo para ir a la guillotina.

Cuando terminaron el beso, se fueron es escoltar como se los había ordenado el rey

Cuando terminaron el beso, se fueron es escoltar como se los había ordenado el rey

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Holisss este es el segundo que subo ya después seguiré subiendo

Cuidense mucho tomen agua jejejej linda noche.
MDA

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