Capítulo 2

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Los hermanos Senju no esperaron encontrarse con un patio tan espacioso dentro de la finca de la familia líder. El patio era extenso y tenía un estanque koi en el medio. Para Hashirama era realmente hermoso porque el verde del lugar contrastaba demasiado con el color del papel tatami de la morada. Tobirama no podía negar que disfrutaba de la calma que transmitía ese paraje, a diferencia de los pasillos de la casa que provocaban que casi vomitara; la simple idea de ser vigilado constantemente era suficiente para que se sintiera incómodo. 

Ambos divisaron que su padre se encontraba en un rincón demasiado lejos de ellos, percibiendo que el mayor parecía observar hacia el cielo. 

—Tobirama —llamó Hashirama a su hermano menor. 
—¿Qué sucede? 
—¿Llegaron a reclamarte? Digo, recordando lo que comentaron de nuestro padre. 
—Para mi sorpresa y alivio, no, no me han marcado, ¿y a ti?
—¡Que alivio! A mí tampoco me han marcado con la mordida. 

Ambos hermanos mantuvieron la vista en dirección de su padre hasta que decidieron dejarlo a solas a la lejanía. 
Los dos jóvenes decidieron sentarse en la enawa del pasillo y mirar hacia el patio. 

—No sé que puedo esperar de esta nueva vida que nos tocó —comentó Tobirama.
—¿A qué te refieres?
—Me refiero a que de guerreros nos rebajaron a peor que una esposa. Somos claramente kagemas, Hashirama. 
—Yo no lo veo tan malo...
—No lo ves de esa manera porque a ti siempre te gustó un Uchiha. 
—¡No es por eso!
—Sé a la perfección que sí lo es. 
—Olvídalo, mejor hablemos sobre lo que pensamos que nos pasará. 
—Hashirama, es obvio que lo que nos pasará es que cuando nos pongan una marca ya no podremos escapar. 
—¿Te refieres a que gracias a la marca podrán seguirnos?
—Sí, y que quedaremos mal de la cabeza, solo rogando por ellos. Lo peor de todo será cuando tengamos que tener sus hijos.

Hashirama hizo una ligera mueca de desagrado.

—Pero... ¿Con quién? Madara e Izuna nos compartirán entre ellos.
—Supongo que será al azar.
—Yo no quiero de Izuna...
—¿Y crees que yo sí? De hecho, tú solo quieres de Madara. 
—Deberíamos dejar de lado esto y pensar en nuestros hermanos con el clan...

Allí Tobirama entro en razón al saber que no sabían nada de Itama y Kawarama luego de la caída del clan. Ambos hermanos temían que Itama se presentara pronto como un omega y su destino quedara marcado como el de ellos. 

—Tengo miedo de que Itama se presente pronto —admitió Tobirama y Hashirama simplemente asintió. 
—¿Necesitan algo, Tobirama-sama, Hashirama-sama? —interrogó una voz jovial mientras aparecía por el pasillo. 

Tobirama inmediatamente reconoció que se trataba del joven Kagami quien parecía venir a vigilar de que ellos no hicieran nada inadecuado. 

—No, no necesitamos nada, Kagami-san —respondió Tobirama mientras su hermano mayor lo veía con desconcierto.
—¿Se conocen? —preguntó Hashirama.
—Él me ayudó con esta horripilante ropa. 
—Oh, ¡un gusto entonces, Kagami-san!
—Encantado de hablar con usted, Hashirama-sama —Kagami hizo una reverencia—. ¿Cómo se encuentra él
—Mi padre parece estar afectado, como cualquiera de nosotros —dijo Tobirama con suma sinceridad. 
—Es entendible, cualquier omega estaría así después de ser marcado contra su voluntad —comentó Kagami mientras soltaba un ligero suspiro—. Si necesitan algo no duden en avisarme. 
—De hecho, tenemos una petición —dijo Hashirama logrando que Tobirama alzara una ceja—. Queremos que nos digas como se encuentran nuestros hermanos menores.
—¿Crees que Kagami pueda? 
—Oh, no se preocupen. Trataré de ubicarlos, solo necesito los nombres —aseguró Kagami.
—Senju Itama y Senju Kawarama —informó Hashirama con alegría. 

El Senju iba a seguir describiendo a sus hermanos para que el Uchiha se diera cuenta de como eran ellos, hasta que terminó guardando silencio cuando notó la presencia de Madara asomarse por el pasillo.
Hashirama mantuvo un semblante ligeramente preocupado al ver a su antiguo amigo, a diferencia Tobirama quien no dudaba en mostrar su repugnancia en su semblante. 

—Buenas —saludó Madara mientras se acercaba a Kagami—. ¿Puedo saber de qué hablan?

Hashirama fue a abrir la boca, pero terminó callado por su hermano.

—Que te importa, Uchiha —dijo Tobirama logrando que Madara solo soltara una pequeña risa burlona, llena de soberbia.
—No estás en posición para tratarme de esa manera, Senju. Sin embargo, no negaré que te queda muy bien ese atuendo y el peinado, aunque no lo tengas tan largo.

Tobirama simplemente bufó.

De entre sus ropajes, Madara sacó un par de pequeñas cajas, entregando cada una a los menores Senju. Ambos hermanos observaron con curiosidad y desconfianza ambos regalos, pero al no notar nada extraño por fuera, decidieron abrirlos. Dentro se encontraban dos abanicos de papel bien hechos y con decorados un poco costosos. 

—¿De dónde robaste el dinero? —preguntó Tobirama. Se rehusaba a utilizarlo si era con lo que saquearon de su clan.
—A veces realizo trabajos para el Daimiyou, por lo que tengo mi propia mesada —respondió Madara. 

Hashirama abrió el abanico y fascinado notó el símbolo que poseía en el centro. Si bien el símbolo Uchiha se encontraba presente, también estaba el Senju en el medio. 

—Esto... —Hashirama intentó hablar—. Esto es lo que hablamos cuando éramos niños, Madara —reconoció Hashirama.

Hace años, Hashirama y Madara tuvieron la vaga idea de imaginar como sería fundar una aldea. 

—Sí. No olvidé esa tontería, así que les traje eso —comentó Madara mientras observaba a ambos Senju, pero dejó de observarlos para mirar por encima de su propio hombro, notando que a la escena entraban dos presencias más hacia el lugar: su hermano menor y su padre. 

Hashirama y Tobirama eran conscientes que el odio hacia los Senju era más grande en ellos por lo del pasado; a diferencia de Madara quien no parecía tener rencor con algún Senju. 

La mirada de ambos Uchiha que ingresaban decía todo: no saldrían ilesos en esta oportunidad, o al menos uno de ellos no podría tener más inmunidad de la que ya portaba. 

—Creo que algunos venimos cansados y necesitamos ciertas compañías —musitó Izuna sin saludar. 

Ambos hermanos Senju se terminaron mirando entre ellos al saber que les deparaba. 

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⏰ Última actualización: Jun 23, 2022 ⏰

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