Murder Mystery

Asesinato

La llegada del invierno era duro para todos. La mayoría prefería resguardarse en casa y esperar a que la helada termine. Pocos eran los valientes que caminaban kilómetros de un lado a otro en busca de suministros; algunos preferían mil veces a morir de hambre a morir congelado.

Después de la helada todo estaba tranquilo. La paz era algo que se deseaba conservar. Con Dream en prisión y todos encerrados en sus casas no había mucho revuelo o al menos eso se creía.

-¿Crees que Tommy esté de acuerdo con esto? -le preguntó Philza al verlo salir de su cabaña.

-Wilbur está al tanto del plan. El niño es nuestra menor preocupación ahora.

Entre la niebla, la nieve se levantaba por el trineo de Technoblade arrastrado por su jauría. El plan estaba por entrar en marcha. La paz y la tranquilidad iba a desaparecer y pronto todos estarían en su contra por liberar a Dream. ¿De verdad valía la pena arriesgarse tanto? No tenía otra opción más que aceptar a ayudarlo. Era un trato por un trato del que solo ellos sabían. ¿Cuál era ese trato? Era todo un misterio.

Dream yacía en el piso tiritando por el frío. Todo el calor de la lava que lo cubría como un manto parecía ser inservible por los muros de obsidiana que se mantenían fríos al tacto con la piel.

Para ese punto su piel había perdido color a tal punto que lo más colorido eran sus ojos que habían perdido el brillo hace mucho. Con su uña rascaba el piso con la esperanza de algún día hacer un hueco suficientemente grande para escapar.

Los segundos parecían horas y el no saber qué hora o día era allá afuera era lo más parecido a un infierno. ¿De verdad Technoblade iría a rescatarlo? Se estaba volviendo paranoico que empezó a caminar en círculos hasta que se tropezó con sus propios pies y cayó de cara hacia el piso.

-¿De verdad es este el malvado y terrorífico Dream del que todos hablan? -se burló Sam al ver las cámaras-. Si tan solo vieran lo débil que eres nadie te tendría miedo.

-Búrlate lo que quieras. Al final yo siempre río más fuerte.

-Buenas noches, Dream.

Las luces se apagan y Sam aprovecha para tomar una siesta. No piensa en lo que puede llegar a pasar mientras descansa. En ningún lugar de su mente cabe la idea de que en un día tan helado como ese a Dream se le ocurriera escapar.

Cuando todo parece paz, Dream está al borde de la locura. Empieza a escuchar voces y ya no puede diferenciar las voces de su cabeza con las de su alrededor.

-Debe ser aquí.

La figura de Technoblade aparece frente suyo. Se acerca a él con pasos torpes casi arrastrándose hasta sujetarse de los tobillos del de cabellos rosados.

-Te tardaste mucho.

-Fallos técnicos.

-¿Qué hace este aquí? -pregunta refiriéndose a Connor que andaba detrás de Techno bailando como si estuviera en la mejor fiesta de su vida.

-Es el fallo técnico. ¿Nos vamos o piensas construir tu casa aquí?

La alarma empezó a sonar lo que despertó a Sam. A ese punto los tres ya estaban corriendo por su vida. El rescate había sido un éxito.

Dream se reía de Sam mientras escapaba acomodando sus cabellos rubios. Al fin era libre, libre de Sam, porque de sus pensamientos aún no se había librado.

Entre la hierba y los inmensos árboles se encontraba George un poco desorientado por el sonido de la alarma de la prisión.

-George.

George gira su cabeza hacia Dream sin reconocerlo a la primera. La última vez que lo vio su cabello no era tan largo, su cuerpo no era tan delgado, ni su piel tan pálida.

-Soy yo. Dream.

-¿Qué haces aquí?

Su reacción es muy distinta a lo que esperaba Dream.

-Logré escapar. ¿No me extrañaste?

-Te extrañé demasiado. Me alegra verte de nuevo.

-Estás mintiendo. Tu expresión, tus acciones, todo de ti dice lo contrario a tus palabras. Nunca fuiste a visitarme, George.

-Estabas en la prisión.

-Se permitían las visitas.

-Lo lamento.

-No, no lo haces.

Dream corre tan lejos hasta que George lo pierde de vista. No va tras él, ni lo llama. Se queda parado aún confundido.

La mañana llega. El cielo está más despejado y lo único cubierto de nieve es Pogtopia. Allí es tranquilo incluso en los peores escenarios. Están tan alejados del resto que sus voces no se oyen.

Todo parece estar en orden. Technoblade regresó en la noche con una sonrisa de oreja a oreja y eso solo significaba que todo estaba bien, pero hay un sentimiento que invade la mente de Philza diciéndole que algo anda mal.

-Techno -dice al tocar su puerta dos veces.

La brisa despeina sus cabellos y vuelve a tocar la puerta.

-Techno ¿estás ahí?

Intenta ver por la ventana y parece que el lugar está vacío. Saca la llave de su bolsillo suponiendo que Technoblade estaba demasiado ocupado para atender la puerta.

La abre y sus ojos no lo creen.

Está muerto.

Con el sol brillando en tal frío día la nieve se levanta por el galope de los caballos. Van tan rápido con las respiraciones agitadas. Tommy no deja de hacer preguntas a sus mayores, preguntas que son ignoradas.

La mandíbula de Wilbur se mantiene tensa y se queda mirando al frente. Está completamente serio y la ira lo invade.

-Él me dijo algo antes de que se vaya.

Las noticias de la muerte de Technoblade ya estaban resonando en cada rincón. Era cuestión de tiempo para que también la paz de Pogtopia se viera afectada por los foráneos.

-Pensé que era un plan a futuro.

-¿Dices que fue un suicidio?

-No. Alguien lo mató. Él sabía que lo matarían pronto, no sé si hoy, pero pronto -les dijo Philza.

-¿Cómo es que lo sabía?

-No lo sé. Nunca habló de eso conmigo. Actuaba normal cuando regresó, dudo que supiera que estaban por matarlo. La noticia no pudo correr tan rápido. La persona que lo mató sabía del rescate.

Wilbur miró a Philza a los ojos y supo que no se refería a él.

-Estás diciendo que fue...

-Dream.

...

Esta es una historia como un juego. Cada capítulo trae información general al caso. La misión es descubrir al asesino. Puede ser Dream o cualquier otro que se mencione en la historia.