ARCANE one shots

Mel Medarda

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Hace unos días recibiste una carta en el correo adornada con oro, y firmada 'La Casa Medarda'. Fue una solicitud para que cantaras en la próxima recaudación de fondos del Día del Progreso. Aunque fue una gran oportunidad, fue angustioso para ti porque nunca has actuado frente a personas de tan gran estatus, aunque no te importan mucho, solo quieres impresionar a una persona. Pero no obstante, no dejaría pasar la oportunidad, ya que era una oportunidad única en la vida.

En ese momento estabas tratando de averiguar qué vestido usar y qué canciones cantar. Por supuesto, se trataba de opciones del agrado de un tal Mel Medarda, el único al que intentaba impresionar esta noche, el día en que se llevaría a cabo la recaudación de fondos.

Esta sería la primera vez que la conoces en persona, seguro que la has visto de lejos pero en persona es diferente, quizás tengas que hablar con ella. ¿Qué dirías? ¿Qué pasa si te avergüenzas a ti mismo o dices algo estúpido? Entonces ella no querrá volver a hablar contigo nunca más, eso sería terrible. Ciertamente no es su problema más importante, pero sigue siendo uno grande.

Desde la primera vez que la viste, has estado enamorado de ella. Quién no lo sería, es deslumbrante, hermosa, etérea, una de las personas más hermosas que jamás hayas visto. Es un eufemismo decir que estabas obsesionado. Has visto su forma de trabajar, es inteligente, calculadora y cada movimiento que hizo fue con precisión y elegancia.

Aspiras a ser como ella, pero lo más importante es que quieres estar con ella. Pero dudas que ella alguna vez esté interesada en alguien como tú. Es segura de sí misma, poderosa y puede dominar una habitación con una sola mirada. Sin mencionar cómo brillaba su piel de ébano, cómo brillaba el oro en su piel y cabello, y sus ojos que te hacían pensar en un bosque de niebla, no es que hayas visto un bosque antes, beneficios de crecer en Zaun. No, eras feliz ahora y una estúpida ciudad no va a arruinar eso, no otra vez.

Tratando de deshacerte de esos pensamientos, decidiste probar y elegir un vestido. Tenías dos opciones; 1. Un vestido verde con negra, 2. Un vestido negro con margaritas.

Después de un tiempo de ir y venir entre los dos, finalmente te decidiste por el vestido verde y negro, el mismo verde que los ojos de Mel, amabas esos ojos, su mirada tenía tanta sabiduría y poder que te hacía admirarla aún más. Te preguntas si esos ojos miraban a alguien con un significado diferente detrás de ellos, uno de amor y adoración. Solo podrías desear que te mirara con amor y adoración, pero seamos honestos, hay una rara posibilidad de que eso suceda. Tratando de sacar de tu mente ese pensamiento que te maquillaste. Mientras tratabas de hacer que combinara con el vestido, elegiste algunas canciones que muestran tu voz porque es por eso que fuiste invitado, así que también podrías presumirla.

Llegaste a la recaudación de fondos que tuvo lugar en una gran sala que tenía una gran hoguera en el centro y una ventana abierta gigante al otro lado de la sala. También notaste que había mucha gente de lejos, mucha gente rica. Tus palmas sudaron y tu ritmo cardíaco se aceleró simplemente caminando entre la multitud hacia el escenario improvisado. Serpenteando y girando a través de la gente para llegar a un espacio abierto.

Cuando subiste al escenario, tus palmas estaban realmente sudorosas y podías escuchar los latidos de tu corazón en tu pecho. Nunca te han gustado las multitudes, siempre te han hecho sentir que no puedes respirar y tu ritmo cardíaco se dispara. Estar rodeado de gente en una multitud te da ganas de vomitar.

Te estabas calmando y fue entonces cuando la viste. Mel Medarda, la mujer de la que estabas enamorado desde hace mucho tiempo. Llevaba su habitual vestido blanco que se ceñía perfectamente a sus caderas y acentuaba las placas doradas de sus hombros y cuello. Cada vez que la veías te quitaba el aliento. Cada paso que dio fue con elegancia y gracia, mantuvo la cabeza en alto con confianza y tal vez un poco de ego.