Estar contigo es como subir a una montaña rusa.
Odio ese sentimiento.
Lo odio tanto, porque lamentablemente no lo puedo controlar.
Estoy pendiente de tus mensajes constantemente, y eso no me gusta.
No me gusta pensar en ti todo el día, porque me pones en las nubes.
Odio escuchar tus canciones, porque me sacan una sonrisa boba.
Odio que me provoques tristeza por no poder estar contigo.
Odio que no sepas lo mucho que me afecta que estes cerca de mí.
Eres el ser más despreciable de todo el mundo, ya que gracias a ti siento cosas que no quiero.
Me desagrada escribir este tipo de cartas porque se que a quien le escribo no lo va a leer.
Esto no es una carta de odio, esto es para que sepas lo que haces en mí.
No quiero que esto se sienta como un contrato en donde te obligue a quererme.
Solo necesito liberar lo que siento.
Días en donde me siento horrible pienso es tu estúpida risa y me siento extrañamente mejor.
Los pocos abrazos que me has dado se han sentido tan cómodos que todavía esa huella prevalece en mi cuerpo.
A veces siento que no me entiendes y eso me parte el corazón, ya que pienso que te estorbo.
Es estúpido pensar que soy alguien importante para ti, pero quiero creer que mínimo te saco una sonrisa cuando quiero tener tu atención.
Soy un mar de emociones.
Quiero besarte, tenerte solo para mí, pero me da miedo.
Miedo de tenerte y alejarte.
Miedo a que no te guste lo que puedo llegar a ser.
Miedo a ser alguien a quien deseches.
No me culpes por sentir, soy un ser vivo.
No me culpes por equivocarme, soy un ser humano.
No me culpes por enamorarme, soy yo.
Una explosión de emociones es lo que siento cada vez que estoy contigo.
Las mil y una escenas que he imaginado solo con un mensaje.
Los tantos suspiros que tengo cuando me dejas sin palabras.
Ahora sé que tú no te sientes así.
Sé que no te emocionas como yo.
No sonríes como yo.
Ni tampoco te ilusionas como yo.
Yo quiero todo y tú no quieres nada.
Quiero exclusividad y tú no.
Quiero algo profundo y tu no.
Quiero que seas mi sol, pero tu prefieres simplemente ser una estrella fugaz.
He gastado lágrimas en ti mientras que tu solo gastas risas.
He gastado vida mientras que tú la disfrutas.
Siento que cada vez que toco algo termina rompiéndose.
¿Será mi culpa? No lo se.
Pero quiero que acabe.
Si me quieres marchitar hazlo ya.
Mátame lo más pronto posible.
Si solo somos la estrella fugaz del otro no sirve seguir conociéndonos, ya que al verte no me dará la alegría que tengo cuando le pido un deseo a una estrella. Me dará tristeza por haberla dejado ir.
Estoy superándote, por eso escribo esta carta. Para poder estar consciente que tu ya no me vas a seguir afectando en mi vida.
Has jugado lo suficiente conmigo para seguir intentándolo.
