Tonto.

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NOTA: Tardé mucho tiempo, mil disculpas. Ya fue, no sé cuándo viene el próximo. Es más corto, pero bueno.

Gracias por las más de 300 visitas y 32 kudos. Me alegra mucho que les esté gustando esto y eso que apenas estamos empezando. Agradezco su apoyo.

Vi que borraron uno de los temas que recomendé, es una pena porque era de mis favoritos.

ADVERTENCIA: Decapitación y muerte de personaje. Insinuaciones de secuestros y abusos infantiles.

(...)

   Estaba en el bosque. Sintió frío en su cuerpo, especialmente en sus manos, y ahí lo vio: Una bola de nieve en su mano. Los copos de nieve cayeron desde el cielo y manchaban todo el lugar, incluyendo a sí mismo. Escuchó una risa a lo lejos y el ruido de pasos rápidos alejándose. Alguien corriendo, escapando de él.


«¡No me alcanzas, no me alcanzas!» vigorosamente hizo eco en el bosque y la voz era inconfundible. Denji.


— ¡No te vas a escapar! —respondió con la misma alegría—.


Y se puso a correr, persiguiendo el sonido de los pasos de Denji. Atravesó el bosque hasta poder ver el cabello rubio, causando que Aki estirara su brazo y así la nieve en su mano voló hacia la dirección. Mas Denji fue más rápido y la bola se deshizo entre el piso, no dejando ningún rastro de su existencia. Una burla cantada sonó, llamándole lerdo, pero Aki no se iba a rendir todavía.


Incluso sin una bola de nieve, lo iba a atrapar. Corrió una vez más y pudo ver a Denji doblar hacia un lado, intentando desviarse. ¡Qué tonto! pensó Aki, corriendo hacia ese mismo lado, doblando y... No lo encontró.


Lo perdió de vista. Eso no puede ser.


Seguro se escondió en algún lado. Miró a los costados, miró hacia atrás, miró hacia adelante y la nieve era igual de uniforme en cualquier lado. Observó, entonces, hacia arriba: Las copas de los árboles estaban desnudas, sin sombra alguna, aunque la Luna brillase en el cielo. Tampoco había rastro de él.


Crack. El crujido de una rama detrás suyo, uno solo y efímero. Aki se dio la vuelta.


Tampoco había alguien ahí. ¿Un animal?


— ¡Den... !


«¡Aki!» interrumpió Denji en un susurro tan bajo, que Aki agradeció el silencio del bosque. Aki volteó nuevamente y, en donde hubo solo árboles y nieve, había un cobertizo. La puerta entreabierta, la señal de que Denji seguro que se había ocultado ahí. Qué tramposo, pensó mientras caminaba hacia este para así entrar, en completo sigilo.


Cuando logró entrar y dar unos pasos, el viento rugió por primera vez y no le dio ni la oportunidad de reaccionar, pues el frío que trajo fue demasiado intenso. La puerta se cerró bruscamente y la oscuridad sumergió el interior. Pero, incluso si no veía nada, no lo detendría en su juego con Denji.


Caminó con cautela y algo de lentitud, porque no quería tropezarse con nada ni perder ninguna abertura que Denji podría tener. Caminó un tiempo, unos minutos, o unas horas, o hasta unos segundos, porque sus sentidos parecían incapacitados. Ni siquiera podía sentir el piso de madera, porque sus botas eran demasiado gruesas.

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⏰ Última actualización: Jan 06 ⏰

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