Capítulo 2: Es esto o nada

9 1 0
                                    


 -Chan te toca! - Dijo una pequeña niña señalando con el dedo.

Estábamos en el patio en frente del hogar, era el único lugar donde las maestras nos permitían jugar. Solían decir que era muy peligroso si nos alejábamos jugando al escondite. El sol de verano brillaba con fuerza, el calor era tanto que teníamos que mojarnos la nuca y llevar sombreros de paja todo el día. Era mi turno de pillar, quedaba poco tiempo libre, ya que luego debíamos ir a seguir con las clases matutinas que nos daban las maestras. Agarré los bajos de mi vestido jugueteando con la suave tela blanca, cerrando los ojos empezando a contar hasta cien.

98..

99..

100..

-¡Quien no se haya escondido tiempo ha tenido! -Dije alegremente dando una vuelta para buscar donde podrían estar mis amigos. Busqué y busqué por todos lados de la zona permitida, pero al no encontrar a nadie, decidí esconderme en un matorral cerca de la puerta de entrada para ver si por casualidad los veía así pillarlos de sorpresa y ganar. Los minutos pasaron y me empecé a aburrir ahí escondida al acecho. Estaba por levantarme cuando escuché las voces de las maestras hablar de algo. Por su tono de voz podría deducir que estaban preocupadas, casi asustadas. Me levanté y me acerqué a la ventana la cual estaba algo abierta, dejando que el aire y voces pasen.

-La niña no está capacitada para tantos estudios.. -Dijo una de ellas sollozando, debía ser la maestra Gloria. Lo sabía reconocer por su voz.

-Es lo que debéis hacer. No hay más remedio.

Fruncí el ceño, esa voz era diferente a todas las que había escuchado en mi corta vida. Era profunda y grave, definitivamente era de un hombre pero, ¿Qué hacía la maestra Gloria hablando con un desconocido?

-De todas formas no me parece bien, solo es una niña.

De golpe solo se escuchaba la brisa de verano mover las hojas verdes de los árboles que rodeaban la gran casa. Algo dentro de mi decía que no debía haber escuchado esa conversación. Que era algo privado y que las maestras no nos habían educado para comportarnos de tal forma.

-Esta noche la llevaréis al patio trasero como siempre, y la sedareis para que no recuerde nada. ¿Entendido?

La voz masculina volvió a hablar y se giró viéndome escondida en el arbusto, esa mirada gélida me provocó escalofríos. Su cara estaba tapada por un pañuelo negro que cubría la boca y nariz a conjunto de su ropa. El hombre dio varios pasos en dirección de la ventana, acercándose para verme, a la pequeña espía que los había escuchado sin querer. No se de donde pero algo dentro de mi me impulsó a correr para huir lejos, lo más que pudiera de esa persona. Por culpa del viento mi sombrero cayó al suelo. Simplemente lo ignoré sin parar de correr. Corrí y corrí. Cuando sentí mis piernas cansarse paré, quedando en medio de una arboleda que nunca había visto. Al darme cuenta de dónde estaba ya era muy tarde.

Había entrado en el patio trasero, el lugar donde estaba terminantemente prohibido ir. El lugar que daba acceso al bosque mágico. El lugar más peligroso del reino de Fenua. Y yo me había perdido entre los tantos y oscuros árboles que habitaban en el lugar, tapando con sus copas cualquier rayo de luz. Quedando en la más profunda oscuridad al llegar la noche.

***

CHANEL

Me desperté abruptamente agarrando las sábanas con fuerza, mi cuerpo estaba cubierto por una fina capa de sudor, pegándose la tela a mi cuerpo marcando la forma de mi cintura. Pestañeo varias veces para acostumbrarme a la oscuridad del lugar.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 22, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Aura MixtaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora