Se podía decir que era una tarde tranquila. No se escuchaba ningún tipo de escandalo y no se producían fuertes ruidos que causarían cualquier tipo de alerta. Y hablando del clima, se podría decir que no hacía mucho frío ni mucho calor. Parecía que sería un excelente día para sentirse relajado durante todo ese tiempo, aunque cierto bestmean sentía la necesidad de buscar algo con que distraerse y salir de esa burbuja de aburrimiento.
Michiru acostada en ese sillón rojo, de manera que su cabeza se encontraba a unos centímetros en llegar al suelo, y sus piernas estaban apoyadas en el respaldo. Su mirada se encontraba a un punto fijo, pero sus pensamientos estaban nublados. Ya aburrida de ese pequeño entretenimiento, decidió levantarse con suma pereza. Da unos pequeños estiramientos y se terminó acomodando su ropa. Miró por todos lados, para ver con que distraerse, sabiendo que solo se encontraban muchos libros, mismos que no le llamaban mucho la atención.
Puede que no sea de su gran agrado, pero puede que esté la existencia de un libro con que entretenerse.
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Se dirige hacia los libros y prosigue a pasearse alrededor de los estantes, miestras su mano va tocando los libros y con su mirada va mirando los títulos, para ver con cuál sería muy conveniente, en terminar con su tortura del famoso aburrimiento.Ya siguiendo con su trayecto, se logra percatar de una caja media vieja entre una pila de libros viejos y con un ligero rastro de polvo. Retrocede lentamente y dirige su atención a esa caja. Antes de tomarla, se preguntó si sería buena idea o si había algo delicado que por nada del mundo se debía revisar.....
Tanto de pensarlo, decidió satisfacer su curiosidad que cada vez era más notoria y grande.
Ya entre sus manos, fue nuevamente al sillón, para sentirse más cómoda, mientras examinaba lo que había dentro.Era algo extraño, pero sentía una gran necesidad de saber que era, porque podía tomarlo como cualquier caja con cosas viejas o documentos viejos.
Sus ojos se abrieron como platos y su boca soltó un pequeño sonido de asombro, al ver que su contenido eran puros dibujos y algunas pinturas super espectaculares y brillantes. Era magnífico saber que cada dibujo fue hecho de una manera delicada y con mucha paciencia.
Saber algo más de Shirou, era genial aunque un poco triste en saber que él nunca le dijo sobre su talento que tenía en el dibujo.
Se detuvo mirando detenidamente cada pequeño detalle, como queriendo grabarlo en su cabeza de una manera permanente. Tanto era su admiración que no se percató de que habían abierto la puerta y de que el dueño de la habitación había llegado.
Shirou: ¿Qué estás haciendo?
Michiru: !¿Shirou?! ¿Cuándo llegaste?
Shirou: Desde ahora ¿No te enseñaron que es de mala educación coger las cosas sin permiso?
Michiru: Yo..Lo siento, andaba un poco aburrida y me entraron unas ganas de mirar..... aunque eso no es motivo de hacer lo que hice.... perdón Shirou.
Shirou:Ya no importa.
Michiru: Shirou...
Shirou: mmm
Michiru: ¿Por qué no me dijiste de que sabías dibujar? Tus dibujos son asombrosos.
Shirou: Solo era un pequeño pasatiempo, que dejé de lado hace un largo tiempo. No recordaba la existencia de esa caja.
Michiru: ¿Crees que aún....
Shirou:¿Si aún tengo el talento?
Michiru: Sí eso..
Shirou:mmm no lo sé. No estoy seguro si tenga esa misma manía.
Michiru: Dibujame
Shirou: ¿Qué?
Michiru: Debemos comprobar esa gran capacidad, por eso, quiero que me dibujes.
Shirou se iba a negar pero al ver los ojos de cachorro de la tanuki, no tuvo de otra que aceptar con nada de entusiasmo. Sabía que no iba servir de nada en negarse, porque de todas maneras terminaría aceptando por su gran insistencia.
Michiru con gran entusiasmo, fue en busca de unas hojas, lápices y borradores. Se acercó a Shirou y se lo entregó todo en sus manos. Fue corriendo a por una silla, misma que haría que se sentara Shirou, mientras que ella iba a acomodarse en ese sillón, que estaba al frente de donde se encontraba el lobo plateado.
Shirou un poco perplejo, miro las hojas y el lápiz, y alzó su mirada para ver a una tanuki soltando brillitos en los ojos. Soltando un suspiro, estaba convencido de que no debía fallarle, pues no quería lidear con sus berrinches después.
Pensando por un momento, comenzó a trazar lineas y a estar muy concentrado. Michiru sabía que era momento de no hacer ningún solo ruido. Pasado los minutos, Michiru comenzó aburrirse, y también comenzó a sentirse un poco incómoda en estar en esa misma posición. Quería moverse, pero sabía que eso molestaría a Shirou, y no quería lidiar con esa actitud amargada y con cara de querer matar a todos. Sentía que su cuerpo empezaba a dormirse y tenía esa gran necesidad de salir de ahí, pero debía aguantar por la paz mundial. Por un momento pensó que fue mala idea pedir un retrato de ella. Hubiera pedido que le dibuje algún diseño de Pinterest.
Darse una cachetada mental, era la solución del momento. Por su buena suerte, Shirou le anunció que había terminado, alzando consigo el dibujo, para que pueda ser apreciado por su compañera. Ella en menos de un segundo, fue a su lado para verlo mejor, cosa que hizo que Shirou se pusiera un poco nervioso por su cercanía, pero prefirió no decir nada porque le gustaba su calor y olor, cosa que a veces lo desconciertaba y lo dejaba pensando. Michiru había quedado muy sorprendida en ver aquel dibujo, y sus ojos y boca lo demostraban. Se giro a Shirou y le dio un fuerte abrazo, agradeciendole por el dibujo. Shirou abrió un poco los ojos, porque no se esperaba ese abrazo, pero le devolvió ese gesto. Parecía que habían pasado horas, porque ninguno de los dos querían soltarse, pero se dieron cuenta de ese detalle. Michiru lo soltó con una risa nerviosa. Ella colocó el dibujo en su pecho, se despidió de Shirou y salio de la habitación. Al salir y cerrar la puerta, pudo soltar una gran cantidad de aire, llevando consigo el dibujo hacia donde estaba el corazón que no se detenía de bombardiar fuertemente y rápidamente, junto con un gran sonrojo que hacía verse como un tomate. Sabía que Shirou no era mucho de abrazos y rara vez que le dio uno que otro abrazo, que duraba menos de cinco segundos. Decidió descartar esos pensamientos y prosiguió a ir a su habitación, para guardar el dibujo e ir en busca de sus amigos osos, para jugar un poco de vóleibol.
En caso de Shirou, sentía esa fuerte necesidad de seguir en ese abrazo. Era un poco consciente a donde iban esos sentimientos y su rostro lo confirmaba por estar adornado de un pequeño sonrojo, y sin olvidar que su corazon y cuerpo entregaban ciertos cosquilleos.
Puede que en algún momento deje de lado esa actitud que le caracterizaba y decida aclarar de una vez y dejar de huir.
Fin del capítulo
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♡|A flower and a love|♡
FantasyUna serie de one shots que presentarán a esta bella pareja. . Debo avisar de que las imágenes que use no son de mi propiedad, y se debe dar crédito al verdadero autor.