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Changbin se encontraba en la cocina de su hogar, viendo algún video de un postre de oreo que le pudiera gustar a Minho, pero lastimosamente nada le favorecía.
—¿¡Por qué es tan difícil esto!?—Se quejó para sí mismo mientras se jalaba levemente sus cabellos en señal de frustración.—
—¿Ahora qué te pasa Bin?—Una voz femenina se hizo presente en el lugar, haciendo que el mencionado levantara la cabeza.—
—¡Jeongyeon Noona!—El menor sonrió a quien era su hermana, Seo Jeongyeon, yendo a abrazarla con un poco de fuerza—¡Te extrañé demasiado!.—
—Si si, ya sueltame que me ahogas—Se quejó y cuando se liberó del agarre pudo respirar con normalidad—Hola tontito, veo que quieres preparar un postre, ¿Ahora qué le llevarás a tus estúpidos compañeros?.—
—Yah, no les digas así, y el postre no es para ellos—Retrocedió un poco y miró hacia otro lado, avergonzado de lo que iba a decir—Es para un compañero, es que él jamás me a aceptado un postre y quiero darle uno—Explicó, poniendo las manos detrás de su espalda, sintiendo un poco de vergüenza.—
—Awww, mi hermanito se enamoró de alguien que ni le acepta los postres, que triste por ti hermanito—Lo abrazó, acariciando la cabeza del contrario y ganándose una queja de este.—
—¡No me he enamorado de nadie, solo quiero darle un postre especial!—Changbin estaba un poco molesto porque todos creían que le gustaba Minho, pero no era verdad, solo quería ser su amigo.—
—La primera etapa es la negación—Soltó con burla y revolvió los cabellos del más bajo—Diviértete con tus cosas—Y sin más, abandonó la cocina, dejando a Changbin con las palabras en la boca.—
¡A él no le gustaba Minho, para nada!
¿Verdad?
Obvio que no le gustaba, ni siquiera había intercambiado directamente más de cinco palabras con él.
Aunque le parecía un chico atractivo, lo vio una que otra vez sin mascarilla y joder, si que era hermoso.
Solo le parecía hermoso, nada más, no le atrae ni nada por el estilo.
Aunque...
—¡Yah, deja de retractarte solo mentalmente, Seo Changbin!—Se dijo así mismo, provocando que su gato lo mire raro—No me veas así Pelusa.—
Estaba perdido, o eso creía hasta que su gato se subió en el mueble donde se encontraba su celular, pisándolo y poniendo un video de ahí.
—¡Pelusa malo, no te subas!—Lo tomó y lo bajó, tomando su celular para ver que había hecho con el, pero grata fue su sorpresa al ver el título del video—“¿Postre de oreo con solo tres ingredientes, fácil y rápido?”—Los ojos del castaño se iluminaron y dejó el aparato aún lado mientras tomaba nuevamente al felino, pero para abrazarlo—Pelusa, me haz salvado la vida-¡Auch!—Se ganó un rasguñon de su mascota, haciendo que lo suelte y este salga corriendo—Ni modo, toca hacer el postre ahora.—
