La Chica de Los Girasoles [Sasharcy]

Prologo

(N/A:) ¡Hola! De nuevo xD.

Decidí reescribir absolutamente TODA la historia, ya que todo estaba yendo tan apresurado, Blah, blah.

Pero, aun así, tendremos las mismas advertencias (tal vez quitare unas cuantas, pero se agregarán otras)

TW:
-Autolesiones
-TCA
-Suicidio
-Violencia
-Ansiedad

Y sin más que decir, nos vemos en otra nota; cualquier falta ortográfica comentenla o háganme bullying hasta que muera 👍

[🌻]

El vacío con el que siempre despertaba Marcy no era normal.

Vacío en el estómago; revuelto con ansias de vomitar lo invisible y sin ganas de digerir lo comido.

Vacío en su cabeza; Dolores frecuentes y disociaciones constantes, era como si estuviera en modo automático.

Aunque, para ser sinceros, siempre había estado en un modo automático desde que nació hasta ahora que hace uso de razón y reflexión.

Y, por último: Vacío en el corazón.

Sin sentimientos, sin emociones, sin nada. Misma rutina, misma faceta, mismo vacío.

¿Donde estaba lo interesante por lo que Marcy debería pasar a sus 16 años?

Su alarma puso fin a sus pensamientos borrosos. Abrió sus ojos mirando el blanco perfectamente pintado de su habitación. Perfecto como lo que su persona falsa era; perfecto como su familia sin ver el detrás.

Movimientos robóticos ya programados para hacer lo mismo: Salir de tu cama, bañarte, lavarte los dientes, saltarte el desayuno y salir de casa fue lo que su memoria recordaba una y otra vez.

—Uh... –Suspiro sentada en la orilla de la cama, viendo al vacío y a la vez su ropa claramente planchada antes de la noche para no dar una mala impresión de los Wu.

Aún así, dejando su lado depresivo, sonrió.

¿Qué más tenía en la vida? Nada, y nada la detendría de sonreír, porque era lo único que la defendía del mundo real y cruel por el que pasaba todos los días.

Agarró la toalla y así empezó su día normal como siempre.

[🌻]

Su mochila se alejó de la silla cuando uno de los listones fue agarrado rápidamente.

—¡Me voy! –Gritó a la nada, acostumbrada a no recibir respuesta.

— ¿A donde vas?

Escuchó una voz áspera y masculina detrás de ella.

Tragó fuertemente, sus manos sudaron y se removieron de las bolsas de su sudadera inquietas, de la nada se sintió nuevamente la niña ingenua de 13 años esperando un "¡Buenos días, cielo!" e invitándola a desayunar como una buena familia.

Pero no, carajo, estaba en la maldita casa de los Wu's y nunca hay amabilidad, nunca hay cariño, nunca hay amor.

Tragando el nudo de su garganta, volteó.

—Me voy a Saint James, c-como siempre –Miro de reojo al reloj, esperando que su padre no copiara la acción y haga lo mismo.

—¿Tan temprano? –Miró con asco la sonrisa burlona que recibió. Porque así era él: se burlaba de los demás para hacerles saber que él era el que mandaba.