Justo antes de ponerme a escribir, me he quedado en blanco. He mirado la pantalla como si fuera la vieja enemiga de siempre. He mirado a mi alrededor, y he visto, muchas cosas que me representan y pocas cosas que me hagan feliz.
Una casa, su olor, el laurel seco de la entrada.
Un lugar, los crisantemos intentando renacer, el agua que corre por las esquinas.
Una copa de ginebra cara, mientras pienso, que de tanto practicar el no hacer nada que me haga feliz, he olvidado como serlo.
Y pienso en ti. En ti que me hiciste tan feliz y me haces tanto daño, en todas las palabras bonitas que m dices y en mi indiferencia. En acelerar pensando "me da igual todo, porque no me queda nada".
En venir aquí, mientras miro las vigas y los cristales del pasillo. Y pensar, que lo que fue una gran ilusión ahora es mi cárcel, contigo de carcelero.
Tú, que piensas tanto y tan poco en mí, tú, que demuestras y quieres arreglar lo que venías estropeando desde hace tiempo. Tú, que me partes el alma, cuando me miras y me abrazas, mientras mantengo los ojos fijos en el vació, porque ya no sé si te quiero.
Porque el mundo es de nuevo agrio, sin vida, gris, sin emociones y sin nada que me haga sentir adrenalina.
Porque me empujas, porque me empujo, a pensar en el millón de cosas que haría, si no estuvieras tú. Tú que me llenas y me das amor incondicional, que cae por las escamas de mi pecho como si fuera agua.
Porque tú me has hecho una vez más de piedra.
Y las piedras no aman, no sienten, no padecen.
Sólo se quedan estáticas como mis manos en el viento, como mis lágrimas cuando quieren salir, como mi felicidad retorciéndose en forma de veneno.
Como el gris de tus ojos, que han vuelto mi mundo opaco.
Y aquí me tienes, prisionera de la vida que siempre he deseado para nosotros. Aquí me tienes, deseando incumplir una norma más para que el drama y el torbellino, se lleven mis miedos y me conviertan de nuevo, en esa chica sin miedo a fracasar y con ganas de vivir.
Aquí me tienes, escribiendo lo peor que ha salido de mis manos, para no hacer otra cosa peor.
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Vuelta al mundo de las almas perdidas
No FicciónNo serías tú, si no escupieses todo sobre una pantalla.