Mei Ren Jian [GL]

Capítulo 7: Arhat de Hierro

Conversar con Yu Shengyan era un asunto muy irritante, pero ser interrumpido por un joven desconocido.
Fu Wanqing no era una persona de buen carácter. Incluso dijo que era una persona violenta y cruel.

Hace mucho tiempo, quien quiera que la hiciera enojar no estaría vivo.

Se separó del cuerpo de Yu Shengyan, el rojo oscuro de su rostro que era similar a las nubes del atardecer se desvanecía en la nada. Ahora, sólo la intención asesina permanecía en esa encantadora sonrisa.
Se quitó el polvo que simplemente no existía de su ropa de sus ropas, y sus ojos se fijaron al instante en el hombre grande y robusto de pie en la [1]popa del barco.

Era un hombre de unos cuarenta años. Su barbilla estaba cubierta por una barba negra. Tenía una cicatriz en la mejilla derecha, parecía extraordinariamente feroz y aterradora.
Un trozo de cadena de hierro apareció en la tela corta de color gris oscuro. Tenía un par de ojos. Colgando en diagonal, parecía haber fuego desde adentro.

"¡Perra! No tienes vergüenza".

El hombre escupió con maldad en el suelo, y luego miró hacia arriba, con las pupilas llenas de rencor.

Yu Shengyan se volvió hacia Fu Wanqing. "¿Le reconoces?", preguntó con dulzura.

Fu Wanqing se había encontrado con el hombre antes, pero reconocerlo era completamente imposible. Era uno de los pocos hombres en el mundo que no es engañado por Fu Wanqing, y eso era naturalmente sólo porque su corazón estaba estaba lleno de odio, ya que había sufrido una gran derrota a manos de ella.

El hombre robusto era famoso en las calles; todo el mundo lo llamaba '[2]Arhat de Hierro' Ma San. Solía ser un discípulo de [3]Shaolin, pero más tarde lo abandonó para volver al mundo común, y luego se convirtió en un centinela jefe en el Guanxi bajo la coalición de la Protectora del Poder Elevado.
No importa quién sea en el camino, todos tenían que darle la cara. Nunca ha fallado en quince años, pero el año pasado perdió.

Perder su trabajo fue una cuestión insignificante, pero también perdió la cara.

La cicatriz en su rostro había sido dejada por el que había robado a su escolta, un recuerdo constante de su vergüenza de hace un año. En ese viaje con escolta desde la base Guanxi, se transportaba un [4] Guanyin de jade que había sido tallado personalmente por un experto artesano , Lu Qi. No sólo no llegó a las manos de la Señorío de la Dama Mayor de la Caballería, sino que ni siquiera salió de Guanxi.
En el propio dominio de Ma San, vio cómo robaban el Guanyin de jade. Ese incidente no se limitó a que Ma San perdiera la cara, sino que también a la de la Protectora del Poder Elevado; debido a ello, su cabeza estaba frente a Fu Hui y ni siquiera podían levantar la mirada.

Perder el regalo de cumpleaños de la señorita Fu, fue realmente demasiado vergonzoso. Sin embargo, nadie había adivinado que quien había robado el Guanyin de jade había sido Fu Wanqing.
Debido a la desgracia, había estado investigando el incidente todo este tiempo, pero el resultado fue tan eternamente inesperado. 

Ma San apartó su mente del recuerdo y tiró de la cadena en sus brazos, era una cadena de hierro, que ordenó especialmente hacer.

Combinó la esencia del Puño del Dharma de Shaolin y de la Palma del Arhat en una técnica de hoja, para así recorriendo su propio camino. Gritó con fuerza:

"Todos la respetan como la dama mayor de la Villa Caballeresca, ¡pero yo no! ¡Todos están confundidos por su apariencia, pero yo no! ¡Señorita Fu, tiene un corazón de serpiente! ¡Malvada y viciosa! Lo que Jade Guanyin perdió de mi mano, deliberadamente quieres arruinar mi rostro y mi reputación ".

Fu Wanqing jugo con sus dedos y levantó la cabeza para lanzar una sonrisa hermosa a Ma San, que casi hizo desaparecer el odio de su corazón.
Abrió la boca, y su voz era muy suave, precisamente una colcha de seda bordada que se cubre a sí misma. Ma San nunca había antes había disfrutado de la suave entonación de las mujeres en su vida.
Su expresión comenzó a transformarse, y ya no era un hombre lleno de enemistad, sino un hombre deseando llenarse de hombría al poseer esta rosa espinosa. ¿Qué había dicho realmente Fu Wanqing? Fue: