Capítulo 1

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Muchas historias de aventura y fantasía empiezan con el rapto de una hermosa princesa y un valiente caballero que va en su rescate, pero esta historia no empieza así. Esta es la historia de un joven que tuvo que aprender que antes de amar a los demás tenía que aprender a amarse a sí mismo, está es mi historia, la historia de cómo aprendí a amar empezando con amarme a mi mismo.

Mi historia empieza en una academia, pero no cualquier academia, esta era una academia de magia que se encontraba en el corazón del país de Forest, muchos jóvenes nobles venían de todo el mundo para aprender las antiguas artes mágicas.

De entre todos esos jóvenes había uno que destacan, pero no por su fuerza, ni por su gracia o por su inteligencia, era un joven de origen Noble, al igual que todos los otros estudiantes, tenía 16 años y media 1.65m, su cabello era corto de un ligero color celeste, su piel era ligeramente pálida, lo que acentuaba sus ojos verdes olivo, su nombre Lucien Bonnet.

Lucien Bonnet era una belleza, con sus rasgos delicados. Sin embargo, su belleza y el poder de sus padres los Duques Bonnet no era suficiente para acallar los murmullos en su contra.

—Miren, ahí va el fenómeno—.

—Si yo tuviera un hijo fenómeno tan inútil, lo mataría con mis propias manos—.

Los cinco chicos que estaban hablando en un pequeño ruedo señalaron a Lucien Bonnet, el hijo mayor del Duque Bonnet. No estaban muy lejos de él, por lo que era perfectamente capaz de oírlos, y no era como si estos estuviesen tratando de disimular.

Pero este solo agachaba la cabeza mientras oía sus palabras mordaces, a la vez que trataba de respirar grandes bocanadas de aire para evitar llorar.

—Miren, el fenómeno va a llorar—. Gritó una de las chicas soltando una estridente carcajada, que rápidamente fue seguida por los demás.

Lucien sabía quién era la chica que se estaba burlando de él, se trataba de Francine Bonnet su hermana menor.

Francine era una chica igualmente bella, de estatura pequeña igual que la suya, y de figura delgada y delicada. Con su largo y brillante cabello palo de rosa, y sus penetrantes ojos verdes esmeralda. Aún desde la distancia era capaz de distinguir una sonrisa burlona que tenía en sus labios.

Lucien lo sabía, aquellos nobles solo se burlaban de él abiertamente debido a que tenían el apoyo de su hermana.

Si Francine lo dejará en paz nadie se atrevería a molestarlo, pero mientras tengan su apoyo sus padres no harán nada en su defensa.

Aceleró su pasó y sin más demora se dirigió a su siguiente clase, dentro del aula ya se encontraba el príncipe Nicol Brunelle.

Nicol Brunelle era un chico alto de 1.80 m, con unos profundos ojos ámbar y una tez bronceada, acompañados por su vibrante cabellera roja. Aunque su apariencia era maravillosa, su personalidad dejaba mucho que desear.

—Saludos al Pequeño Sol de este Imperio—.

Lucien habla con suavidad mientras realizan una elegante reverencia. Nicol por su parte solo le dedico un deje de desdén mientras bufaba, antes de que un profundo silencio reinara el lugar.

Lucien soltó un suspiro para después dirigirse a su escritorio, el silencio que se había instaurado previamente seguía reinando el lugar, hasta que el resto de sus compañeros entraron al salón.

El aula pasó rápidamente de un profundo silencio a convertirse en un lugar con un ruido atronador.

Si bien se consideraba como un salón de clases, la habitación tenía los pupitres colocados en una especie de grada de manera ascendente, que a su vez formaba una ligera semi circunferencia alrededor del escritorio del profesor.

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