I - Misterioso Encuentro

9 2 0
                                    

Tic... Tac... T-ic... Ta-c...

El tiempo, es como si cada vez se hiciera más lento con cada día que pasa, los colores se opacan, el ritmo se detiene. Con cada pasar de los días, las motivaciones, los deseos, la esperanza... Cosas tan importantes, comienzan a hacerse triviales eventualmente, y solo entra en una pregunta. ¿Cuándo comenzó y cuándo terminará?

- Ya perdí la noción de los días de nuevo - Comento mientras tomo mi teléfono para ver la hora.

Eran las 4:45am, de nuevo, otra noche donde ni siquiera el sueño era un alivio a toda la cantidad de pensamientos que poseía. No saber a dónde ir, no saber qué hacer, tampoco tener nadie con quien hablar. Sentirse sofocado por la ansiedad era algo a lo que estaba acostumbrado, un sentimiento que se aferraba a mi pecho, como si fuera de una estaca se tratara.

- Debería tratar de dormir un poco al menos... - Susurro para mí mismo antes de cerrar los ojos una vez más, en otro intento de lograr descansar.

Para cuando me di cuenta, ya el sol estaba saliendo. Era un nuevo amanecer, debía salir a hacer unas cosas ese día, por lo que era mejor comenzar desde temprano para poder regresar rápido a casa. Así que, saliendo de la cama, fui a tomar una ducha para despejar mi mente y luego ir a desayunar. Sentir el agua recorrer mi cuerpo es algo relajante, como si me absorbiera y el resto a mi alrededor no tuviera ni la más mínima importancia.

- ¿En qué momento fue que todo esto comenzó? - Susurro mientras siento el agua recorrer mi cuerpo.

- Oh vamos, tu sabes bien la respuesta a esa pregunta. - Me respondo a mí mismo desde mis pensamientos

Estas conversaciones, se podrían decir que era mi único escape a un amigo cercano. Hablar conmigo mismo, una y otra vez. A veces, podía ser aliviador, otras, podía ser mi perdición.

- Lo sé, conozco la respuesta. Pero no quisiera seguir recordándolo. - Suspiro y cierro mis ojos.

- Pues hasta que no decidas dejarlo atrás, o volver a enfrentarlo. Solo estarás en la misma espiral, cayendo una y otra vez. - Vuelvo a responderme.

Estaba en lo correcto, pero aun siendo yo mismo quien me estaba dando las respuestas adecuadas, no quería escucharlas. No era lo que necesitaba, o al menos, lo que quería escuchar en ese momento. Y aunque no escapaba de las opciones, siempre las dejaba para último momento, para el momento en que el daño ya está hecho y no es fácil de solucionar, o incluso, cuando no tiene solución alguna.

- Tampoco te culpes en exceso, fue algo que no se pudo evitar. Solo debemos de superarlo. - Me digo a mi mismo en un intento de consolarme.


Tras terminar de ducharme, salgo de la regadera y regreso a mi cuarto para vestirme. Era un día caluroso, estábamos en fechas donde el sol estaba cada vez más fuerte y el calor se intensificaba a cada hora. Sin embargo, el frio que sentía era algo que ni siquiera el calor del sol podía desvanecer.

Para cuando termino de vestirme, salgo de mi cuarto para ir a tomar mi desayuno. Aunque no dejara de comer diariamente, podía sentir como cada vez tenía menos apetito, y lo poco que comía no me estaba aportando mucha energía.

- Deberíamos apresurarnos, se hará más tarde. - Me dice mi mente mientras vuelvo a mirar la hora en el reloj de la cocina.

Eran apenas las 8:00am, no había logrado dormir casi la noche anterior, y aun sintiendo el cansancio recorrer mi cuerpo, no sentía la necesidad de irme a dormir de nuevo. Así que, dejando el cansancio a un lado, termino mi desayuno y salgo de casa para hacer las cosas que tenía pendiente ese día. No era mucho lo que debía hacer, solo recoger unas cosas y comprar otras, pero con mi sentido del tiempo tan desorientado, incluso la acción más lenta podía sentirla en un pasar de ojos, y del mismo modo, un instante se podía hacer una eternidad.

Memorias SilenciosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora