Capítulo 1; Desaparecido

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Esta historia puede llegar a ser como las demás, pero no es así, es mucho más que eso. Ana, una adolescente de 15 años, y Alberto, su mejor amigo, iban a la misma clase, pasaban las tardes juntos, e incluso los fines de semanas, no podían estar separados, digamos que no podían vivir el uno sin el otro, pero nunca lo reconocían, por lo menos ella no.

Pero bueno, ese no es el caso, más adelante seguiré contando como se conocieron y como se comportan ellos ante las cosas que se les van interponiendo, mientras tanto comencemos.

Como de costumbre Alberto se dirigía a casa de su mejor amiga Ana, como no se le daban muy bien los estudios allí aprovechaba y su amiga le ayudaba en todas las dudas que tuviera, ya que iban juntos a clase. Habían quedado a las seis de la tarde y al parecer Alberto le tenía que contar una cosa muy importante a su amiga. Ana como era muy impaciente estaba deseando que su amigo llegara y le contara que pasaba y el porqué a tanta prisa por querer decirle algo. Al ver que eran las seis y cuarto y su amigo todavía no había llegado decidió llamarle al móvil lo que la hizo preocuparse ya que su amigo no se lo había cogido y eso era muy raro en él dado a que siempre llevaba el móvil encima a no ser que su madre se lo hubiese quitado por su comportamiento, pero eso era imposible porque su familia se había ido de viaje a Italia y solo estaba él en su casa.

Pasaron horas y horas y Alberto no respondía ni a las llamadas de teléfono ni a los mensajes de texto, Ana pensaba que le había pasado algo malo y decidió salir a la calle a buscarlo. La verdad es que no era un buen día para salir a la calle ya que estaba lloviendo a cántaros. Con las prisas Ana se había dejado el paraguas en casa y tenía todo el pelo empapado, se recorrió horas y horas en la calle buscando a su amigo por todos los lugares en los que pensaba que podría estar pero no estaba en ninguno de aquellos sitios. Al ver que era inútil seguir buscándolo decidió volver a casa y buscarlo al día siguiente, haber si así conseguía tener más suerte.

En el camino de regreso a casa, se encontró una pulsera que le parecía familiar, se agachó a cogerla y al ver que era la pulsera que le había regalado a su amigo por su cumpleaños no se lo pensó dos veces y llamo a la policía para contarle lo ocurrido. La chica se puso a pensar y se pregunto dónde podría estar su mejor amigo y que era esa cosa tan importante que le tenía que contar, pero eso ahora podía esperar, pues en ese mismo momento se estaba empezando a encontrar muy mal, las piernas le temblaban, y los brazos también, incluso la cabeza le da mil vueltas, diez segundos después de eso, cayó al suelo empapada por la lluvia.

Quince minutos después Ana seguía tirada en la calle, inconsciente, pero en ese instante llegó un coche, con dos hombres muy misteriosos en su interior. Cuando consiguieron ver que la chica estaba inconsciente y con una brecha en la cabeza, la cogieron rápidamente y la llevaron al hospital donde se pondría mejor y podrían saber si la había sucedido algo muy grave.


Tan diferentes cómo iguales.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora