Only ❄️

20 3 4
                                    

La noche es fría.

Vamos dejando la huella de nuestras pisadas en la arena; con las manos juntas. Tus pies están enfundados con esas zapatillas especiales que te compré el verano pasado, las de ese rosa chillón que no te gusta y que a mí me divierte. En cambio, yo, voy descalzo. Culpo a mi torpeza por el hecho de no haberme puesto, aunque sea, las sandalias. Debido a eso, el agua del mar que se cierne sobre la arena en cada ola, me provoca escalofríos que me erizan la piel, ya he oído tu risita mimosa por verme sufrir.

"Taehyung" me llamas en algo más fuerte que un murmullo, pues solo el mar nos acompaña, y esta noche, curiosamente, ostenta de una tranquilidad casi sonmifera.

Dejo de observar la curiosa imagen de nuestros pies y fijo mis ojos en ti. Graciosamente, la brisa de esta noche a desordenado tu cabello, y mechones rebeldes azabaches bailan por tu rostro. El intento de coleta, que realmente no sujetaba nada debido a tu corto cabello, lucha con todas sus fuerzas por no soltarse, para mí, es una lucha perdida que tarde o temprano va a desatarse. Me sorprende el hecho de que no traigas un abrigo, no soportas bien el frío, me lo has dicho cientos de veces, y otras cientos de veces lo he confirmado yo, pruebas vivas son tus manos y pies helados y el dolor de estómago que no te deja hasta que te acurrucas en las colchas esponjosas de nuestra cama. Pienso en cómo no me dí cuenta de tu falta de abrigo hasta ahora, así por lo menos pude haber tomado una bufanda o una camisa larga de esas que se mantienen en el perchero de la puerta principal.

Creo que divago mucho, pues cuando vuelvo a concentrarme en ti, tienes el ceño fruncido, disgustada por mi falta de respuesta, voy a suponer. El surco de tu frente, pronunciado y que se a alzado casi con orgullo (como todas la veces que algo no te agrada), me causa una risita que se escapa de mí mas bien como un resoplido.

"¿De qué te ríes, uhm?" apartas el cabello que se ha caído 'inesperadamente', valga la redundancia, de tu coleta hasta por encima de tus ojos, mientras me preguntas eso con un tono más bien de queja. No respondo y solo niego, divertido por tu visible molestia. Realmente la paciencia no es una de tus virtudes.

"Hace un momento, me llamaste" digo en cambio, mis manos casi pican por la necesidad de tocar tu rostro frío, realmente no puedo negarme a tener tu piel suave entre mis dedos, así que me concedo acariciar tus mejillas "¿Qué pasó?"

Pareces recordar el llamado. Asintiendo unas cuantas veces miras hacia el océano con aire solemne y tuerces la boca en una mueca pequeña, mis ojos traviesos van hacia tus labios. Se ven brillosos, no se si por las veces que tu bonita lengua a pasado por ahí para hidratarlas por el frío, o por ese gloss de cereza que usas algunas veces, sea como sea quiero posar allí mis labios. Subo los ojos hacia la piel que sostiene mi mano, tienes las mejillas de 'pan' (adjetivo que mi madre y yo le pusimos a tus cachetes rellenitos) con rubor rosa potente, o por lo menos lo suficientemente intenso como para que con solo la luz de la luna pueda notarse.

Ah, tan bonita. Te amo.

"¿Crees que ésta vez dejamos la puerta abierta?" mucitas en tono serio, y podría prometerte que hago un esfuerzo sobre humano por no reírme de la duda curiosa que expresas, pues luces preocupada.

Tomo tus muñecas suavemente y te atraigo hacia mí, tu menuda espalda se posa en mi pecho, paso los brazos por tu torso, y solo cuando mi barbilla encuentra lugar en tu hombro te respondo.

"Mi amor, ¿será que no trajiste las llaves?"

Tu pecho vibra por el hecho de que retienes la risa, es cómico, pues se te termina escapando una que otra pequeña carcajada.

"Tal vez" pronuncias mientras recargas algo de tu peso en mí.

Me gusta esto, tú y yo, juntos, casi sin ningún espacio que nos separe, mis manos en tu cuerpo, sentir tu respiración, respirar el olor de tu cabello. Así se siente el amor, así se siente el hogar.

XODÓ: Semper et in aeternum.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora