Arrullo de Estrellas

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☪   Playlist obligatoria en mi perfil (No, mentira, es opcional pero les recomiendo escuchar para mayor conexión)

☆゜・。。 ・゜゜・。。 ・゜★


La oficina estaba sumergida en silencio, al igual que mi mente cuando me sumerjo en el trabajo, y esa era una de las razones por la cual hoy estoy aquí sentado revisando dossiers y planos de proyectos pendientes.
Un suspiro escapó de mi pecho sin poder evitarlo, levanté la vista de las hojas extendidas frente a mí y observé la foto que descansaba a un costado sobre el escritorio; Eda y mis hijos me devolvieron la mirada, y una sonrisa se formó lentamente en mis labios.
Recordaba perfectamente el día que había tomado esa foto, los cuatro vestíamos de blanco y, déjenme decirles, que el blanco definitivamente es nuestro color. Eda eligió los atuendos ese día, y a mí me tocó negociar con Alp, quién se había tirado al piso en un pequeño arrebato dónde se negaba a colocarse los diminutos pantalones.
Al final por supuesto todo salió bien, y ahora la foto de mi familia descansa frente a mí.

Tragué con fuerza y acerqué mi mano a la foto, delineando sus rostros con delicadeza.

— ¡Serkan!

Un cuerpo se atravesó frente a mí y fruncí el ceño automáticamente cuando el rostro sonriente de Efe bloqueó mi vista.

— ¿Hoy, Serkan? ¿En verdad?— exigió chasqueando los dientes, por el rabillo del ojo observé que había empujado la foto con su torpe cuerpo cuando se sentó sobre mi escritorio.

Me enojé.

— ¿Te puedes quitar de ahí? — espeté  con molestia, empujándolo a un lado y colocando la foto en su lugar correspondiente.

— Lo siento— señaló con honestidad, y yo asentí levemente.

—¿Qué quieres?

—¿Qué quiero?— repitió con incredulidad— ¡Es sábado, Serkan! ¡Es sábado y también es cumpleaños! Me niego a pasar otro cumpleaños sin festejarlo, o al menos, sin beber una copa.

—No puedo— negué tan pronto empezó con su parloteo.

—Oh, ¿En serio? ¿Cuáles son tus planes?— me retó, tomando mi silencio como un motor para seguir hablando— Una copa, eso es todo amigo. Después, puedes ir a casa y festejar a lo grande con tu...

Le devolví la mirada apretando los dientes. Efe sonrió victorioso y me golpeó en el hombro con energía.

— ¡Eso es, hermano!— asintió aplaudiendo mientras me levantaba y me colocaba el saco con acritud.

— Una copa y nada más— advertí, tenía que llegar temprano a casa o de lo contrario iba a terminar durmiendo en la ducha, y eso era último que quería. Para Eda los cumpleaños eran demasiado especiales, y a Kiraz le encantaba llenar la casa de globos, además de que aprovechaba esas fechas como pretexto para comer helado en exceso.

—Claro, claro.

—Y nada de hablar de mi vida, Efe —le recordé, bajando las escaleras mientras revisaba mi celular: no tenía ningún mensaje. O al menos, no uno que me importara.

Seguí a Efe en mi coche, rezando porque eligiera algún bar decente y no uno de aquellos repletos de mujeres semidesnudas que tanto le gustaba, para mí suerte supo equilibrar nuestros gustos. La música retumbaba con fuerza en mis oídos mientras tomaba asiento en la barra.

—Te tomaste muy en serio lo de una copa— bufó mi molesto amigo.

—Es esto o nada— me encogí de hombros, observando aburrido al alrededor.

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⏰ Última actualización: Jun 24, 2022 ⏰

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