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Desde antes de ser consciente acerca de lo que era el amor, Rindou Haitani estuvo enamorado de su hermano mayor.

Hijos de una familia sumamente influyente, los Haitani estaban destinados a ser educados en casa y cerrados por completo al mundo, al menos hasta que el mayor de ellos tuvo edad para darse cuenta que eso no era lo que quería para su vida.

Teniendo 11 años, Ran Haitani escapó de casa, tomó un bus que lo llevara al otro lado de la ciudad y se detuvo cuando pasó cerca de una escuela primaria, podía ver muchos niños jugando juntos y algunos maestros que les cuidaban o incluso jugaban con ellos. El pequeño rubio se preguntaba por qué sus padres nunca lo había llevado a un lugar así, porqué no podía convivir con otros niños, parecía divertido y aunque tenía muchas cosas interesantes en casa y a su amado hermanito menor, se sentía solo, quería conocer más es mundo y por eso había escapado, al menos por un rato podría ser libre.

Ran escuchó el sonido de un timbre y poco tiempo después, notó como los niños de esa escuela empezaban a salir del edificio, se encontraban con sus padres en una entrada que había más adelante o corrían animados a la parada del autobús, Ran miraba la escena como si fuera un acto de magia, deseaba ser parte de esa dinámica, ser un chico normal y tener amigos como tenían todos aquellos niños, y eso fue exactamente lo que le dijo a sus padres horas después, cuando fue encontrado por uno de los empleados y llevado a casa.

— No volveré a tomar clases con el señor Tonno, si quieren que estudie tendrán que enviarme a una escuela como esa. — Ran siempre había sido un niño exigente y mimado, que no pedía, exigía aquello que quería y no planeaba aceptar un no por respuesta.

— ¿Por qué? — preguntó su madre

— Quiero conocer gente nueva, jugar con otros niños, una vida normal.

— Tonterías, no eres un niño normal.

— Claro que lo soy y Rindou también, estaríamos mucho mejor si pudieramos salir al mundo. — Ran sabía que parte de la sobreprotección de sus padres se debía al parto prematuro de Rindou que le causó muchas complicaciones cuando era bebé, seguido de una fuerte infección que adquirió en el hospital y que le contagió a Ran, haciendo que estuvieran entre la vida y la muerte.

— Ran, cariño — dijo la madre acercándose a su hijo — Por supuesto que lo eres ¿Esto es tan importante para ti?

— Sí, mamá, de verdad quiero ir a la escuela — el mayor de los niños Haitani ni acostumbraba a llorar, pero por su expresión su madre sabía que estaba al borde del llanto así que le abrazó.

— Entonces así será, mañana buscaré una escuela para inscribirte, pero asegúrate de estudiar lo suficiente para que te admitan ¿Vale?

— Sí mamá.

Tras soltar a su madre Ran salió de la habitación sonriendo victorioso y fue a la suya, donde su hermano lo esperaba.

— Hola Rin — dijo sentándose en la cama.

— Hermano ¿A dónde fuiste hoy? — preguntó el menor sentándose a su lado.

— Quería dar una vuelta por la ciudad y fue fabuloso, había muchos carros y ...

Ran estuvo un largo rato contándole a su hermanito acerca de su día, el pequeño le miraba con atención y asombro, escuchar a hermano hablar le encantaba, aunque en realidad amaba cualquier cosa que fuera con su hermano, aunque el final de esa historia ciertamente no le gustó.

— ¿Entonces irás a la escuela? — preguntó cabizbajo.

— Claro que sí, será increíble, deberías ir conmigo Rin.

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⏰ Última actualización: Jun 26, 2022 ⏰

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Caminos Separados: El Caso de Rindou HaitaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora