La ventana del autobús estaba completamente empañada por el sereno de la espesa lluvia que caía a cantaros ese día. Jamás imaginó que el clima lo recibiría tal y como se había marchado, dándole el mensaje que una tormenta de problemas se avecinaba.
O eso era lo que su abuela solía decirle.
JungKook observó las calles vacías, los grisáceos céspedes y las elegantes casas que se encontraban descascaradas por el paso del tiempo o la intensa luz del sol. A su parecer, la ciudad no había cambiado en nada desde que había partido. El lugar seguía igual de silencioso y aburrido, estaba seguro que las personas que lo rodeaban no iban a cambiar su forma de vivir.
"¿Que ocurre?, Algo ha cambiado en tu lugar" le codeó su compañero de equipo, Sung-Yae. El hombre era 5 años mayor y parecía que sus padres le habían dado de comer suplementos porque el tipo parecía haberse comido un tanque, su piel bronceada contrastaba con sus ojos verdes. Era un hombre realmente amable, había ayudado a JungKook el primer día que piso la base.
Le debía mucho.
"Nah, Sigue siendo el mismo" hizo una mueca desinteresa y volvió su vista hacia la ventana.
"¿Alguna novia te espera?"
"Me fuí mucho antes de saber su repuesta, así que supongo que eso responde a tu pregunta" el hombre le miró sorprendido.
Luego siseó arrugando el rostro con falso dolor "Mierda"
"Y que tal tu, alguna esposa o hijos" le preguntó, lanzándole una mirada de reojo.
"Si....una esposa y 4 hijos" Sung-Yae sonrió ante el recuerdo de su familia esperándole con entusiasmo.
"Me alegra saberlo" JungKook le miró, amabilidad bañando sus grises ojos.
3° Calle al XX.
"Esa es mi parada" señaló y agarro sus cosas. Yae se abrió paso.
"Espero vernos pronto, Jeon" le palmeó el hombro y luego se saludaron y mostraron sus respetos.
"Espero que no" bromeó caminando hacía la puerta del autobús.
"Ja Ja, que gracioso" El moreno río sarcástico y tomó asiento de nuevo.
"Gracias por sus servicios Teniente Jeon, Regrese a casa a salvo" le dijo su Capitán que hacía de conductor para su equipo de escuadrón.
"Gracias Señor" JungKook saludo mostrando sus respetos despidiéndose de forma honorable ante sus superior.
Despidió a su equipo y bajó del autobús. Miró al camión alejarse con sus compañeros montando espectáculo y río. Luego exhaló, apretando la correa de su mochila y acomodando su boina, finalmente estaba de regreso. Esperaba que después de tantos años Jisoo estuviera soltera porque no la había olvidado, aún seguía en su mente y corazón día y noche.
Partió camino, preguntándose como estaría ella, ¿se habria vuelto más alta?, ¿Se habría dejado crecer el cabello?, ¿quizas lo habría pintado o lo mantendría negro?, ¿Estaría soltera, casada o viuda?, ¿ Aún viviría con sus padres?. Una pregunta en particular rondo su cabeza cuando pudo divisar la casa de sus padres. ¿ Siquiera ella se acordaba de él?.
Obviamente no. Habían más muchachos en el mundo que pudieran cortejarla, él no era tan importante para que ella esperara por él.
Patético.
Las escaleras del porche chirriaron bajo sus mojadas botas cuando lo atravesó para llegar a la puerta. Observó de un lado a otro hasta donde la puerta de mosquitero le dejaba ver. El ambiente era tranquilo, igual que siempre, espero y luego miró a su madre caminar por el pasillo despreocupada con una cesta en su mano derecha y un paraguas en la otra, al parecer saldría de compras con tan mal clima.

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Boy's don't Cry
De TodoObligado por su padre a enlistarse al ejercito, JungKook se encuentra más que extasiado de regresar a su ciudad natal después de 7 duros años de entrenamiento. Donde la supervivencia lo era todo, cazar o ser cazado. Pero al estar ausente tanto tiemp...