Capítulo 7 / K

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–¿A qué te refieres con que ya no puedes más? ¿Te refieres a la situación por la que está pasando ahora mismo? O tal vez... es de nuevo ese nosotros.

El departamento del cantante se quedó en silencio. Esa era una pregunta realmente complicada de responder. A Jongin le podía tomar una cantidad considerable de tiempo explicar todas las implicaciones de esa frase. Sin contar con que también necesita calmarse. La verdad es que hubiera tenido que dar una larga explicación de todas las veces en las que se había sentido confundido con respecto a él. Kyungsoo era una especie de debilidad. Y, para poder hacer que lo entendieran, también hubiera tenido que él mismo comprender la atracción que sentía con respecto a su guardaespaldas.

Tenían una trayectoria larga de situaciones en las que ambos habían experimentado sentimientos diferentes a los de simple amistad en momentos que no eran los apropiados para lo que estaban viviendo. Un buen ejemplo era el del cantante intentando declararse cuando tenía una demanda y un escándalo con una jovencita impertinente que buscaba fama a costa de los demás. Pero no era la única. Eran incontables todos los momentos en los que habían estado demasiado cerca, sonrosados y a punto de besarse. Ya ni podían recordar todas las veces en las que habían separado sus manos rápidamente al darse cuenta que estaban a punto de entrelazarlas. O los muchos momentos en los que viendo la televisión habían terminado abrazados o apoyados uno al otro en el sofá.

Lo verdaderamente impresionante es el tiempo que habían logrado mantenerse sin decir nada, a pesar de que su relación era obviamente algo más. Y, de todas las cosas que pudo hacer Jongin en ese momento, besar al otro muchacho parecía la obvia para su cerebro. Aprovechó que Kyungsoo no podía escapar y, además tenía poca ropa encima, para acercarse. Lo que no esperaba era ser rechazado. El guardaespaldas dio un par de pasos atrás cuando inclinó la cabeza para alcanzarlo.

–Pero, ¿qué haces, Jongin?– susurró.

–Pensé que era bastante obvio– el cantante suspiró y asintió con la cabeza. Sabía que no iba a ser correspondido y aún así dolía.

–¿Tienes idea de las consecuencias que esto traería para ti? ¿En este momento precisamente? ¿No los sabes o finges no saber?

–Lo sé– respondió el cantante. Intentaba no llorar. Tenía que ser fuerte porque, además de la humillación, no podía encima verse patético frente a Kyungsoo.

–¿Y aún así estás dispuesto a algo como esto?– el guardaespaldas parecía incrédulo.

–Sí. Estaría dispuesto a esto en cualquier momento, sin importar nada.

–¿Por qué dices eso con tanta seguridad? ¿De dónde obtienes esa fuerza de voluntad?– quiso saber el más bajo de los dos. No llevaba camisa, pero eso no parecía importarle.

–Porque es la verdad– respondió Jongin casi en un susurro. Estaba tremendamente herido por toda la situación.

–¿Realmente quieres hacer esto con una persona como yo?

Jongin dejó la autocompasión a un lado cuando escuchó las palabras de Kyungsoo. Había un evidente menosprecio a sí mismo en su tono de voz. Lo decía como si se tratara de una persona que no valiera la pena. Sonaba como si le recriminara el tener gusto por alguien de alguna manera inferior. Eso lo molestó intensamente. Y se transformó.

–¿Qué quieres decir con una persona como yo? ¿Qué clase de persona se supone que eres?

–Por favor. Eres uno de los cantantes más famosos de este país. Eres la cara, la imagen, el representante de marcas de lujo y una de las personas más atractivas que existen en el mundo. ¿Me estás diciendo que un hombre tan guapo como tú va a conformarse conmigo cuando podría tener, literalmente, a quien quisiera?

–Por favor, cállate, hyung– el muchacho se mordió los labios por dentro de la boca intentando no decir cosas más hirientes. –¿Cómo se te ocurre decirme una cosa así? ¿Tienes idea de cuánto me has herido ahora mismo?

–Creo que no entendiste lo que dije. Claramente insistí en que eres... perfecto. ¿Cómo pude herirte?

–Porque con estas tonterías estas diciéndome que tú no lo eres, Kyungsoo. ¿Te has visto en un maldito espejo? ¡Tú eres el perfecto! A ti nadie te maquilla ni te viste de diseñador. Un traje negro y pareces salido de una revista. Jamás te has pintado el cabello y no lo has necesitado porque todo lo natural en ti hace que te veas increíble.

–Jongin, no. No nos vamos a mentir. Somos cercanos, puedes ser honesto conmigo. No estoy diciendo que soy un adefesio, estoy diciendo que soy promedio y que me sorprende que alguien como tú...

–¡Alguien como yo nada! No entiendes ¡Estoy siendo honesto contigo! Estoy loco por ti desde hace años y he intentado demostrarlo de todas las maneras sutiles contigo. Pero no hay manera. El otro día incluso me atreví y te lo dije, pero no entiendes. ¡Nunca entiendes! Tú lo que quieres es que yo te lo diga en tu cara. Que me trague todo mi miedo y toda mi vergüenza y te ruegue por amor. Tú lo que quieres es ver como el guapo y perfecto cantante famoso se rinde ante ti para rechazarlo. ¿Verdad? No encuentro otra explicación a tus constantes actitudes y a la forma en la que me tratas.

–¿Piensas que no estoy interesado en ti? Acabo de decir que eres perfecto, ¿eso no te dice nada?

–Puedes decir muchas cosas, pero tus acciones me hacen sentir que no soy suficiente para ti.

–¿Eso es lo que crees?

–Eso es lo que creo– Jongin se tapó la cara y, cuando retiró sus manos de su rostro, Kyungsoo estaba muy cerca.

–¿Qué haces?

–Darte la contra. Te enojas conmigo y dices que yo no entiendo. Pero eres tú el que no entiende.

Kyungsoo se acercó, le tomó del rostro, le hizo inclinarse y alcanzó sus labios. Los presionó contra los suyos por unos segundos y lo dejó ir. Jongin miró para todas partes y le costó un poco darse cuenta de lo que había pasado. Lo consideró por unos segundos y, cuando entendió, tomó el brazo de su guardaespaldas, lo atrajo hasta él y se acercó para dejar otro beso casto sobre su boca. Como no hubo respuesta, lo hizo de nuevo. Sin una reacción intensa, decidió ir más allá. Lo arrastró hasta su habitación y cerró la puerta. Con llave. Kyungsoo no parecía poder reaccionar, así que el cantante se acercó de nuevo y mordió el labio inferior y se aprovechó para besarlo en serio. Acarició sus brazos, lo pegó más a su cuerpo, profundizó el contacto mientras era, felizmente, correspondido.

–Los problemas siguen ahí fuera– comentó Kyungsoo sin aliento, aferrándose a sus hombros.

–Lo sé, hyung, lo sé.

–Que hoy no importen.

–Es lo único que quiero. Que por un día eso no importe y estés conmigo. 

Guarda (apariencias)  espaldas ║Kaisoo ║EXO Fest: Un Romance de NovelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora