Capítulo III

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Llegué a casa y di gracias que solo estuviera Sergio, porque enfrentar a mis padres después de la cara de boba que llevaba encima hubiese sido insoportable.

-Buena cita ¿no?- El bobo que estaba sentado en el sofá empezó a mofarse de mí.

-No ha sido una cita, imbécil.- Rodé los ojos y me dirigí a la cocina a por una botella de agua.

-Lo que tú digas, ¿Qué habéis hecho?- Preguntó el cotilla.

-Hemos ido al cine.-Di un sorbo y me senté a su lado en el sofá.

-Y dice que no era una cita.-Rechistó.- ¿Y cómo es el futbolista?

-Sergio, deja de interrogarme, si fuiste tú el que me diste su número.

Subí al cuarto solo porque no quería que siguiera preguntándome por la quedada de hoy, así que llamé a Valeria, necesitaba desahogarme un poco.

-Buenas tardes futura Sara Carbonero.- La rubia se burló.

-Otra con la historia esa, que solo ha sido una quedada.

-Cuéntame cómo ha ido.

-Pues he ido a esperarle a la puerta del campo a que acabara el entrenamiento, luego me ha llevado al cine a ver una peli nueva y poco más.- Conté.

-¿Ha habido beso?

-Puede que nos hayamos despedido con uno, sí.- Tuve que apartar el teléfono de mi oreja al oír un grito por parte de Valeria.

-Dios, gracias por traerle un chico que valga la pena.

-Pero estoy rayada tía.- Suspiré.- Es que por un lado está el miedo a que me vuelva a pasar lo mismo que con Alex, no estoy lista para una relación.

Alex, el tío que hizo que mis expectativas por el amor se fueran a la mierda, y es que hizo conmigo lo que quiso y me niego a volver a vivir algo así.

Aunque no fue una relación muy larga, fue tóxica como ella sola y es que le puse punto y final después de una gran discusión que tuvimos. Alex quería tener relaciones y por mucho que yo le dijera que no estaba lista él seguía insistiendo, hasta el punto de decirme que si yo no podía darle lo que él quería debería dejar que buscara esa satisfacción fuera de la relación, porque según él tenía necesidades.

-Y por otro lado, no deja de ser un futbolista del Barcelona, no quiero hacerme ilusiones y que al fin y al cabo sea otra más de la lista.

-A ver Sara vamos paso a paso, con lo primero de Alex, no puedes culparte y martirizarte por un capullo que te tocó, no todos tienen que ser como él y si lo son, tú ya eres suficientemente madura para decir lo que quieres y lo que no.

Tenía razón, al final quién tiene el mando de lo que quiero y lo que no soy yo, y estoy en la posición de pedir lo que me de la gana.

-Y por lo segundo, tú pones los límites, si a ti te apetece conocerle pues hazlo y si ves que no es lo que querías, siempre puedes decirle que no.

Ahí le había dado en el punto, debo sentirme cómoda en todo momento y si eso no es así, soy lo suficientemente madura como para cortar por lo sano.

-Gracias Val, eres la mejor.-Le agradecí.- Te adoro.

Colgué y me tumbé en la cama analizando todo lo que había pasado el día de hoy.

El beso, ese beso fue la cosa más tonta que he hecho nunca pero tengo que admitir que me ha gustado demasiado, siento que Eric ha sido muy cariñoso conmigo y para nada precipitado, es como que siento que de cierto modo no es como todos los tíos de nuestra edad, es algo diferente y lo puedo ver solo con la primera cita.

NUESTRO PEQUEÑO COMIENZO/ Eric GarcíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora