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Chapter 12: A Parting And A Reunion

Una Despedida y Un Reencuentro

—¿Realmente necesitas irte? Eres bienvenido a quedarte un poco más.—Dijo el Señor del Pico Qing Jing, observando cómo Shen Yuan se inclinaba ante él a modo de despedida.

—Sí, no puedo permanecer inactivo por mucho tiempo. Todavía necesito reunirme con algunas personas, Jiejie probablemente pensará que pasó algo si no la visito por tanto tiempo.

El Señor del Pico suspiró mientras veía a Shen Yuan despedirse de su pequeño A-Jiu, ambos un poco rígidos en su presencia. Sacó un pequeño accesorio y se lo entregó a Shen Jiu, quien solo lo miró boquiabierto.

—Shizun, esto-...

—Úsalo como quieras.— Dijo, alborotando el cabello de Shen Jiu antes de dejarlos solos una vez más.

Shen Jiu miró fijamente su espalda en retirada.

—... Entonces, supongo que esto es un adiós por ahora.— Dijo Shen Yuan, sonriéndole.

—Espera.— Dijo Shen Jiu, acercándose y agachándose lentamente para trabajar en el cinturón de Shen Yuan.

—¿Eh? ¿Qué vas a-...?

—Ahí. Si necesitas ayuda. O simplemente... quieres venir a visitar.

Shen Yuan disipó el rubor en sus mejillas mientras miraba la pequeña campana que colgaba de su cinturón junto a su pequeña y brillante ficha del pabellón. La campana era de plata mate con un cordón con los colores de Qing Jing.

—¿Esto es...?

—Parece que a Shizun le gustas lo suficiente como para permitirte la entrada a Qing Jing. Los forasteros rara vez obtienen una ficha, ¡Así que es mejor que la uses!— Dijo Shen Jiu, sus propias mejillas se sonrojaron porque obviamente ignoró que, si bien su Shizun le había proporcionado la campana, fue él quien se la regaló a Shen Yuan.

Shen Yuan sonrió, cediendo a la repentina necesidad de abrazar a Shen Jiu. Este último farfulló antes de palmear su espalda avergonzado.

—Está bien, está bien. Será mejor que vengas de vez en cuando.

—¿Oh? ¿No más encuentros en burdeles o bosques conscientes?

Shen Jiu resopló, soltándose lentamente mientras Shen Yuan se reclinaba hacia atrás, revisando su bolsa qiankun por última vez antes de asentir con la cabeza.

—Me iré, entonces.

Shen Jiu se quejó al despedirse, pero antes de que Shen Yuan estuviera fuera del alcance del oído, murmuró para sí mismo.

—Mantente a salvo. Y no hagas nada peligroso.

El corazón de Shen Yuan saltó, encantado al pensar que Shen Jiu realmente se preocupaba por él. Sin embargo, este sentimiento alegre no duró mucho. Una vez que llegó al pie de la montaña, miró hacia atrás con una mirada melancólica, sus labios se torcieron mientras imaginaba a Shen Jiu todavía cuidándolo.

Su corazón, que había comenzado a latir rápidamente cuando Shen Jiu le devolvió el abrazo, ahora se hundió en su estómago, dejando un sabor amargo en su lengua mientras le daba la espalda a la montaña Cang Qiong, con el ceño fruncido mientras miraba hacia la calle vacía de él.

—Aiyah, Jiu-ge. Nunca te prometí nada.

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