Lou Kexin no esperaba que Yu Shengyan respondiera así. Se quedó aturdida por un minuto, luego sonrió.
"Como todos ustedes son invitados que nuestro Jefe ha traído, pueden seguirme".
Sólo había un camino retorcido en la isla, y los bosques que la rodeaban estaban llenos de [1]miasma; tan pronto como uno entraba, nunca podría salir. El camino de piedra estaba cubierto de musgo, y en cada segmento de medio metro había dos seguidores del Credo que sostenían sus espadas inmóviles, como si estuvieran muertos. Había una sala de palacio que era exquisita sin comparación, similar a una imperial.
En el cartel horizontal de arriba estaban las tres palabras de "Credo del Agua de Jadeíta", escritas con una caligrafía fuerte y libre, su aura salvaje bastante amenazante.
Esta sala principal era donde los Protectores del Credo discutían los asuntos oficiales. Siguiendo la tortuosa y desviada vereda, los guerreros de Sendero Blanco fueron conducidos directamente a la parte trasera de la sala, donde había un enorme jardín con hileras de casas a ambos lados.Los faroles de papel, que colgaban ante los tejados, se balanceaban a izquierda y derecha con el frío viento. Fu Wanqing siguió a Yu Shengyan, y no se detuvo hasta que pasaron por el jardín. La parte trasera de la sala había sido construida a lo largo de un escarpado acantilado de la montaña. Mirando a lo lejos, en la cima de una montaña que tenía nubes que se habían enrollado a su alrededor, parecía haber un casa.
Fu Wanqing levantó la cabeza para mirar hacia arriba y suspiró: Yu Shengyan era realmente un ermitaño. Si ella misma viviera en un acantilado aislado del mundo humano, probablemente se volvería loca en algún momento.
Al subir mil escalones, la casa estaba cerca, pero aún más cerca estaba un escarpado acantilado, cuyo fondo no se podía ver. En el interior de la niebla nublada, sólo había un tramo de cadena de hierro que se balanceaba de lado a lado, colgando directamente.
Yu Shengyan saltó ligeramente, aterrizó sobre la cadena y luego miró hacia adelante, como si estuviera caminando sobre un terreno llano. Desde su lado del acantilado, Fu Wanqing puso los ojos en blanco, y luego abruptamente agarró la cadena y la agitó con fuerza.
Yu Shengyan no se detuvo, ni miró hacia atrás, sino que se limitó a caminar hacia delante. Su ropa blanca estaba oculta en el interior de la niebla que se agitaba, lo que la convertía en la viva imagen de un inmortal volador.
"¡Aburrido!" Fu Wanqing se quejó para sí misma y se subió a la cadena.
El viento silbaba en sus oídos. Yu Shengyan estaba frente a ella, pareciendo tan cerca, pero tan lejos. Distraída, estuvo a punto de pisar el aire y caer en el infinito.
"¡Ten cuidado!" La voz de Yu Shengyan resonó en sus oídos. En un instante de conciencia, ya había llegado al otro lado del precipicio, sujeta con fuerza por la cintura. Fu Wanqing sonrió suavemente, justo cuando ella pensó en decir algo, su vista se dirigió a esa pequeña casa de madera.
La casa era sencilla, aparte de unas afiladas espadas que colgaban de sus [2]aleros, que hacían ruidos de golpe cuando se balanceaban con la brisa. Al verlas, casi podía imaginarse el escenario de Yu Shengyan volando a través de ellas para practicar sus artes marciales.
La distribución interior de la casa era sencilla. Había una cama, una mesa, un taburete, y apenas nada más.
"La gente rara vez viene aquí", dijo Yu Shengyan en voz baja. Fu Wanqing se rió ligeramente, limpiando el polvo de la mesa.
"Debajo de la montaña hay un salón de palacio dorado, mientras que en la cima sólo hay una cabaña de madera. Si no supiera que eres el Jefe del Credo, habría pensado que eras un prisionero confinado aquí".
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Mei Ren Jian [GL]
ActionEsa mujer era hermosa. Esa espada era buena. En jianghu, había mucha gente que entraba en la línea de visión de Fu Wanqing, pero sólo había una persona que había caído realmente en su corazón. ¿La Alianza del Camino Blanco? ¿El Jefe del Credo Demoní...