El otro día me miré al espejo y me puse a llorar.
Hace un año la razón habría sido yo misma, mi imagen y mi cuerpo imperfecto.
Hoy lloro por todas esas personas, que como yo, no se quieren lo suficiente;
por pensar que soy tan débil como para que me importen tus comentarios.
Y me engañaba diciéndome que era yo misma la que se ponía las metas, y no la sociedad la que me las ponía.
Joder, lloro por haber perdido dos, tres o cuatro años de mi vida pensando en mis imperfecciones, (qué egocentrismo más grande)
Me miraba y los defectos se hacían cada vez más grandes, cada vez más prioritario era encajar en el canon de belleza.
Hoy lloro para que nadie, absolutamente nadie, sienta esto nunca más.
Aunque no sea posible, lo he intentado.