Cada quien se mata a su manera.
Es irónico que siempre acabamos haciendo lo peor para nosotros, a pesar de ser conscientes de las conciencias que eso supone.
Por ejemplo, algunos piensan que todas las personas son buenas. Otros piensan que todas son malas. Algunas fuman, se drogan y beben. Otros nunca probaron ninguna de estas adicciones. Algunos temen a amar. Otros aman asta más no poder. Algunos huyen de su familia. Algunas se enamoran de ese chico malo. Y ese chico mala se enamora de la tia más loca que puede haber. Y esa chica loca se enamora de las aventuras que nunca vivirá. Algunos nunca se enamoran. Y otros se pasan la vida enamorándose.
Cada quien se mata su manera, como he dicho. Pero hoy en día, sinceramente, todos vivimos de autoengañarnos.
Y tal vez, haciéndonos daño, soñando cosas que nunca van a pasar, nos demos de bruces con la realidad... Pero se que nunca dejaremos de soñar.