Mi nombre es Vegas y soy el hijo menor de lucifer y Astartea mi mamá es un ángel desterrado supuestamente se enamoró de mi padre cuando lo vio por primera vez pero yo más que nadie sé que no es así.
A mí mamá lo único que le interesa es el poder y ella sabía que en el paraíso jamás lo conseguiría pero no por eso quiero decir que ella ha sido mala conmigo, al contrario la verdad es que gracias a ella se que el amor entre los demonios si existe, tal vez es porque ella no es un demonio como tal que puede sentir ese sentimiento y yo no es que no sienta algo por ella o por mi padre pero la verdad es que no creo que lo pueda catalogar como amor.
Supuestamente yo no creía en ese sentimiento hasta que conocí a esa pequeña criatura hermosa que amo con todo mi corazón pero también la cual ha sido mi hermosa perdicion.
Si él y yo no nos hubiéramos conocido no estaría aquí encerrado sin poder moverme, completamente encadenado y en esta maldita celda, no sé en qué momento perdimos el control de la situación.
Todo estaba completamente controlado pero estoy seguro que el único culpable de que yo me encuentre aquí es el estupido de Kinn mi hermano mayor el cual odio con todo mi ser debido a que gracias a que él es hermano mayor es el descendiente oficial del infierno y gracias a eso se cree que todo mundo lo debemos de venerar y obedecer lo odio demasiado estoy seguro que él fue quien le comunico a todos lo que estaba pasando, mi hermoso Pete salió lastimado cuando yo le prometí que eso jamás pasaría.
Pero me estoy adelantando mucho a los echos primero volvamos al día en el que vi a este precioso ser por primera vez el cual jamás pensé que llegaría a ser parte importante de mi vida.
Ese día jamás se me podrá olvidar yo había salido del infierno para ir a la tierra para distraerme ya que me aburría muchísimo en el infierno sólo con mi madre o con Kim mi hermano pequeño, en realidad el no es nuestro hermano biológico pero papá lo adoptó debido a que en la última pelea de nosotros con el paraíso sus padres murieron en manos de un Arcángel y papá como gratificación por arriesgar su vida cuido de él así como de nosotros, bueno eso es un decir porque en sí la que lo vio fue mi madre, Lucifer estaba tan ocupado pensando en como obtener más poder para vencer a los del paraíso que se olvidaba de nosotros.
El día que ví a Pete por primera vez fue demasiado chistoso la verdad, yo iba caminando por la calle ya que como comenté anteriormente subí a la tierra para distraerme a veces iba a divertirme un poco bebiendo en algún Bar con algunos amigos donde simplemente buscaba alguien con quién pasar la noche pero ese día fue completamente diferente, estaba consciente de que era realmente guapo y no es por ser egocéntrico pero la verdad es que tanto mi padre como mi mamá son personas que tienen unos genes impresionantes y eso fue una gran herencia para mí.
Debido a eso al pasar por las calles de la tierra siempre llamaba la atención de todos los que pasaban al lado mío, pero ese día fue muy diferente ya que sentía una mirada sobre mí externa a las de las demás personas, está era una mirada pura, tierna sin nada de maldad ni una pizca así que me dispuse a buscarla.
Al principio creí que era la mirada de un niño o un bebé porque esas son las únicas criaturas que no tienen maldad de ahí en fuera todos los demás humanos están podridos por dentro, pero no fue así al darme cuenta de dónde venía esa mirada me sorprendí demasiado ya que me dí cuenta que venía nada más y nada menos que de un ángel.
-Así que de ahí es de dónde viene la mirada- dije mirando hacia el cielo y observando a dos angeles parados en la orilla de las puertas del paraíso detuve mi caminar y me recargue en la pared de una tienda de ropa a observar quien era el ángel que me estaba mirando.
Jamás había visto a ese hermoso Ángel en la tierra al qué si había visto era al qué se encontraba al lado de él y era un verdadero fastidio para mi.
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🥀𝓜𝓲 𝓗𝓮𝓻𝓶𝓸𝓼𝓪 𝓟𝓮𝓻𝓭𝓲𝓬𝓲ó𝓷🥀
Teen Fiction𝕾𝖎 𝖓𝖔 𝖋𝖚𝖊𝖗𝖆 𝖕𝖔𝖗 𝖊𝖘𝖊 𝖘𝖊𝖗 𝖙𝖆𝖓 𝖍𝖊𝖗𝖒𝖔𝖘𝖔 𝖉𝖊𝖑 𝖈𝖚𝖆𝖑 𝖒𝖊 𝖊𝖓𝖆𝖒𝖔𝖗é 𝖓𝖔 𝖊𝖘𝖙𝖆𝖗í𝖆 𝖊𝖓 𝖊𝖘𝖙𝖆 𝖘𝖎𝖙𝖚𝖆𝖈𝖎ó𝖓, 𝖓𝖔 𝖍𝖆𝖇𝖗í𝖆 𝖙𝖗𝖆𝖎𝖈𝖎𝖔𝖓𝖆𝖉𝖔 𝖒𝖎 𝖈𝖗𝖊𝖊𝖓𝖈𝖎𝖆, 𝖆 𝖒𝖎 𝖕𝖆𝖉𝖗𝖊 𝖓𝖎 𝖆𝖑 𝖘𝖊ñ�...