Reino de Mentiras

Capítulo 6

El deportivo azul zafiro entró al estacionamiento de aquel enorme edificio vigilado por no menos de 10 hombres altos y fuertes vestidos de traje negro y camisa blanca, uno que otro muestra tatuajes en sus brazos.
Al ver que el auto se estacionaba uno de ellos corrió para abrir la puerta del conductor haciendo una reverencia.

-Buenas tardes alteza no sabia que vendría, le avisaré a mi jefe enseguida. -Zoe es un beta muy amable. Tiene un rostro bastante común y un poco aterrador. Entre los betas sin duda se puede considerar una persona muy atractiva.

-No es necesario, vine solo por unos papeles que están en su oficina y me iré. -La voz no daba derecho a réplica, pero no pareció intimidar al chico de 28 años.

-Majestad, si mi jefe sabe que vino y no le avise... -Bajo la vista, Lucio se quito las gafas oscuras y sonrió.

-Haz lo que quieras Zoe, yo igual solo tomo eso y me voy.

Lucio llamó al elevador mientras se arreglaba la chamarra negra y el pantalón del traje que le queda algo ajustado, peino su cabello y sonrió, es un hombre de 31 años, pero sin duda parece más joven que el mismo rey, su rostro es algo infantil, pero seductor, solo los idiotas creen que es mellizo de Dimitri.

Bajo en el piso 10, camino hacia la puerta y coloco la clave, si era verdad que ese imbécil quería pasar desapercibido tiene una idea equivocada de como hacerlo.
La habitación ocupa medio piso, hay un sofá enorme de piel en color marrón, el escritorio de madera oscura es otra excentricidad del dueño, las sillas en color negro hacen que el lugar luzca aburrido, en cambio la vista es otra cosa, las paredes son de cristal así que el mar que está justo enfrente se ve de manera majestuosa, los amaneceres son un gran espectáculo en aquel sitio.
Lucio suspiro al saber que no podría ver eso nunca más, deseaba tanto comprar el lugar una vez que Lua se vaya de Sommia, sin duda se mudaria de inmediato.
Hay un motón de papeles en el escritorio, solo tomo el sobre que dice "Annia".
Al pasar la mano frente al computador se encendio, el fondo de pantalla cambio, son fotos de su cuñado tomadas por un estúpido detective.
Las vio una a una, ya no tenía dudas este hijo de puta fue uno de los que violo a Akhane, su obsesión debe venir del instinto a recuperar lo que le pertenece. Lo que aún no entiende es porque no solo lo tomo y se lo llevó, duda que tenga miedo a ser atrapado.
Con lo que necesitaba en la mano decidió irse, pero antes de darse la vuelta un aroma a café mezclado con olor a sangre fresca lleno el aire.

-¿Solo te ibas a ir así?. -La voz es baja, pero con un magnetismo fascinante.

-No quería interrumpir tu estúpido ejercicio vespertino. -Lucio odia no odiar a Lua.

-Tu nunca me interrumpes mi amor.

-Como sea, ya tengo por lo que vine, no era necesario verte. -Se dio la vuelta quedando de frente al alfa de cabello claro y ojos azules con gris, un tono muy poco común. Lleva un pantalón holgado negro y tenis rojos, una playera azul que revelan sus músculos. -Por cierto... Deja de enviar obsequios a mi cuñado directo a la oficina de mi hermano, no es como que solo con ello los vayas hacer pelear. -Lucio no le teme a nada, o así era hasta que conoció a Lua. -Con esto concluye nuestros tratos, ahora se amable y vete de Sommia tal y como llegaste.

Lucio comenzó a caminar hacia la puerta, pasó a un lado de Lua sin siquiera bajar la vista ni un poco, el alfa no hablo hasta que escucho la cerradura, su voz es grave y fuerte, tiene un rostro tranquilo, si lo ven junto a Zoe nadie dudaría que es intimidado por el beta, pero sólo es un lobo con piel de cordero.

-Eso no se va a poder, ya te lo he dicho, vine aquí por Akhane y no me iré sin él. -Lucio vaciló un poco antes de verlo a la cara de nuevo, se estaba enojando. -Y ahora que también decidi llevarte conmigo, ¿Cómo puedes decir que se acabo?.