✓ 𝗜 ♡ El Omega Que No Quería A Su Predestinado ( 𝗁𝗒𝗎𝗇𝗅𝗂𝗑 )

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Wooyoung se sentía demasiado cansado además de herido, podía sentir las heridas por casi todo su cuerpo, pero aún así seguiría de pie para enfrentar a aquella hechicera de magia oscura, no se rendiría.

- ¡Wooyoung! -la princesa se hinco y sostuvo a Wooyoung por unos momentos, percatándose de las múltiples heridas hechas por la hechicera-. Detente, no sigas, morirás si sigues así.

- No me importa -tembló un poco al intentar incorporarse-, m-mientras siga de pie, no dejaré que te lastimen.

Una risa burlona se escucho en todo el lugar, Irene no podía ni creer en lo que había escuchado, ese alfa en verdad que está muy ciego, y la princesa demasiado tonta como para conseguir ayuda, aunque no la culpa, ni siquiera ella querría arriesgar a más personas a una posible muerte segura, pero aún así le parecía muy patético ver a esos dos tan juntos cuando ni siquiera esos dos son destinados.

- ¿Por qué seguir intentando? -pregunto Irene-. Es obvio que ella no te ve más que como un alfa más del montón, no te aprecia para nada, y aún quieres demostrar que eres fuerte, te estás debilitando, pronto dejarás esté mundo.

- ¡No si yo no lo permito! -exclamo la princesa, estaba sumamente triste, ver de ea forma a Wooyoung, tan débil y necesitando de ayuda, quería ayudarle, no podía permitir que esa hechicera siguiera haciéndole daño a un alfa tan valiente como él-. Si vas a matar a alguien, esa debo ser yo, no permitiré que sigas haciéndole daño.

- No, Wonyoung -la omega sintió como era tomada con la poca fuerza que a Wooyoung le quedaba, miro la mano que estaba en la suya, y la apretó delicadamente indicándole que estaría bien.

Ella sabía que merecía morir, pagar por todo lo que había pasado en un principio, si ella no hubiera sido cegado por ambicionar a alguien que no le correspondía, todo aquello no habría pasado, sabía que tenía gran parte de la culpa en todo aquello, y tenía que hacerse responsable al respecto.

- Estaré bien, Wooyoung... no te preocupes.

- Pobres ilusos... -Irene sonrió-, espero que te guste dormir para toda la eternidad, mi querida princesa.

Irene lanzo un ataque, la princesa se sentía paralizada al ver aquello, con sus brazos cubriendo su rostro, esperando a que aquel ataque llegase hacía ella, pero no llego, en cambio una luz blanca fue lo que había visto, y entonces miro hacía donde había provenido.

- ¿Pero, qué? -Irene miro hacía donde la princesa veía, allí estaba Seulgi y detrás aquel príncipe omega junto al alfa líder, se percato del lazo brillante entre ellos-. Seulgi...

- Detente de una vez, Irene, no quiero lastimarte.

- Tu magia no es tan poderosa como lo crees, hermana, será mejor que tú seas la que se aparte.

- Te lo advierto, Irene.

Pero por supuesto su hermana no obedeció, en un movimiento rápido y con ayuda del poco fuego que apenas y producía una vela, lanzo aquel fuego hacía Seulgi, pero Seulgi logro detenerlo por completo, hizo un ademán con su mano, haciendo que el fuego bailará en el aire y por fin cambiará poco a poco de color.

- Un alma necesita a una luz de guía -menciono Seulgi y miro hacía su hermana-, y ella será la mía.

En un chasquido de dedos el fuego fue hacía su hermana, bailando y girando a su alrededor, lanzando brasas ardientes que al caer encima de Irene, hacía que se cubriera de blanco y se volviera casi transparente a la vista de todos, poco a poco y con temor, Irene intento que el fuego dejase de revolotear a su alrededor, pero eso no le impedía seguir llenándola de las brasas, hasta que por fin sus ropas y cabello se hicieron totalmente blancos, y ellas era prácticamente un fantasma, miraba a través de si misma, asustada.