Natasha
— Por aquí señorita Kuzmina
Otra vez aquí... se ha convertido en un martirio venir desde que acepte que no mejoraría.
Aunque la luz del sol se asome por las ventanas los pasillos no dejan de sentirse fríos y solos.
Camino con el doctor y la enfermera hacia el segundo piso, pasando por todas esas puertas con trágicas historias y familiares esperando algún cambio, algún avance; yo me rendí de eso hace mucho, soy lo único que tiene y es lo único que tengo no nos podemos dejar... aunque ella no lo recuerde.
Habitación número 26, segundo piso, edificio B; Respiro profundamente antes de que el doctor quite el seguro y abra la puerta.
Se encuentra sentada en la cama, mirando hacia la reja de la ventana en la parte superior de la blanca pared, casi no se ve nada, solo es un pequeño rectángulo que regala una corta vista del cielo despejado de hoy.
— Intente acercarse — me indica el doctor.
Entro a la habitación lentamente para no alterarla ya que se ha vuelto muy sensible con el paso del tiempo.
— Hola mami — pase lo que pase la amo y se lo intento demostrar constantemente, estoy feliz de verla; no me responde ni se mueve, volteo a ver al doctor pidiendo ayuda y solo me pide volver a hablarle.
— Hola ma — ni siquiera me deja terminar de hablar.
— Te escuche la primera vez — responde en seco sin voltear a verme, vuelvo a pedir ayuda al doctor volteándolo a ver y este por fin entra acompañado de la enfermera.
— ¿Cómo se encuentra hoy Elizabeth? — el doctor se para frente a mamá y ella finalmente lo voltea a ver.
— Estaba bien hasta que entraron — contesta recia y con un suspiro como si le hubieran dicho que tenía que limpiar todo el lugar, siempre es lo mismo, a veces tiene días de lucidez pero solo ha pasado unas pocas veces.
— Muy bien, hoy la someteremos a una terapia más agresiva para ver si hay algún cambio, para esto tiene que estar acompañada de personas importantes, ósea usted, aunque no la recuerde — me dice el doctor y lo único que puedo hacer es asentir.
— Señora Kuzmina acompáñenos por favor — Ella solo se levanta y camina, el primer año fue el más difícil, solo me pedía que la sacara de aquí, después de un tiempo dejo de esforzarse, para todo; Sigue sin creerme que es mi madre pero al menos aunque con mal carácter se ha vuelto más dócil, siempre odiare verla así, la recuerdo fuerte e indomable y sobretodo alegre, hace años que no le veo una sonrisa.
Llegamos al edificio C, me da miedo estar aquí, tiene un algo que me provoca demasiada inseguridad.
El psiquiátrico está dividido en varios edificios pero los principales son 3, El edificio A donde se encuentran los pacientes más dóciles y con menos gravedad, algunos que ya casi están recuperados para regresar a sus hogares; El edificio B donde se encuentra mi madre y que es donde están las personas con los trastornos más avanzados y se les tiene que tener mayores cuidados y atenciones, ellos tienen bastantes restricciones para moverse por el lugar y por último el edificio C donde se encuentran las habitaciones de máxima seguridad para proteger tanto a quienes están dentro como a los que están afuera, además en ese edificio se suelen tomar las terapias más agresivas por lo que he escuchado; solo dos veces he pisado estos pasillos y he odiado cada una de ellas, siempre siento como si me vigilaran y no es nada agradable.
Al llegar nos quedamos en la planta baja e ingresan a mi madre dentro de la habitación.
— ¿En qué consiste la terapia doctor? — Necesito estar preparada ya que el simple hecho de estar en este edificio indica que será algo difícil y quiero saber que es.
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Libérame
RomanceRendida, extasiada y sometida disfrutando de mi cautiverio. Como te expulso si no tengo fuerzas.