Carta 1

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Cuando miré aquella sonrisa y aquellos ojos, supe que definitivamente te había perdido. Jamás me habías visto de esa manera, ni si quiera el día que me pediste que fuéramos pareja, ni el día en el que me dijiste que me amabas.

Sabía perfectamente que ya habían pasado meses desde nuestra ruptura, aunque aun lo recuerdo como si hubiera sido ayer, cuando me dijiste con lágrimas en los ojos que lo sentías, pero que ya no me amabas como antes y que ya no podías seguir mintiéndome así, cuando escuché el filo de esas palabras no podía creer lo que estaba oyendo, que había pasado con los te amaré por siempre, el quiero estar contigo toda la vida, eres la indicada. Solo pude responder entre llantos

- ¿Crees que un tiempo separados lo solucione? ¿Tal vez el estar juntos por 8 años es demasiado? No tomes una decisión tan descabellada, sé que aún me amas.

Te acercaste mí, tomándome la mano mirándome como si fuera una desconocida

-Sara, el problema no eres tú, a veces las relaciones ya no funcionan, incluso las que solían ser perfectas como nosotros dijiste mientras me abrazabas y te alejabas.

En ese momento sentí que me hacía pedazos, el amor de mi vida se estaba alejando de mí, pero como eras el amor de mi vida, creí que regresarías a mí, no era la primera vez que te alejabas, por lo tanto, tal vez esta no sería la última. Pero me equivoque, no quería admitirlo, pero era verdad, por el campus se rumoreaba que estabas saliendo con una chica de tu misma carrera, en realidad nunca antes los había visto juntos, así que no podía culparte de infiel. Al principio mis amigas estaban conmigo para asegurarse que me encontrará bien, pero después de unas semanas, todas comenzaron a decir la frase de "Ya supéralo y así como el hizo contigo" riéndome y fingiendo que esas palabras no se sentían como pequeñas apuñaladas. Respondía diciendo

- Estoy bien, ya no pienso en él, en realidad no esperaba que ellas me creyeran, pues sabía perfectamente que a ellas no les importaba, lo decía para que yo pudiera creérmelo.

No pasaba ninguna noche sin que soñará contigo, sosteniéndome en tus brazos, diciéndome que me amabas, que soy el amor de su vida y que jamás podrías ser feliz sin mí, lo único malo de ese sueño era eso, que era un sueño, en la vida real tú ya eras feliz y sin mí. Al principio cuando comencé a tener estos sueños me gustaba creer que era porque tú también pensabas en mí y me extrañabas, tal vez por eso dormía abrazada con el celular todas las noches, esperando una llamada tuya, donde dijeras te extrañé, pero nunca llegó.

Cartas a mi exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora