Parte 2

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Puedo decir que nunca esperaba por el día de San Valentín. Realmente no había pensado mucho en ello en absoluto. No desde pequeño. No era un día de fiesta que me gustaba. No es que me haya gustado.

Yo era como el Charlie Brown de los niños mientras iba creciendo. Otros niños me invitaban a sus fiestas si ellos eran forzados a darme regalos de San Valentín porque la escuela hacía darles regalos a todos los niños, pero en su mayor parte, al ser pequeño, simple y aburrido, era pasado por alto.

Entonces, cuando regresé a casa de mi curso de la mañana de la universidad local tres días antes de San Valentín, apenas le di un vistazo a la pequeña caja roja de corazón de chocolate que estaba en la mesa de café. Me imaginé que era para mi compañero de cuarto, Choi Yeonjun, o que lo había comprado para dárselo a alguien él mismo.

Yeonjun y yo nos convertimos en compañeros de cuarto junto con mi primo, Soobin, cuando los tres decidimos tener un departamento para nosotros después de empezar la universidad. Yeonjun ha sido el mejor amigo de Soobin desde la escuela primaria y yo solo me uní. Pero Soobin recientemente se mudó con su novia, ahora solo somos nosotros dos.

Tuve un par de horas antes de estar en el trabajo que está cerca de la tienda de departamentos, así que me fui directamente a la cocina a prepararme un sándwich. Me incliné sobre el cajón de las verduras del refrigerador cuando Yeonjun habló desde la puerta.

―Hey, ¿Has visto lo que llegó para ti?

Hice una pausa mientras mi mano se cerró en torno a una lechuga y me enderecé.

―¿Para mí?

Yeonjun estaba sonriendo, mostrando sus perfectos dientes blancos y sus hermosos labios. No es como si yo lo hubiera notado ni nada. Pero, demonios, ¿A quién estaba engañando? Yeonjun era hermoso. Él destacaba con su perfecto cuerpo de nadador vistiendo una camiseta sin mangas que dejaba ver sus bíceps de nadador, y un jeans que abrazaba su culo. Su cabello rubio había sido estilizado por uno de esos salones de fantasía.

―Eso es lo que dice la tarjeta― dijo Yeonjun ―Está en la mesa de café.

Ceñudo, cerré el refrigerador y dejé la lechuga junto al pan de molde, luego caminé hacia la sala donde había visto la caja en forma de corazón. Yeonjun me siguió y señalo a la tarjeta adjunta.

―¿Ves? Dice Beomgyu.

Pestañé. ―Pero nunca nadie me ha dado cosas a mí por ser día de San Valentín.

Él se encogió de hombro. ―Ahora lo hacen. Ábrelo y ve de quién es.

Después de abrir la delgada envoltura, se deslizó una tarjeta rojo sangre cubierta de purpurina dorada con la palabra "Cariño" escrito en él. Dentro solo decía "Con Amor".

Le entregué la tarjeta a Yeonjun quien frunció el ceño. ―¿Eso es todo?

―Parece, ¿Debería abrir el dulce?

―Seguro.

Por un segundo consideré llevarlo a mi cuarto para abrirlo privadamente en caso de que fuera una broma. Mi primer año en secundaria encontré lo que parecía una tarjeta de cumpleaños atado en mi casillero. Cuando abrí la envoltura había una carta la cual contenía un montón de insultos. Yo no quería ser humillado en frente de Yeonjun y averiguar si la caja contenía un perro o algo.

Pero levanté la tapa de la caja y encontré que solamente contenía trufas.

―Oh, trufas. ¿Puedo tener una?― Yeonjun preguntó mientras buscaba por una de chocolate con leche en el medio.

―¿No estás preocupado de que estén envenenadas?―

Yeonjun ya tenía la trufa en sus labios. ―¿Por qué debería?― Sacudió su cabeza y se metió el chocolate en la boca ―Oh, mi Dios.

Adorado 《Yeongyu》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora