- Layla necesitamos a alguien más trabajando contigo en el taller, hay horas en las que no estás o no puedes con todo sola.-
- Lo sé Alycia, pero la gente de aquí es un desastre y desde que mudamos todo a Londres no me encuentro nada más que incompetentes.- contesta Layla, la jefa de el mecánico que utilizamos de tapadera cuando yo no estoy, bufando.
- Eso ya lo he solucionado, he hablado con Ryan y mañana te manda a una novata, ya ha trabajado en otros mecánicos, no creo que te cause mucho problema.-
- ¿Nombre de la chica?.-
- Ni idea, habla con Ryan, se va a pasar en poco por el taller así que pregúntale.
- Vale, pues muchas gracias, ¿ tú pasarás por aquí?.-
- Sí, lo que tarde en coger la moto del garaje y llegar.-
- Perfecto, pues hasta ahora.-
- Hasta ahora Layla.- Cuelgo la llamada.
Salgo rápido de la oficina, la verdad que tengo ganas de despejar un rato, cojo la moto Yamaha, unos arreglillos no le vendrían mal, nunca he sido mucho de cumplir la ley, pero me pongo el casco de seguridad, ¿por qué? Fácil, lo bien que queda quitárselo tipo peli, con la melena al viento. Llego en tiempo récord al taller y como Layla está ocupada atendiendo a un cliente, me quedo fuera esperando mientras me fumo un porrillo, que nunca viene mal.
De lejos veo llegar a Ryan y a la que supongo que es la novata, la verdad que la chavala está para mojar pan, y Ryan... pues es Ryan. La chica viste bastante bien, pantalones anchos, sudadera adidas vintage, vans altos y top negro simple, algo escotado permítanme fijarme.
- ¡Hola bombón!- me saluda la novata, lo único que me salió fue sonreír con cierta picardía, creo que esta chica no sabe quien soy.
- Hola jefa.- me saluda Ryan mientras le da un codazo a la novata, que al darse cuenta abre mucho los ojos inmediatamente.
- Hola Ryan, y...- miro a la novata, incitándola ha hablar.
- Ah sí, em, lo siento, soy Nalaia, Decker, Nalaia Decker, lo siento por lo de antes, pero es que estás para mear y no echar gota.- Al parecer lo último se le escapó, ya que inmediatamente tras decirlo se tapó la boca y abrió mucho los ojos.
- Lo sé, Ryan enséñale el establecimiento y preséntale a Layla, luego nos la llevaremos a conocer la casa y el garaje.- mientras digo esto apago el porro pisándolo, y me alejo ignorando la situación anterior.
- Debes de moderar tus ataques de ligoteo Nalaia.- Escucho a Ryan decírselo a la novata mientras se alejan de mí. Me encantaría poder negarlo pero esa manera de dirigirse a mí, no me disgustó para nada... que quede claro que eso no quiere decir nada, simplemente, no me cae del todo mal.
Tras un rato esperando, llegan de nuevo Ryan y la novata, esta vez con Layla, que nada más verme, corre a darme un abrazo, es de las pocas personas a las que les permito tocarme.
- ¡Aly! He escuchado que ya has tenido bienvenida de la novata.- me dice Layla graciosa.
- Pues sí, una agradable bienvenida, ahora ¿nos vamos?.- respondo mirándoles a todos, con mi muy agradable expresión de siempre, nótese la ironía.
- Yo me quedaré un rato más trabajando, adiós chicos.- dice Layla alejándose.
- Vale, ¿tenéis coche o moto o algo aquí?- pregunto a Ryan y a la novata.
- Yo no tengo nada.- me contesta la novata.
- Yo tengo moto, pero solo cabe una persona.- contesta Ryan.
- Ok, pues novata sube en la mía, Ryan síguenos.- contesto haciendo un gesto a la novata de que suba detrás.
Iniciamos el camino hacia la casa, aunque más bien mansión, no sé por qué pero en un momento del trayecto sentí la necesidad de frenar bruscamente y pegar más a la novata a mí, lo que funcionó, ella se agarró a mí por debajo de mi cazadora de cuero, en otro momento no se me habría ocurrido dejarle acercarse y mucho menos agarrarme, pero esta vez era lo que buscaba, no lo entiendo, será que me levanté rara, pero lo noté ciertamente familiar... No sé tonterías.