Capitulo 1

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Año 2018

Cleveland, Ohio

Samantha Williams:

Faltaba poco para que la clase de la profe Nicolle terminará, mirar constantemente el reloj es algo que hago muy seguido esperando a que den las 10:30 para que la profe de la clase por finalizada.

–¿Tiene prisa de irse señorita Williams?– pregunto la profesora generando que todos mis compañeros pusieran sus ojos en mi –No, para nada profe– respondí con la cabeza agachada.

La campana sonó dando por terminada la clase de la profe Nicolle.
Salí rápidamente del salón para dirigirme al área de las piscinas para poder observar a Marco Milán.

Llegue a las piscinas, pero no hay nadie.

–¡Mierda!– exclame soltando un suspiro al mismo tiempo que dejaba caer mi mochila al suelo.

–Hoy es miércoles, deberías de saber que cambiaron el entrenamiento para los días martes– escuché una voz detrás de mi que venía de lo alto, al girar había un chico con una capucha/sudadera sentado en las graderías leyendo un libro –¿Entonces que haces tú aquí?– pregunté mientras recogía mi mochila y subía los escalones.

–Escuchar el sonido del agua mientras leo, es relajante–

–Se supone que deberías de estar en clase– dije mientras me acercaba a el.

–Se supone que tú también, no deberías de estar aquí viendo a Marco Milán– soltó el con un tono sarcástico al mismo tiempo que metía algo a sus labios.

–¿Como sabes que vengo a verlo a él?– pregunté sentándome al lado del chico.

–No lo sabía, era una suposición, pero gracias por confirmarlo– respondió pasando la página de su libro. No había visto su rostro aún, ya que tenía un gorro en la cabeza.

–¿Puedo saber quien eres?– pregunté mientras intentaba quitar el gorro de su cabeza.

–Detente– dijo tomando mi mano para detenerla, me tuvo sujeta la mano por unos segundos y luego me soltó quitando el gorro de su cabeza.

Su cabello era hermoso, liso y negro, su rostro blanco y sus mejillas rosadas, sus ojos azules como el mar, sus labios rosados con una clase de piercing colgando de ellos.

–Vaya, eres atractivo–

¡Noooo!

No tenía que decirlo, lo pensé y lo dije.

–Osea eres atractivo, pero no eres mi tipo– le dije soltando una risa incómoda, el soltó una risa sarcástica.

–Ya..... No te preocupes, tampoco eres mi tipo– lo dijo sonriendo.

Saco una caja de cigarrillos y de ella saco uno poniéndolo en su boca.

–¿Puedes darme uno?– pregunté

–¿Fumas?–

–Desde que mi madre murió, los cigarrillos son la única cosa que calma mi ansiedad–

El saco uno de la caja para dármelo.

–¿Tienes fuego?–

–Jaja no chica, yo no fumo–

¿Que?

–¿Que?– pregunté muy confundida

–No fumo– volvió a repetir

–Solo es vacile, no hago nada que pueda dañar mi cuerpo y mi salud– respondió el levantándose de la banca, era super alto no llegaba ni a su hombro.

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