III Primer recuerdo

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POV REGINA

Al llegar a la casa de Luz mi sonrisa ya era imborrable, esta mujer me hacía sentir siempre en las nubes, como nunca otra lo había logrado.

– ¿Querés tomar algo? –Preguntó Luz mientras se quitaba sus zapatos dejándolos en la entrada de su casa.
Su bolso fue apoyado en la mesa de entrada, y salió disparada a la cocina. Siempre que entro a la casa algunos recuerdos de hace unos años invaden mi cabeza, pero intento sacarlos porque no me llevan a nada.

– Un café, bonita. –Dije con un tono elevado para que Luz pudiera escucharme.

Llevamos cinco años de conocernos, nos conocimos yendo a comprar libros en el centro comercial. Ambas amamos leer, nos apasionan las historias de ficción y romance, aunque Luz no recuerde muchas de ellas, es lindo saber que en algún momento las compartimos.
Ese día fue especial, llevaba observándola un tiempo. Ella estaba muy cegada leyendo contratapas de los libros, intentando elegir cuál era el mejor de todos ellos; yo me acerque disimulada y la miré, al conectar miradas le sonríe y ella a mí, allí aproveché y le recomendé "Beautiful disaster" una de mis sagas favoritas, algo cliché pero muy atrapante a decir verdad.
Ella con todo gusto aceptó mi recomendación. Charlando y charlando, tomamos un café y descubrimos que éramos vecinas, las charlas y salidas se fueron dando, hasta entablar una linda amistad.
Me encantaba saber que la tenía a mi lado, es una persona maravillosa realmente.

– ¿Ahora sí me vas a contar que pasó con Maximo? –Disparé de una vez cuando me senté en la barra de la cocina, un suspiró salió de los labios de Luz.
– Le descubrí unos mensajes algo extraños con una chica de la Facultad, no me gustó, le dije, me dijo que era su amiga a lo cuál yo no le creí, me fuí y no le hable por tres días, lo cuál fue demasiado para mí, pero así fue. Ya sinceramente me causa estrés este tema, pero no quiero discutir.
– Nunca querés discutir Luz, pero no podés seguir callandote las cosas, no te sirve de nada. –Dije en un tono serio pero a la vez tratando de ser comprensible con ella.
– Me hace acordar a cuando lo encontré con una chica luego de... Bueno, ya sabes.
– Si, recuerdo bien eso. – Rodé mis ojos al recordar cuando lo encontramos acostándose con una chica en plena fiesta en el baño de una casa. Sin ningún tipo de remordimiento, luego vino a rogar su perdón, y bueno, Luz no pudo evitar hacerlo, su familia nunca supo, y al no saber insistían a Luz para que le diera una oportunidad de demostrarle que la quería. Aunque bueno, ya sabemos que no es así.
– Yo no entiendo cómo hiciste para perdonarlo.
– Lo quiero, es muy importante para mi familia que estemos bien. Ya sabes.

Me dejó mi taza de café y ella se sirvió la suya, quedando justo frente a mi en la barra. Le sonreí al ver que llevaba puesto en uno de sus dedos un anillo que le había regalado al mes de conocernos.

– ¿Qué pasa? –Se sonrió mirando el anillo.
– Nada, el anillo... Te lo regalé yo ¿Recuerdas?
– ¿En serio? Ay, lo siento, no lo recordaba. Es muy hermoso. Tuve un par de sueños con él. Que lo llevaba puesto. –Dijo mientras lo sacaba de su mano y lo observaba, era un anillo de plata con una rosa en medio. Muy delicado, muy ella.

• Flash Back •

– Tengo un pequeño regalo para vos. Cerra los ojos.
– ¿Un regalo? ¿Para mí? ¡Ay, que linda! –Luz dijo con una amplia sonrisa, allí me di cuenta que le gustaban las sorpresas y los regalos.
– Si, para vos. Cerra los ojos –Reí mientras la miraba y ella hizo lo que le pedí, le pedí que extendiera una de sus manos y le puse un anillo de plata, con una rosa en medio.
– Abrilos. –Murmuré con algo de nervios.
Cuando Luz abrió sus ojos vió el anillo y abrió su boca pegando un pequeño grito que hizo llamar la atención de algunas personas alrededor, lo cuál me hizo sonreir.
– ¡Es hermoso, Regina! ¡Gracias! No me lo sacaré nunca.

Tenías que ser túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora