Sirena mecánica

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El agua que recorría su cuerpo estaba tibia, después de una larga y ruidosa noche decidió por quedarse dentro del domo que cubría su ciudad ese día. Era nombrada como Freya por los humildes pasillos de Atlanta, una utopía acuática que se protegía de las inclemencias del exterior con un domo gigante como si fuera un escudo. Por el día era seguro salir, pero no podías ir a la zona mas profunda, donde la luz acababa. Esa era la mayor regla en este planeta si quieres existir.
Freya tenia la fama de ser rebelde y causar problemas, según algunos, esta androide llego una noche, muy dañada e inconsciente. Al recuperar la memoria, ella no recordaba nada del pasado, nisiquiera de la noche cuando llego.
Con el tiempo fue aprendiendo muchas cosas, pero a falta de una educación dentro de la ciudad, se hizo de una fama negativa, de chica problemática y bromista, además que soñaba con salir una noche del domo y observar a lo que el pueblo tanto le temía. Con placas azules de acero inoxidable, su cuerpo se asemeja a lo que antes se llamaba un delfín.
Se levanto, limpio con un cepillo las partes grasosas de su estructura, y salio a trabajar - es cansado hacer la misma rutina todo el tiempo, trabajo trabajo, hoy quiero descansar -
le dijo a su pez globo que aun se encontraba dormido.
- pues Nimodo de algo tenemos que vivir -
Todos trabajan para que el pueblo funcione a cambio de ámbar, la cual les permite seguir generando energia para funcionar mas tiempo. Este recurso también es usado como moneda, para comprar algunos lujos, como comida para pez o visitas a lugares culturales.
Saliendo del trabajo, Freya siempre sale para ver la luz roja que llega al mar antes del anochecer, y que siempre pone de buen humor a la androide.
- Algún día seguiré esa luz y veré hasta donde llega - es lo que ella deseaba. Esa misma noche como siempre se escuchaban los ecos del anochecer, mientras intentaba ver detrás del cristal del Domo, pero al ser muy denso no se lograban distinguir las figuras. En donde ella estaba se perciban mejor los ecos, un poco mas fuerte pero mas como un arrullo, como un canto. Empezó a distinguir un poco las figuras oscuras de la lejanía, ella gritaba para ver si los sonidos pasaban por el cristal, pero era en vano. La figura se fue perdiendo en los matices del agua. Freya no había visto nunca antes algo tan grande, ni un sonido tan majestuoso, aumentando su curiosidad por el exterior.
Al día siguiente estaba muy decidida a quedarse fuera esa noche, en el trabajo se lo confesó a la única persona en quien confiaba, su compañero de trabajo, Sidney. Era un androide con fuerza para ser un guerrero, pero con un corazón de cristal. Su mayor sueño era dedicarse a las artes, pero su desendiente quería que fuera a una academia militar. Freya hablo con su descendiente para que le permitiera hacer lo correcto, desde entonces han sido muy unidos, y siempre se ayudan entre si.
- ¿Estas loca? -
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Grietitas y Letritas (Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora