Capítulo Único

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Kageyama nunca tuvo fantasías sexuales grandes o demasiado complicadas, tampoco tenía un fetiche en específico. Pero cuando vio en el aparador de la tienda el disfraz de conejito, algo en lo más profundo de su ser, que no sabía que existía, lo impulso a comprarlo.

Hinata, su esposo, lo observaba extrañado presintiendo que algo estaba planeando . Aún así lo saludó con un beso en la mejilla cuando pasó por la puerta de entrada al departamento.

-¿Qué hay en la bolsa? – preguntó, notando el tono rojizo que tomaron las mejillas del pelinegro. – Tobio.

Y el ardor de la cara viajó hasta sus orejas la ser llamado por su nombre. Sin mucha explicación le dio la bolsa al más bajo para que la abriera. Estresándose al ver que el pelinaranja, pese a lo impaciente que era, se daba el tiempo de ver cada detalle de la bolsa de papel, principalmente al sticker de gracias por su compra con un osito marrón lamiéndose los labios, y arriba con el nombre de la tienda:"Dulce Fantasía" .

Por un momento shoyo pensó que tal vez se trataba de una nueva panadería cerca de su hogar, pero el peso de la bolsa le decía que no.

-ábrela rápido , me estás desesperando – pidió el alfa.

Shoyo con la iniciativa de molestar a su esposo, cuidadosamente despegó la pegatina, abriéndola de la forma más lenta posible para ponerlo más ansioso , cuando estaba a punto de ver su interior la dejó en la mesita ratonera de la sala – perdí la curiosidad -kageyama con el corazón en la boca, apretó las mejillas de Hinata con fuerza hasta dejarlas rojas. – ya hombre, cálmate eso duele, te voy a reportar por violencia de pareja. – amenazó jugando, separándose del pelinegro para abrir la bolsa, encontrándose con unas orejitas de conejo y en el fondo de papel se notaba que había una tela. Encorvó su ceja en busca de explicaciones.

-pensé que se te vería bien –

-pensaste mal, soy hombre y tengo músculo, no soy el omega flacucho de preparatoria. – alegó – igual gracias.

-exacto. Tienes musculo para poder rellenarlo. – Hinata rodó los ojos, ¿era enserio?, bueno que importa, era malo el desperdicio.

-bueno, báñate – ordenó, y ahora era turno de Tobio para mirarlo extrañado – voy a ponérmelo.

Habían cosas rápidas, como los autos, los trenes bala, los cohetes y la luz, pero eran lentas comparadas con Kageyama yendo al baño. Desvistiéndose casi cayendo al suelo y fregándose hasta poner su piel roja.

Shoyo por otro lado sacó el traje de conejito, que de conejito no tenía nada aparte de las orejas y la cola pegada en la braga. Era un conjunto pequeño de color blanco, que prácticamente eran hilos, la parte más grande era los diminutos pedazo de encaje que servían para cubrir sus pezones, y la zona que cubría su miembro, pero estaba seguro que si daba un salto se le saldría para afuera. Aún así se fue a la habitación que compartía con su pareja para usarlo, se vio reflejado en el espejo y lo que vio no le disgustó, pero tampoco lo alentaba para volver a vestirse así, tal vez si fuera de algún otro color que no fuera blanco. O cuando el bronceado que había obtenido de Brasil desapareciera. Se dio media vuelta para ver como se veía su trasero .

<<tengo buen culo >>-se auto piropeó, ni pequeño ni gigante deforme, un trasero mediano correspondiente a su masa muscular, y que además tenía una buena forma. ¿Ahora que hacía?, las veces que tenía intimidad con su pareja solo salía, nunca planeaban nada. Ahora le estaba resultaba incómodo.

Se escuchó un golpe en sala y un “¡mierda! ”, y Shoyo salió hasta el marco de la puerta a ver que sucedía, encontrándose con Kageyama tirado en el piso sobando su pie. – pfft – no aguantó la risa – To-bi-o – silabeó el nombre de su pareja.

La Fantasía De Kageyama-kagehina -One-Shot - haikyuu!! omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora