Capítulo 6 / K

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En medio de todo el problema con So Mi. En medio de todo el conflicto que tenía con la empresa. En medio del desastre de su imagen entre el público. En medio de ser el blanco de los periodistas. En ese momento clave de su vida y de su carrera se le había ocurrido pseudo confesarle a Kyungsoo que estaba enamorado de él. Había sido una decisión apresurada, había sido una idea improvisada que podía traer demasiadas consecuencias.

No podía estar enamorado de Kyungsoo y declararse para tener una relación. ¿En qué planeta tenía sentido eso? Bueno, en universo era infinito, tal vez en uno de ellos. Podría haber la posibilidad de que en uno las cosas fueran diferentes para ambos y pudieran estar tranquilos sin que nadie los juzgara. ¡No! No era el momento. No podía pensar así de Kyungsoo. Todo era un juego de su mente. Lo más probable es que la imagen que le transmitía como guardaespaldas lo confundía. El aura de seguridad y la dependencia que tiene por el son lo que le hace pensar de otra forma.

Imposible. Además las decisiones no se podían tomar solas. ¿Qué pensaría de él Kyungsoo si se enterara de todo? Lo retaría porque no era momento para perder el tiempo en algo tan imposible como ellos dos juntos, especialmente con un escándalo en su espalda. So Mi se había hecho más la víctima después de hablar con ella y se había quejado con el manager del artista que le dio un sermón interminable en el que le hacía saber que no podía darse el lujo de dirigirse así a ella con la posibilidad de ser filmado.

Jongin intentó defenderse porque la muchacha era la verdadera culpable de todo, pero al final sólo se ganó una prohibición de verla. Eso en sí no era un problema, pero sentía que la situación era completamente injusta. Estaba recibiendo odio por parte de personas que habían mal interpretado las acciones y mensajes tibios que la jovencita había estado enviando a través de todos los medios que podía. Mientras Jongin intentaba mantener un perfil bajo y hacer todo a través de su empresa, ella hablaba sin pensar dos veces y causaba pérdidas a todo el mundo. En otras palabras, estaba ganando popularidad aprovechándose de los demás.

La puerta del departamento de Jongin se abrió. Era relativamente temprano en la mañana. Su corazón empezó a latir con fuerza. Su respiración se alteró. Sintió mariposas en el estómago. La ansiedad provocó que le sudaran las manos y se quedó al mismo tiempo inmóvil. Cuando lo vio entrar empezó a repetirse en su cabeza. No puedes estar enamorado de Kyungsoo. Es la sensación de seguridad. No puedes estar enamorado de Kyungsoo. Es por la imagen que transmite. No puedes estar enamorado de Kyungsoo. Es probable que no seas correspondido. Es probable que no seas correspondido. Es probable que no seas correspondido.

–Es probable que no seas correspondido.

–¿Qué?– el recién llegado lo miró y Jongin abrió los ojos exageradamente.

–¿Qué?– preguntó también.

–Dijiste algo y no te escuché.

–¿Dije algo?

–Sí, Jongin. Dijiste algo.

–Estaba cantando.

El guardaespaldas lo miró sin creer por completo lo que decía, pero terminó por aceptarlo. De todas formas no era momento de pensar en cosas personales. Tenía que llevarlo a salvo a la compañía para que tuviera una reunión antes de empezar un horario donde menos interacción con el público tuviera hasta que se resolviera el conflicto. Kyungsoo se mantendría responsable como siempre, centrado en su trabajo, consciente de las consecuencias de sus acciones y sin mostrar sus emociones o cualquier cosa que pudiera dejarle en evidencia. Pero en el fondo, muy en el fondo, donde no podía controlarse, lo único que quería era rogarle por atención. Quería seguirlo a todas partes, cuidarlo y mantenerlo seguro. Quería evitarle dolor y mejorar su situación. Deseaba desesperadamente ayudarlo y hacerlo feliz. Era su único deseo. Pero le era imposible expresarlo y, después de la extrañas palabras e insinuaciones de Jongin, tenía que tener más cuidado si no quería quedar en evidencia.

–Hoy debemos ir a grabar. Será algo sencillo y tendremos una reunión para hablar sobre tu seguridad y para evitarte malos momentos con las odiadoras. Luego regresaremos y no saldrás de aquí. Traje todo lo necesario para que estemos cómodos.

–¿Te quedarás conmigo estos días?– la ilusión del muchacho revolvió el estómago de Kyungsoo. Respiró hondo y asintió con la cabeza. Se hicieron cargo de las cosas, Jongin parecía demasiado emocionado por su compañía y eso, sin que pudiera evitarlo, lo conmovió.

Kyungsoo llamó un auto para que lo recogieran por la parte de atrás del estacionamiento subterráneo del edificio donde vivía Jongin. Les dejarían en la entrada principal donde había más seguridad, ahí mismo los recogerían al salir e irían a casa sin que nadie les viera y así podrían estar ocultos hasta que la otra compañía tomara la decisión de publicar las aclaraciones que habían acordado hacer después de los tres días que les habían dado.

Fue así como ellos y dos miembros más del equipo de seguridad salieron del edificio después de una reunión importante donde se decidió que haría su siguiente aparición pública después de que se aclarara su situación y se probara su inocencia. El caso estaba en la fiscalía incluso después de los pedidos de la empresa de So Mi. Kyungsoo fue primero al darse cuenta de que había demasiada gente, seguramente se había corrido la voz de que estaba ahí. Bajó un poco la guardia al ver muchísimos carteles de apoyo. Pero, cuando las primeras cosas cayeron cerca del cantante, se puso frente a él y aguantó los huevos que golpearon su pecho.

Jongin se puso frenético. Cuando llegaron a su departamento fue directamente a buscar ropa limpia mientras se quejaba sin descanso del salvajismo. El guardaespaldas le intentó hacer entender que era un ataque contra él y que no había protegido porque ese era precisamente su trabajo. Pero no hubo manera. El chico regresó con una toalla, con ropa limpia y empezó a sacarle lo que traía puesto sin darse cuenta de lo que significaba para ambos aquello. Sólo cuando la piel blanca del chico estuvo frente a él, se dio cuenta de lo que había hecho.

–Kyungsoo...

–Te dije que esto era innecesario. Me pondré algo encima mientras te das una ducha y olvidaremos esto...

–Tú deberás darte una ducha– Jongin estaba tan rojo. No era el único.

–Kyungsoo... vístete.

–¿Qué?

–Toma una ducha, cámbiate de ropa, anda a casa...lo que sea. Pero, por favor, haz algo.

–Jongin, estás actuando muy raro– comentó preocupado el guardaespaldas.

–Es que... ya no puedo más.

Guarda (apariencias)  espaldas ║Kaisoo ║EXO Fest: Un Romance de NovelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora