Kazutora tenía una especie de obsesión por verse perfecto.
Odiaba que su cabello estuviera fuera de lugar, ocultaba hasta la mínima imperfección corporal, ya fuera barro, espinilla o alguna mancha, y siempre iba vestido con ropa de marca, pulcra, planchada y bien convinada; no quedaba satisfecho si su aspecto de pies a cabeza no estaba impecable, perfumado y a fondo bien aseado.
No recordaba a partir de en qué momento se volvió tan quisquilloso; aquellas manías eran usualmente características de alguien metrosexual, él no era de poner etiquetas, pero tampoco tenía inconveniente con adoptarla como adjetivo de su persona cuando llegaban a referirse a él de ese modo en el colegio, en si en cualquier parte.
Tenía diecisiete años, se encontraba cursando el segundo año de preparatoria y toda la escuela lo conocía. Su popularidad como el vocalista y segundo guitarrista de su banda musical lo presedía y él procuraba mantener ese puesto, aunque eso implicara también tener una pésima reputación que desde primer año se creó sin querer, ya que antes de darse cuenta, se había posicionado como el golfo, puto, o como les gustaba más decirle, el Tigre del colegio.
Todo se debió a que tenía buen pegue con las chavas y desde el baile de bienvenida las chicas le llovieron como abejas a una flor.
SIn poder evitarlo, le coqueteaba a todas las chicas, él no discriminaba ni era exigente, todas le parecían guapas a su manera, por lo que terminó adoptando como jobi y diversión seducirlas hasta lograr acostarse con ellas para así conseguir lo que deseaba, o mejor dicho, nesecitaba, lo cual mantenía como un problemático secreto.
A veces resultaba fácil, otras veces no tanto ya que para conseguir un acostón, las tenía que hacer sus novias para que accedieran y en ocasiones tenía más de una y lo ocultaba hasta obtener lo que quería, luego terminaba con ellas.
Al inicio sentía un poco de remordimiento, pero de a poco dejó de sentirlo, y andar con ellas resultó emocionante y para finales de primero ya se había acostado con todas las chavitas de su grado y la mitad de las de segundo, se volvió algo tan regular que comenzó a poner límites: no duraría con nadie más de cuatro meses y en ese plazo desplegaría todos sus encantos para mínimo llevarlas una vez a la cama. Esa fue su fama y tanto era así que ya lo conocían y lo tenían tachado de golfo, por lo que nadie lo tomaba enserio.
Si alguna chica desafortunada caía en sus garras, la miraban compasivos.
Debido ha eso aquellas más atrevidas e interesadas, que conocían la plata que poseía, se hacían sus novias, esto para utilizarlo en ambos sentidos: material y sexual, ya fuese por la curiosidad o para conseguir experiencia. Acudían a él y llegaban a un acuerdo que estaba sujeto a pura atracción física, teniendo prohibido involucrarse emocionalmente.
Como Kazutora no era alguien sentimental, según todos, esta regla aplicaba para quien se aventuraba ha salir con él, por eso a inicios de segundo año se creó el club de fans de Kazutora, también llamado el Tigre cantante y guitarrista de la banda Touman, conformada por seis chicos: Baji el bajista, Pachin el baterista, Mitsuya el pianista o el que manejaba el sintetisador, Mikey el primer guitarrista, Draken el violinista eléctrico y a la vez el compositor y Kazutora el cantante y segundo guitarrista.
Habían comenzado como banda el primer año de secundaria, pero no tuvieron fama local hasta primer año de prepa.
El club de fans de Kazutora tenía como jefa una tipa llamada Kali, ella organizaba al resto de chicas, gestionando alado de la subjefa Mine, quienes salían con Kazutora y cuantas veces se habían acostado con él, debían mandar su reporte diario acerca de lo que habían hecho con él y tenían prohibido andar con él más d tres meses, de lo contrario le pondrían un castigo de acuerdo a que tan grave consideraran la falta.
A Kazutora le traía sin cuidado aquel club, que hicieran lo que les viniera en gana, mientras no fuese afectado o descubrieran su secreto, no tenía problema, de hecho hasta gracia le daba, ya que era como tener un harém: las chicas inscritas eran como sus concubinas y solo si le parecían lo suficientemente buenas, les dedicaba más atención de lo estrictamente permitido, como un emperador haría con sus amantes.
(...)
-¡Hola!, guapo -saludó Kali a Kazutora guiñándole un ojo.
-¡Hola!, hermosa, ¿qué pasa? -respondió deteniéndose a un costado del pasillo rumbo a clase de inglés.
-Solo vine a informarte que una chica de tercero se a inscrito en el club, por lo que ya tienes nuevo ligue -informó como si diera el reporte del clima de ese día.
Kazutora se encogió de hombros,.
-Vale, agenda una sita con ella para mañana viernes por la tarde, quiero conocerla.
-OK, te estaré enviando un mensaje cuando esté hecho.
-Vale, en ese caso bye. -Dijo y retomó el camino hasta su clase.
El viernes por la tarde llegó y Kali le había agendado una sita a las cinco de la tarde en un restaurante afiliado a un motel caro,.
La joven de tercer grado era guapa: melena rubia cenisa, ojos grandes, verdes, piel blanca y alta, parecía extrangera, cosa que le dio igual, ya que en cualquier ángulo era sexi; de inmediato supo que la quería en su cama, bueno, en cualquier cama, desnuda se vería mucho mejor.
Algo le decía que su mirada era la de un lujurioso perbertido y deprabado, pero no le importó, la joven sabía ha que atenerse.
Cenaron por una hora, la chica le parecía tonta y simplona, pero que más daba, su cuerpo era casi la de una modelo, por lo que después de beberse toda una botella de vino, alquiló una habitación en el motel en donde en poco tiempo entraron en calor y Kazutora disfrutó de una buena noche sexual.
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En pos de un corazón escarchado. (TR/AU/Torafuyu)+ 18-En edición.
FanfictionKazutora es el típico chico popular que anda con todas las chicas del colegio, tiene una banda musical en donde es el vocalista, su club tóxico y enfermiso de fans lo adoran y él parece estar bien con su vida, al menos así demuestra delante de todos...