Choi Yeonjun, The Satyr

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Yeonjun soltó un pequeño gemido cuando sintió, de nuevo, aquél roce en su entrepierna. No estaba seguro de lo que estaba pasando, pero tenía demasiado sueño, no quería abrir los ojos.

O al menos, así fue hasta que distinguió un gemido más... que no era suyo.

Abrió los ojos en el momento preciso que todos los recuerdos de la noche anterior se desbordaron en su mente como una avalancha. Se sobresaltó un poco, abriendo los ojos de golpe y encontrándose con Ia cabellera de Beomgyu acostada en su pecho cómodamente.

Movió las piernas un poco, notando de inmediato la razón de sus gemidos y los de Beomgyu: ambos tenían las piernas enredadas con las del otro, por lo que era de esperarse que sus entrepiernas quedasen juntas y frotándose constantemente entre si.

No le tomó demasiado darse cuenta de que no podía moverse, pues los brazos de Beomgyu estaban fuertemente aferrados alrededor de su cintura, dejándole inmóvil.

Cerró los ojos con fuerza, intentando plantearse una idea de lo que le diría a Beomgyu y cómo este podría reaccionar ante la historia nada trágica que Yeonjun estaba deseando contarle, pues quería que Beomgyu entendiese el porqué de su actitud de siempre y la de anoche.

No iba a ser algo fácil de contar, porque probablemente el mayor se reiría de él. Pero Beomgyu le gustaba... y quería intentarlo con él. Por más que eso le costase el autocontrol, deseaba que con Beomgyu no fuese únicamente algo sexual.

Sintió un par de cosquillas en el cuello y miró hacia abajo, encontrándose con que Beomgyu parecía estar despertando, pues se movía inquieto, lo que su cabello cosquilleaba en el cuello de Yeonjun, quien no pudo reprimir sus impulsos y acarició sus cabellos delicadamente.

Beomgyu paseó sus manos por el abdomen de Yeonjun, poniéndole nervioso.

-¿H-hyung?

Beomgyu le miró en ese momento y Yeonjun temió que pudiese escuchar el inquieto y fuerte latido de su corazón, pues este se había agitado notablemente al ver la adorable cara de Beomgyu recién despierto, con pequeños y hermosos ojos perezosos medio abiertos, sus labios exquisitos y rosas como siempre y sus cabellos apuntando en todas las direcciones, dándole una apariencia más que preciosa.

-Buenos dias Yeonjun...- Beomgyu mumuro, hasta quedar sobre Yeonjun y le besó en la mejilla.- ¿Cómo dormiste?

Yeonjun miró, estupefacto. ¿Acaso habla olvidado lo que sucedió en la madrugada? Era cierto que deseaba que Beomgyu recordase cada minucioso detalle, como él lo hacía, pero, de cualquier modo, aún no sabía cómo lidiar con ello. Así que no tenía idea de qué hacer o qué decir.

-B-bien...- se limitó a responder, forzando una sonrisa.- ¿Y tú, hyung?

Beomgyu rió, sacudiendo sus hombros y confundiendo al menor.

-Hace un par de horas estabas:

"Beomgyu me gusta el control", "Beomgyu, cállate", "Beomgyu, eres muy inquieto", "Beomgyu, Beomgyu, Beomgyu...- se burló el mayor enarcando una una ceja. Yeonjun enrojeció por completo. Beomgyu apoyó sus manos en el pecho de Lucas y, en estas, su cara.- Es un poco demasiado raro que ahora te dignes a recordar los honoríficos.

El menor se muerde el labio inferior. Debía admitir que se había estado armando de valor para contarle todo a Beomgyu desde hace más de una semana, pero, justo en ese momento, ni una sola palabra era capaz de salir de su boca.

Pero parecía no ser necesario, pues, estando completamente hundido en sus pensamientos, lo único capaz de sacarle de allí, fueron los tercios labios de Beomgyu posándose sobre los suyos.

Beomgyu se acomodó de modo que quedó sentado sobre el abdomen de

Yeonjun y enredó sus dedos con el cabello de la nuca del menor, quien se derritió instantáneamente ante el toque, enlazando su lengua con la de Beomgyu.

Choi se recostó contra el cabecero de la cama, sentándose, haciendo deslizarse a Beomgyu por su estómago que su trasero cayó en su entrepierna. Beomgyu se acomodó, moviendo sus caderas contra las del más alto, a lo que este no pudo evitar jadear en medio del beso, apretando los ojos anhelantes y brillosos, con los labios hinchados y rojizos.

-No puedo, hyung... no puedo...- mumuró el menor, revolviéndose el cabello.

-¿Qué no puedes?- inqurio Beomgyu, enarcando una ceja. Lucas dudó muchas veces antes de mirarlo, pero al final, lo consiguió.

-No puedo hacer nada contigo hasta que sepas... todo. - confesó Yeonjun, mordiéndose el labio inferior. Beomgyu sonrió, comprensión brillaba en su mirada y Yeonjun tuvo que contenerse un infierno para no lanzársele en ese momento.

-Bueno... empieza. - pide Beomgyu, acariciando levemente las clavículas del menor.

-Primero... siéntate en otro lugar, no puedo concentrarme si estás ahí.- le hace saber Yeonjun señalando un lugar a su lado en la cama. Beomgyu suelta una risita traviesa y se acomoda donde Yeonjun le ha pedido.

-Ahora, empieza.

El menor se lamió los labios, ansioso.

-Soy un sátiro.- soltó de golpe, haciendo a Beomgyu sobresaltarse.

-Eh... bien... supongo que...

-No he terminado. - lo interrumpe.- La primera vez que tuve sexo fue a los dieciséis. Fue con una chica y fue... horrible. - La mueca de asco que hace

Yeonjun en ese momento hace reír a Beomgyu. - No lo intenté hasta medio año después... pero fue, esta vez, con un chico. Él no quería dejarme ser el activo por mi falta de experiencia, pero me negaba a ser el pasivo, así que esa noche solo nos tocamos y no pasamos del sexo oral. A pesar de eso, fue una de las mejores noches de mi vida. Así que asumí que el problema eran las chicas. - Lucas hace una mueca.- Entonces me eduqué en el tema del sexo homosexual y empecé a hacerlo con chicos... demasiado seguido. No podía estar un fin de semana sin estar entre las piernas de un chico... con el tiempo empeoró porque los chicos no eran suficiente para mi. Por más que me había traumado con el tema de las chicas, no pude resistirme. Empecé a hacerlo con chicos, chicas y con ambos

al mismo tiempo. Llegué al punto de no poder pasar un día sin tener sexo. Mi resistencia se volvió aterradora...- Yeonjun hace una mueca de angustia.

«Podría hacerlo cinco veces seguidas.. incluso a veces sentía que no quedaba satisfecho. Mi familia se dio cuenta... fue lo más vergonzoso que tuve que admtir ante ellos; pero, en ese punto, yo ya sabía hace mucho que tenía un problema de hipersexualidad Así que fui a un tratamiento durante un año y medio. Para cuando salí, tenía dieciocho, fue cuando me fui de intercambio.

Cuando llegue a América, me di cuenta de que llamaba mucho la atención; las chicas y los chicos literalmente me caían por todos lados no era bueno para mi autocontrol si tenía la tentación tan cerca. Siempre he sido un chico un poco tímido así que me encerré en mi mismo; así era hasta que cumplí diecinueve. Pareció funcionar por que nadie me prestaba atención...- el chico se cubre la cara con las manos.- Hasta que llegue a Corea y entonces a la universidad y entonces tuve que entrar en el equipo y ahora todos están detrás de mí...»

Yeonjun se calló de repente. Quizá una apresurada confesión después de una historia tan patética como aquella no era una buena idea... lo mejor era esperar la reacción de Beomgyu.

Así que se volteó para mirarlo, encontrándose con los hermosos ojos de Beomgyu muy abiertos y mirando a la nada, procesando la información que acababa de recibir.

-Bueno... yo no... se que decir...- admite Beomgyu, encogiéndose de hombros.- Lo único que puedo pensar es que no te va a servir de nada reprimirte sexualmente. Todo saldrá peor. Además, tienes las bases de tu tratamiento y las pautas para seguir, sabrás que hacer cuando sientas la necesidad de tener sexo... como lo has hecho... todo el tiempo.

-Hay un problema más grande que ese...- murmuró Yeonjun, mirándolo fijamente. Beomgyu corresponde su mirada, sonrojandose levemente.

-¿Cuál es ese problema?- pregunta el mayor, moviéndose para volver a su posición anterior. Sobre el regazo del menor.

Yeonjun traga saliva, desviando su mirada de los labios de Beomgyu a sus ojos en repetidas ocasiones.

-Que me gustas.

Obsessed with Sex 《Yeongyu》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora