Capítulo 2.

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De nuevo, ese sueño retumba por mi cabeza bastante seguido, realmente, no creo que haya sido algo tan traumático como para que ronde así por mi mente. Supongo que ha de ser, el hecho de que, desde ese día todo empezó a ir, de formas distintas.

No tengo demasiadas tareas de "El" en el día de hoy, lo cual se me hace extraño. Ni siquiera me ha dicho algo.

Miro con detenimiento la "habitación" si es que así se le puede llamar, me levanto del colchón, ya que, por cierto, duermo en un colchón en el suelo, (aún así, es bastante cómodo a mi parecer, creo que me gusta bastante).

No suelo usar pijama, ni bañarme demasiado seguido, ya que esta "cabaña", no cuenta con servicios incluidos, lo cual, no es tan malo, así me aseguro de que estoy totalmente fuera de la sociedad.

Me encamino hacia afuera, para pegar algunas notas, ya que era lo único que tenía que hacer el día de hoy.

Era bastante temprano, miro el reloj de mi muñeca, que indican las "2:35" de la mañana, por lo que aún no salía el sol, era lógico.

De repente sentí ese familiar escalofrío y el zumbido de mi cabeza, rápidamente me doy la vuelta, algo a la defensiva, creo que, aún no me acostumbro del todo, por más que lleve unos años trabajando.

— Creo que te has dado cuenta de que no te he dado misiones para esta semana, creo haberte dicho hace unos meses que, habían otros como tú, hay un pequeño grupo, en otra ciudad, pero siento que están algo salidos de control, creo que si vas con ellos, el grupo estaría completo. — Dijo, de voz calmada aquel ser.

¿Salidos del control?

¿Otra ciudad?

Supongo que no tengo de otra, tampoco se me hace mala idea, si el operador necesita de mi para esto, ¿por que habría de negarme?.

Asiento y me acomodo en estilo reverencia, mostrando una señal de respeto hacia el.

— así será, señor, iré enseguida. — dije, de forma seria, sin mal, el solo me tocó el hombro por unos segundos.

Sus manos...eran tan delgadas y estaban terriblemente heladas, pero claro, si el no era un humano. Entendí que su propósito era teletransportarme hacia aquel lugar, la verdad estaba algo agradecida de ello, me habría tardado unas horas en llegar y suponía que el asunto era de urgencia.

— No lo olvides, esta morada es grande, no solo están tus compañeros si no otros custodiados por mi a base de tratos, ya sabes cómo es esto. saben que vendrías, así que no te incomodes por ello — Dice, para finalmente desaparecer, dejando en mis oídos el sonido de su interferencia, suspiré.

Supongo que eso me ahorra las presentaciones, espero sean...apacibles, aunque tratándose de asesinos, podría encontrar cualquier cosa.

Me encamino a la puerta, miro el reloj, son las "2:40" de la mañana, ha de haber gente despierta, seguramente.

Toco la puerta un par de veces, nadie se digna en contestar, frunzo el ceño, ¿quienes se creen?.

Sin mas azoto la puerta, con rabia, me causa ira el tener que esperar a por los demás.

Apenas entré, una mano con un hacha se dirigía Justo a mi cuello, pude agarrarle la muñeca estirándola hacia arriba y ver ala persona a los ojos. No habían pasado dos segundos del contacto visual y empezó a enloquecer, forcejeando, decidí patearle el estómago, pero no cedió, parece que no siente dolor.

Recién llegué y ahora me encuentro peleando con probablemente un idiota de quinta.

"Ambos amamos el café" (Masky x reader).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora