Prólogo

138 11 0
                                    

Había crecido en una familia de solo cuatro personas.

Mi hermano mellizo Peter Maximoff, mi madre Magda Maximoff, Mi hermana menor Lorna (que enrealidad es mi hermanastra, pero eso nunca me importo) y Yo, Wanda Maximoff, La pequeña gran bruja, apodo puesto por mis grandiosos hermanos luego de que en uno de los tantos juegos propuestos por Lorna yo escogiera ser la bruja.

El haber crecido sin un padre nunca fue un impedimento, es más, él tío Charles fue siempre lo más cercano que mis hermanos y yo tuvimos de un padre, verlo como nos enseñaba cosas acerca de los mutantes, como nos ayudaba cuando necesitábamos consejos, cuando nos cuidaba de quienes nos molestaban en la escuela, él siempre fue un padre para nosotros. Cabe recalcar que Peter y Yo somos mutantes, igual que nuestro padre según lo que nos ha contado nuestra madre.

Recuerdo siempre haber tenido una confianza muy grande con él cuando se trataba de mis sentimientos, la primera vez que le conté acerca de un chico, luego de cuando quedé aún más enamorada de ese chico, él fue quien vio toda mi historia de amor, y no voy a decir "la historia de amor más bella", por que esa relación resultó ser la peor relación amorosa que pude haber tendido, y solo he tenido 3 relaciones amorosas (contando a mi pareja actual).

Diría que solo han habido pocos actos fuera de lo común en mi vida los cuales gracias a mi familia he podido salir adelante, bueno, no solo mi familia se puede llevar todo el logro, también se lo debo a la mujer con la que vengo saliendo desde hace unos años.

La dueña de esos suspiros a todas horas del día, la dueña de mis pensamientos, la única y gran dueña de mis cartas de amor, y una de las tres personas dueñas de mi corazón...

Natalia Romanova, o como le decíamos luego, Natasha, nombre escogido democráticamente por mis hermanos y mis hijos.

Ella fue uno de mis motores a salir adelante en esa época tan oscura de mi vida, quien me motivó a terminar mis estudios, quien me ayudo con mis problemas dejados por un ex que no valía la pena, quien a pesar de todo me ayudó con todo lo que le llegue a pedir emocionalmente, quien cumplió con todos y cada uno de mis caprichos de mi embarazo, diría que es el amor de mi vida.

Lo que nos lleva al problema que estoy teniendo ahora, tener que vivir sin el pilar más importante de mi vida.

Verla en esa camilla del hospital en el cual trabajaba de vez en cuando, sin escuchar algún estúpido chiste acerca de las ojeras que supongo estoy cargando ahora, sin preguntar por nuestros pequeños, sin escucharla reír por algo que dijo o hizo Peter, me mantenía día a día agonizando viendo como luchaba por su vida.



EN TODOS LOS UNIVERSOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora