Kai se secó el sudor con una toalla y se sentó en el sofá del camerino que le habían asignado. Un par de chicas acomodaron su cabello y su maquillaje y le dieron veinte minutos de descanso antes de grabar en el agua. El muchacho asintió con la cabeza y buscó la botella de agua que le habían dejado en la mesita. Lo dejaron solo por unos minutos y pensó en levantarse e ir al baño, pero sus piernas estaban demasiado cansadas. Podría usar esa excusa durante el rodaje y así robarle cinco minutos a su apretada agenda. Sonrió por hacer un plan como esos para poder descansar.
Lo único que le consolaba es que el álbum estaba cumpliendo con sus expectativas y eso hacía que todo el esfuerzo valiera la pena. Prometió no volver a quejarse, amaba su trabajo incluso si era demandante, hacía lo que quería y tenía la oportunidad de compartir con el mundo su arte. Sólo el día anterior había terminado las últimas coreografías y se sentía muy satisfecho. Un golpe en la puerta lo sobresaltó. No podía creer que los minutos habían pasado tan rápido.
–Jongin– su guardaespaldas apareció y entró sin esperar permiso. –Tienes que estar listo en unos pocos minutos. Iremos en auto por dos razones: es innecesario hacerte caminar y hay demasiadas fans afuera. No sé quién filtró información esta vez, pero me aseguraré de que escuche esos gritos que hay afuera mientras duerme.
–Vaya, tienes un nuevo enemigo el día de hoy.
–No me presiones. Intentaron darme regalos para ti y terminé en medio de muchas chicas muy... entusiastas. No estoy de humor. Guardé todo lo que logré mantener en mis brazos y lo puse en el auto. Sé que aprecias mucho esas cosas, pero no puedo recibirlas todas. Deberías tener una dirección postal para regalos y hacer mi vida más fácil.
–¡No puedo hacer eso!– reaccionó de inmediato el cantante. –Es como incitarlas a darme regalos y eso no está bien.
–Muy honesto de tu parte. Entonces voy a fundar una fansite, voy a darles una dirección postal y pensarán que es un intermediario. Contrataré a alguien que se haga cargo de eso y seré feliz en una granja cuando me jubile.
–¿Vas a ser parte de mi club de fans?– preguntó el chico entusiasmado.
–No– respondió el guardaespaldas de manera cortante. –Ya te dije que es para no tener que cargar las cosas que me entregan para ti. Tengo brillantina hasta en las orejas por todas las decoraciones que ponen. Son muy creativas.
–Algunos detalles son muy conmovedores– Kai sonrió con gracia. –Yo estoy muy agradecido con ellas por todo el apoyo que me dan.
–Lo sé. Yo las odio. Tienes cinco minutos para prepararte, te espero en la puerta norte. Le dije a la prensa que estarías en la sur.
–¿Vas a engañar a todos de nuevo?
–Sí– admitió sin remordimientos. –Permiso.
–¡Gracias, Kyungsoo-hyung!– exclamó el muchacho emocionado.
El guardaespaldas suspiró e hizo un gesto con la cabeza. Luego sonrió y le recordó al cantante que tenía dos minutos restantes para estar listo. Do Kyungsoo avisó por radio a su equipo que el artista estaba casi listo, pidió que sacaran a alguien del staff por la puerta sur completamente cubierto y que lo llevaran a la empresa con todos quienes tenían tareas en el edificio principal. Luego se encargó él mismo de llevar a Kai en su propio auto detrás de la van para evitar cualquier problema.
Kim Jongin conocido artísticamente como Kai era un cantante y bailarín increíblemente popular. Había debutado como solista después de haber participado en un concurso de talentos. Su popularidad había crecido exageradamente y la mayor parte de sus actividades estaban siempre atrasadas y se volvían problemáticas por los verdaderos pelotones de chicas que lo admiraban. Su guardaespaldas en jefe, Do Kyungsoo, con quien había establecido una relación de amistad cercana, era el cerebro que se hacía cargo de todo lo que tuviera que ver con la seguridad del artista: nada de fotografías inapropiadas, que las fans no se acumularan a su alrededor, que su comida no fuera a hacerle daño, que su auto fuera siempre seguro, que el lugar esté en condiciones para grabar o presentarse sin que eso sea un peligro para su integridad. La empresa de entretenimiento normalmente solicitaba gente dependiendo del evento, pero Kyungsoo se había vuelto indispensable. No sólo era muy bueno en su trabajo, era increíblemente puntual, ingenioso y siempre se las arreglaba para evitar escándalos. Su única condición era hacerse cargo de un solo artista a la vez. Después de su excelente trabajo con Kai, quisieron ascenderlo a jefe de logística, pero se había negado. Kai se enteró de eso y pidió exclusividad, las ventas de su último trabajo le habían permitido darse el lujo de tener al mejor trabajador de la empresa haciéndose cargo de todo a su lado.
Así Kai y Kyungsoo se hicieron muy cercanos. El mayor de los dos estaba hecho cargo de la seguridad, pero de todas formas estaba enterado de todo lo demás y en parte jugaba un papel muy importante en todas las actividades, especialmente las que se realizaban fuera y el ambiente no fuera tan seguro como las salas de prácticas o los estudios de grabación. A diferencia de todo el resto del equipo, era el único que estaba constantemente pendiente del cantante incluso cuando no debía protegerlo. Se había convertido casi en su sombra, haciéndose cargo de algunos asuntos de su vida personal también. Y eso lo hacía por su propia voluntad.
Técnicamente era por su propia voluntad. Kai había dejado que Kyungsoo se hiciera cargo de la seguridad, pero Jongin le rogaba a su hyung que le ayudara con lo demás y consumía la mayor parte de su tiempo. Normalmente el muchacho decía que quería jubilarse e ir a vivir en una granja. El otro rogaba que no lo abandonara y que se jubilara cuando él lo hiciera y que si cumplía su promesa le compraría una casa de descanso en el campo para que tuviera animales. Incluso había abierto una cuenta de ahorros en un banco para hacerlo. Kyungsoo tuvo que golpearlo con la libreta y el sello en la cabeza cuando se enteró. Estaba atrapado, Jongin y Kai lo habían absorbido y él mismo ya estaba acostumbrado a ese ritmo de vida.
–¿Sabes de qué tengo antojo? De bulgogi con mucho arroz y kimchi– Jongin se colocó las gafas de sol para no ser identificado incluso si iba en la parte de atrás del auto que tenía vidrios oscuros.
–Te felicito– Kyungsoo puso las direccionales e intentó seguirle el paso a la van de la empresa.
–Hay un restaurante que lo prepara muy bien y es generoso con las opciones.
–Sí, me alegro.
–¡Podemos comerlo esta noche!
–No voy a comer contigo esta noche– respondió de inmediato el guardaespaldas. –Dame un respiro.
–Pero odio comer solo.
–Llama a tu madre.
–¡Hyung! No puedo llamar a mi madre para comer bulgogi en media hora.
–¿Y puedes llamarme a mí?
–¡Sí! Eres mi vecino, eres mi amigo, somos compañeros de trabajo. Eres la persona perfecta para comer bulgogi. Tengo más guarniciones en mi refrigerador.
–Que yo organicé ayer porque tu madre se quejó que no habías ido a retirarlo.
–Lo siento.
–Díselo a ella cuando comas bulgogi esta noche.
–¡Hyung por favor!– rogó el cantante. Kyungsoo rodó los ojos e hizo un gesto de aceptar su destino en contra de su voluntad.
–Llegaremos tarde hoy. Lo pediré a domicilio y que el guardia lo reciba. Ni se te ocurra entrar a mi casa de nuevo. Hoy iré a la tuya y tendrás que lavar platos, ¿entendiste?
–Sí, hyung.
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Guarda (apariencias) espaldas ║Kaisoo ║EXO Fest: Un Romance de Novela
FanfictionCliché: Chico rico se enamora de su guardaespaldas Pareja: Kaisoo Género: Romance, mundos paralelos Dos famosos, dos vidas complicadas, dos guardaespaldas, dos escándalos, una misma situación. ¿Cómo te sentirías si fuera al revés?