Sagradamente.

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   ¡Bueno! Iba a publicar esto después, pero parece que el 12 de julio se publicará la parte dos de Chainsaw Man. Debo apurarme porque escribí esto sin saber el comportamiento canon de Nayuta y, bueno, no quiero comentarios de que es distinto, blablabla.   

   No tengo beta así que las críticas se agradecen. Se encuentra publicado en Archive of Our Own con el mismo título (Gratitud), el usuario es Aceto_Shiobana. 

   En fin, estoy intentando algo nuevo con esta historia. Veremos si soy capaz.

(...)

   La casa estaba oculta entre las montañas y ni siquiera el demonio más hábil podía llegar hasta ahí.

   Denji odiaba la nieve. Porque era una completa mierda: Fría, pesada y molesta. Cada vez que nevaba, Denji no podía evitar temblar incluso si el frío no era tan fuerte, pues su cuerpo se acostumbró a hacerlo. Demasiadas veces Denji no tuvo nada para protegerse. No solo eso, sino que había poco trabajo en esa época, por lo que el hambre era más común que en otros meses. Pochita y él habían sufrido demasiado, y todo gracias a la nieve.

   Denji odiaba la nieve. Pero Aki dijo que era su estación favorita, y con solo eso bastaba para que Denji amara la nieve.

   Entró rápidamente a la casa, dejando su forma de híbrido y tomando otra vez esa de adolescente que jamás había cambiado desde entonces. Pensó que era gracioso, porque jamás hubiera soñado con ser inmortal.

   No había necesidad de tocar. Solo él entraba y salía. Por primera vez en su vida, era capaz de afirmar que había seguridad y estabilidad. Le hacía feliz. Abrió la puerta con su llave, y lo primero que vio fue a Aki.

   Una camisa blanca. Pantalones negros, abrigados, y unas botas ideales para la nieve. Justo el conjunto perfecto que Denji le había dejado como regalo.


— Bienvenido, Denji.


   Ah, había dejado de lado el "señor". Denji ya le había pedido que no lo llamara así, pero fue más difícil de lo que esperaba. Aki era un niño dócil. Definitivamente, le recompensaría por su comportamiento.


— Ey, Aki.


   Denji no le había dicho su horario por lo inestable que solía ser. Sabía que Nayuta le cuidaba todo el tiempo y le agradecía a ella por eso, pero no podía evitar sentirse culpable; pero así de atento e inteligente era Aki, nunca quejándose por eso. Su fortaleza era una de las cosas que lo habían hecho enamorarse de él.


— Llegas tarde. ¡Dijiste que hoy íbamos a jugar con los pájaros!

— Sí, sí, ya sé. Pero es que esos pendejos nunca aprenden, sabes que así es mi trabajo.


   Eso no parecía calmar la decepción de Aki. Denji acarició su cabeza, despeinando sus cabellos húmedos. Seguro se había duchado hace poco.


— Mira, en serio lo siento, ¿Sí? Te prometo que mañana me tomaré el día libre para estar contigo.

— ¿Lo prometes?

— Obvio.


   Aki guardó silencio por un momento. Una sonrisa pequeña apareció en sus labios, y Denji lo acompañó en su alegría.


— Vamos, anímate. Ya empezó a nevar. ¿Qué tal si vas a ver?

— ... Okey.


   Lo soltó, y lo vio subir las escaleras. Aki amaba ver la nieve caer, y la mejor vista estaba en la única habitación que había arriba. Es por ello que le permitía tener su propia habitación ahí.

   Entró a la cocina y vio a Nayuta sentada en la mesa, tomando un té, dándole la espalda. Su mascota, Biscuit, extrañamente no estaba con ella. «Ah, debió mandarla con Aki,» pensó. Ella olfateó levemente el ambiente y se dio cuenta de su presencia.

    Denji se limitó solamente a decirle "hola" con un gesto, a lo que Nayuta le respondió con un signo de la paz. Significaba que le alegraba verle.


— ¿Pasó algo?


   Terminó de beber, y ella se paró de su asiento. Denji se agachó a su altura para sentir sus manos sosteniendo su rostro.


— Todo ha estado bien, hermano mayor. Aki ya ha estado aprendiendo solo.

— Genial, me alegra mucho que se esté adaptando.


   Ella cerró los ojos, en acuerdo a los sentimientos de Denji. Desde que Nayuta comenzó a sentirse más y más cómoda con él, acordaron hablar siempre telepáticamente: Un signo de su confianza. Él apretó las manos de ella.


— ¡Hay que celebrar! Y ya sabes qué hacer, Nayuta.


   Nayuta dejó de tocar a Denji para llevar una silla hacia la heladera, a la vez que Aki venía acompañado de Biscuit.


— ¿Qué están haciendo?

— Voy a compensarte, Aki.

— ¿Cómo?

— Ya vas a ver. Espera en la sala.


   Escéptico, Aki obedeció. Pronto Nayuta apareció con los helados, y Denji los ocultó. Ambos se dirigieron al sofá donde estaba Aki. Se acercó lentamente y le dio un suave golpe en la cara a Aki con el helado, quien primero reaccionó enojado, pero luego se calmó. Los tres rieron en sintonía mientras se relajaban, encontrando en la televisión una comedia romántica cualquiera.

   El ambiente era cálido, acompañado del ruido que sus habitantes hacían entre sí. Ya sea Denji interrumpiendo la película para comentar lo atractiva que era la actriz principal, o Nayuta pidiendo pausarla para contemplar los diversos animales que aparecían en pantalla.

   Denji observó a Nayuta hablando con Aki. Él le estaba diciendo que su helado tenía escrito "Love", mientras que ella se apuraba en intentar terminar lo más rápido el suyo.

   Si existía el paraíso, Denji estaba seguro que era este. Había pasado demasiado tiempo desde que se había sentido tan... Feliz. Tanto que pensó que jamás lograría volver a sentir algo.

   Esto era lo que siempre había soñado. Para él, para ellos, pero especialmente para Aki.

   Denji se aseguraría que Aki tuviera una buena vida, con esta nueva oportunidad.

   Haría cualquier cosa, jamás dejaría ir esto.

   No importa cuánto tiempo pasara, Denji estaría sagradamente para Aki. 

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