Soy Emmet.
Y jamás pensé que aquella mañana cuando saliste a buscar nuestro desayuno sería la última vez que te vería.
—¿Sándwich doble de jamón…?
—Con mostaza extra~ — Dijimos ambos al unísono, terminando así la frase que Ingo había comenzado. Arrancando una vez más una sonrisa a los trabajadores del metro que estaban en la sala de control con nosotros debido a nuestra perfecta sincronía.“Telepatía de gemelos” Solíamos bromear con eso, aunque ciertamente algo de verdad había en eso, siempre sabiendo lo que el otro pensaba, sentía, quería. Entendiéndonos a la perfección y sacando ventaja de aquella sincronía para el trabajo, el andén de combates múltiples nunca había sido tan difícil de vencer desde que nosotros asumimos el cargo de jefes del metro. Claro que tanto los combates individuales como los dobles tenían su nivel de desafío, pero los múltiples simplemente eran un tema a parte.
Creo que desde el hecho de haber criado juntos a nuestros pokémon como si fuese un solo equipo masivo, los compañeros de Ingo me obedecían y los míos lo obedecían a él, cada quien tenía sus predilectos, pero llegue a perder la cuenta de cuantas veces intercambiamos lugares entre nosotros por una u otra razón y nuestros compañeros nunca tuvieron problema en apoyar aquella jugarreta que nunca nadie en el subterráneo llegó a descubrir.
A veces me pregunto si aquel día hubiera sido uno de esos en los que jugábamos a intercambiar roles, las cosas hubieran sido diferentes de alguna manera. ¿Yo habría desaparecido? ¿Y si hubiera sido yo quien saliera a por el almuerzo ese día?
“—¿Sándwich sencillo de jamón…?
—Con poca mostaza. —“Habría traído el desayuno de Ingo y las cosas pudieron ser diferentes.
Soy Emmet.
Cuando pasaron las primeras 24 horas fue cuando la policía al fin me dejó levantar la denuncia por desaparición. No importó cuantas veces les hubiera tratado de explicar que tú nunca serías el tipo de persona que abandonaría su trabajo bajo ninguna circunstancia, el escándalo que armé en la comisaria reclamando que cuando una persona desaparecía las primeras horas eran vitales, ni siquiera verme llorar de impotencia con Elesa tratando de calmarme sirvió para que esos mal nacidos cambiaran de opinión. “Espere, ya aparecerá” Decían como si fuese cualquier cosa, ni siquiera les importaba que fueras una de las grandes estrellas de ciudad Nimbasa, simplemente se lavaron las manos, completamente enfrascados en tomar su café. Yo no había podido dormir ni un minuto desde que intuí que algo estaba mal. Fue una sensación extraña en el pecho, como si estuviera a punto de vomitar, un dolor bajo en el vientre y por ultimo un sudor frío acompañado de una crisis de ansiedad que me hizo tener que encerrarme en el baño de la oficina a respirar agitadamente tratando de controlar un indescriptible llanto mientras me echaba agua en la cara tratando de hacer que se me pasara la sensación. En aquel momento no lo sabía y me culpo por no haberme dado cuenta que desencadenó aquella reacción, cuando obviamente se trataba de tu alejándote de mí cuando simplemente habías ido a comprar el almuerzo como de costumbre. ¿Qué sucedió ese día, ingo?
Si algo me enseñaste antes de tu partida era que no podías vivir sin mí, así como yo no podía estar sin ti. Cuando pasaron los minutos en la estación y te escribí, notando como mi mensaje nunca te llegó, supe que algo estaba mal. Recuerdo haber salido inmediatamente a paso apresurado, por no decir que iba corriendo abriéndome paso entre los usuarios del metro que se amontonaban tratando de subirse a su respectiva línea, yo tenía experiencia en escurrirme entre las personas, a diferencia de ti que tenías la necesidad de pedir permiso para pasar a cada una de ellas. Yo las golpeaba, empujaba y aventaba a medida que me abría paso, una clara violación a las reglas de usuario en el metro pero ¿Quién me iba a regañar por eso? En cuestión de minutos había llegado a aquella cafetería donde habías ido, pero no encontré nada.
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Soy Emmet
FanfictionUna historia donde quise explorar un poco el duelo de Emmet tras la desaparición de Ingo, disfruten de 4500 palabras y un montón de sentimientos que iba pensando en el camión tras haber dormido solo 4 horas y haberme tomado un café cargado.